Evitar actitudes que conduzcan a la ansiedad
La incapacidad para afrontar los problemas en el ámbito laboral puede repercutir en la salud
Es el trastorno de comportamiento más frecuente en el ámbito laboral, que puede conducir a reacciones más severas que llegan alcanzar a la salud física y psíquica. Respecto a las causas, expresiones y consecuencias de este problema, tanto psicólogos como expertos en recursos humanos coinciden en señalar que las personas afectadas deberían estar atentas a sus manifestaciones para ser conscientes de la dimensión del conflicto. 'En principio, habría que tener en cuenta que la ansiedad es una respuesta normal del organismo ante un determinado acontecimiento, pero el nerviosismo continuo sí se debe analizar', señala Antonio Cano Vindel, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (Seas).
Destaca que los síntomas de una inadecuada y elevada ansiedad en el trabajo se producen en diferentes planos. 'Van desde la inseguridad para tomar cualquier decisión y las dificultades para concentrarse a aspectos fisiológicos como la sudoración, los temblores, las dificultades respiratorias y la taquicardia. Además, se puede caer en el consumo excesivo de comida, bebida y tabaco o en movimientos repetitivos y en dificultades en la expresión verbal', subraya.
Antonio Pamos, director de Actual RH, señala también que hay muchos indicios que expresan que una persona tiene una relación insana con su entorno laboral, como son la agitación, la sensación de opresión y los pensamientos ligados al fracaso. Y añade que la actitud más recomendable en estos casos es intentar hacer un uso racional de la información de la que se dispone y que ha conducido a la crisis. 'Normalmente detrás de una situación de este tipo hay una interpretación de la realidad, que puede ser errónea pero que produce incertidumbres. Y eso lleva a la merma de la autoestima y a intentar no asumir riesgos', añade.
Todo ello incide, por tanto, en la carrera profesional de la persona implicada, como destaca Eduardo Rábago, gerente de Norman Broadbent (compañía especializada en recursos humanos). 'Tiene un impacto en el trabajo y en la eficacia', destaca. Cree que 'esas reacciones tienen origen más en la capacidad para asumir algunos acontecimientos por parte de los profesionales que en el impacto real de los hechos en el entorno'. 'A veces no son tan importantes las circunstancias como la respuesta personal', afirma.
Antonio Pamos señala asimismo que, aunque caer en esa situación es un aspecto muy ligado a cada persona y a su fortaleza, hay circunstancias y profesiones más proclives a que la ansiedad se convierta en una patología. Cita a profesores, a personas que atienden a enfermos en cuidados paliativos o las que vigilan a reclusos. Otros de los ambientes propicios, a su juicio, son los despidos y crisis en las empresas.
'La ansiedad es consecuencia del estrés y por ello en algunas profesiones es un problema laboral más frecuente', subraya Antonio Cano. Destaca entre ellas al profesorado de enseñanza secundaria, que llega a afectar al 47,9% del total. 'Es lógico cuando una de sus funciones es controlar el comportamiento de sus alumnos y no tienen herramientas para realizarla', agrega. Otro de los colectivos más implicados, según manifiesta Antonio Cano, son los mineros. Por el contrario, manifiesta que las empleadas de hogar, los agricultores y los ganaderos sufren menos estrés y ansiedad.
Para Eduardo Rábago es igualmente destacable que síntomas y consecuencias se suelen dar más en personas que tienen cometidos de más responsabilidad y más en mujeres que en hombres. Pero como otros expertos, señala que es más importante la actitud de las personas, y que las que anticipan las crisis son más propensas, según ha comprobado a lo largo de su vida profesional.
'Las repercusiones pueden ser graves, porque conducen a un círculo vicioso, en el que se recortan tanto las posibilidades de desarrollo en el mundo personal como en el laboral', añade Eduardo Rábago.
Antonio Pamos destaca que otro de los motivos es trabajar en un entorno complejo o cuando la respuesta a la excesiva competencia en vez de convertirse en un estímulo se transforma en un problema. 'Por eso la ansiedad desbordada se da más ahora que antes; aunque como aspecto positivo es preciso señalar que los departamentos de recursos humanos en muchas empresas son más conscientes de esas reacciones. En la actualidad se reconoce más la parte emocional en el trabajo', manifiesta.
Reacción excesiva
La ansiedad excesiva ante las obligaciones cotidianas tiene un impacto negativo en la eficacia de las personas afectadas. Aunque se suele intentar evitar, los expertos destacan que tantos los jefes como los compañeros detectan ese problema.En una etapa más avanzada pueden llegar a sufrir ataques de pánico y fobias. Incluso, como advierte Antonio Cano Vindel, es posible que esos problemas, si no son tratados, acaben en depresión.La percepción exagerada de las incertidumbres que a veces surgen en el medio laboral conduce a una autolimitación de las posibilidades. Y es que son personas con baja autoestima, que tienden a inhibirse y a no tomar decisiones.
Test de conducta
Antes de acudir a la ayuda de profesionales es posible medir la capacidad y el grado de dificultad para enfrentarse sin problemas a los retos cotidianos que surgen en el trabajo. Antonio Cano Vindel recomienda el test que SEAS ha incluido en su web (www.ucm.es/info/seas/autoeval.htm). Y agrega que cuando se dan muchos síntomas de los que allí se plantean es necesario tratar a la persona. En estos casos, esa sociedad da servicios gratuitos de orientación.