Dos multimillonarios se pelean por un Jaguar del cine clásico
Un Jaguar pura sangre se ha convertido en la pieza clave de una batalla legal entre un empresario británico y su rival sueco, cada uno insistiendo en que es el propietario del verdadero y rarísimo modelo Lister de 1959, número de chasis BHL126, que figuró en la película inglesa de carreras de coches The green helmet (El casco verde), de 1961, y que dos años más tarde participó en las célebres 24 horas de Le Mans.
Hace cuatro años el fundador de la cadena de farmacias Lloyds Chemists, Allen John Lloyd, y el sueco Stefan Svenby descubrieron que ambos no sólo conducían el mismo modelo de Lister, sino que los dos coches llevaban el mismo número de chasis. Desde entonces, Lloyd y Svenby se han gastado cientos de miles de euros en defender su derecho a lo que cada uno insiste es la única y verdadera matrícula del Jaguar en cuestión.
Lloyd pagó 120.000 libras (174.000 euros) en 1988 por su Jaguar color negro y dorado, que según el empresario inglés fue reconstruido casi totalmente de piezas de recambio originales. Por su parte, el abogado de Svenby alega que dispone de pruebas de que el coche de Lloyd quedó hecho un montón de chatarra tras sufrir un aparatoso accidente hace unos 40 años, motivo por el que ha perdido el derecho de llevar la marca Jaguar.
Lo único que se da por cierto es que uno es un emblemático e histórico coche de carreras y el otro, un modelo falsificado. A diferencia de la matrícula, que fácilmente se puede sustituir por otra, el número del chasis va grabado en el armazón del coche. Es una especie de tatuaje que garantiza la identidad del modelo y que imprime valor para los coleccionistas.
'De la titularidad de este coche dependen grandes sumas de dinero', afirma Oliver Ticciati, abogado de Lloyd. 'Se trata de los costes legales, más el valor de la marca, y estos son dos hombres muy ricos. La idea de un número de chasis es que imprime una identidad en el coche. El coleccionista pagará más por un coche que lleve esta garantía de su autenticidad y, en este caso, de su ilustre pasado como coche de carreras en Le Mans'.
Lloyd, de 57 años y propietario de una de las más importantes colecciones del Jaguar del Reino Unido, vendió su cadena de farmacias en 1997 por 32 millones de libras, unos 46 millones de euros. Según afirma Lloyd, el coche de Svenby es una copia de la marca del felino, 'una ruina reconstruida' con piezas falsas.
Hasta ahora, el único dictamen jurídico sobre el caso fue aquel emitido cuando se presentó la querella hace cuatro años. Según la agencia británica de la Licencia del Conductor y Automóvil, no hay bases para determinar la propiedad del Jaguar y, por ese motivo, se retiró a ambos demandantes el derecho de utilizar el número de chasis. Los dos litigantes han recurrido el fallo y se espera que en los próximos días el tribunal de Londres decida quién es el verdadero dueño del histórico Jaguar Lister número BHL126.
El mismo juez que instruye el caso, Stanley Burnton, ha mostrado su asombro por la intransigencia de los dos querellantes. En el primer día del juicio, Burnton comentó: 'Creí que estos dos empresarios tan inteligentes y prósperos podían haber llegado a un acuerdo sin recurrir al juicio'.