Educación de futuro
Un día después de su discurso sobre el Estado de la Unión, George Bush hizo una gira por varios Estados para explicar uno de los puntos sobre el que más consenso hay en EE UU: hay que mejorar la competitividad del país ayudando a los científicos y mejorando la educación de los futuros trabajadores.
El presidente dijo, y repitió en su discurso radiofónico del sábado, que el país aún está en el umbral de nuevos avances tecnológicos, pero no debe haber lugar para la complacencia. 'Vemos crecer a nuevos competidores como China y la India, que están logrando grandes avances en tecnología'. Según Bush ante estos retos hay que responder con más competitividad y poner el país al nivel científico y creativo adecuado.
Para ello, Bush presentó la Iniciativa de Competitividad Estadounidense, en la que se contemplan descuentos fiscales a empresas que colaboren con la investigación, más ayuda directa Federal y una mejora de la capacitación y de los medios de los profesores que enseñan ciencias y matemáticas.
En general, la iniciativa ha sido acogida de forma más calurosa que el resto del retórico y vacío discurso del Estado de la Unión. No obstante, el demonio está en los detalles y por lo que se sabe del presupuesto de 2007, que se presenta hoy, las prioridades de financiación científica pueden dejar insatisfechos a quienes juzgan importante la investigación de enfermedades como el cáncer, el corazón o la diabetes, ya que el dinero destinado a ésta se reduce por segundo año consecutivo.
A los empresarios la iniciativa les deja, satisfechos porque llevaban tiempo quejándose de la falta de recursos humanos con preparación en el país. En un discurso sobre perspectivas en 2006, el presidente de la Cámara de Comercio, Thomas Donohue, dijo que el país tendría un fuerte déficit de trabajadores en el futuro de no mejorar la educación y cambiar las leyes de inmigración para permitir más trabajadores extranjeros legales.
Donohue dijo que la Cámara se va implicar en cuestiones de educación porque se ha dado cuenta que en China e India se gradúan entre ocho y cinco veces más ingenieros que en EE UU. Además, dijo que van a estudiar y calificar a los colegios para ayudar a las empresas a decidir dónde invertir teniendo según la preparación de la futura mano de obra de una determinada zona.
El problema no sólo es de trabajadores altamente cualificados. También existe con trabajos que lo están menos. Un informe de 2005 de la Asociación Nacional de Fabricantes y Deloitte revelaba que el 90% de los empresarios preveía un déficit entre 'moderado y severo' de trabajadores con formación. Es algo sorprendente cuando GM y Ford preparan el despido de 60.000 empleados.
La paradoja no es tal. Los empleos nuevos demandan una mano de obra más cualificada que la eliminada en GM y Ford y para cada uno de estos puestos nuevos no hay 50 candidatos sino muchos menos. Parte del problema es la educación básica, que es lo que se quiere mejorar. Pero otra parte de la responsabilidad es de la industria, que cada vez invierte menos en formación y ha perdido reputación por tener ofertas de empleo poco atractivas desde el punto de vista de las prestaciones sociales o por la facilidad con la que despide. Así, pocos sueñan con prepararse para esos trabajos.