Bruselas toma medidas ante la creciente fuga de cerebros
Lejos quedan los tiempos en que Europa era el centro de la investigación en el campo de las ciencias de la vida. Los años han ido decantando la balanza a Estados Unidos, que ha sabido captar cerebros fuera de sus fronteras atraídos por una remuneración y una capacidad de desarrollo profesional mayores. Según el director de investigación en Salud de la Dirección General de Investigación de la Comisión Europea, el catalán Octavi Quintana son 78.000 los científicos europeos que trabajan en Estados Unidos 'atraídos por mejores condiciones salariales y por una mejor infraestructura para hacer ciencia'.
Si la realidad es esta, los propósitos son bien distintos en las llamadas agendas de Lisboa y de Barcelona de 2002, que aspiran a una inversión media en I+D del 3 por ciento del PIB y a convertir al Viejo Continente en la economía basada en el conocimiento más desarrollada del mundo antes del 2010 con la incorporación de 700.000 nuevos científicos.
En este contexto, la Comisión Europea ha dado los primeros pasos para la creación del futuro Instituto Europeo de Tecnología, que además de buscar sinergias entre los Veinticinco en I+D pretende mejorar las condiciones de los científicos para evitar su fuga a otras regiones. Por el momento está en fase de consulta. Lo que sí ha puesto en marcha Bruselas es la creación de unos permisos de residencia especiales para investigadores no comunitarios, en la que se incluye facilidades para la reunificación de familias y un acceso directo a los sistemas de seguridad social.
'La reducción del número de premios Nobel o de patentes de empresas europeas demuestran que la investigación científica y la alta tecnología en Europa no se encuentran en su mejor momento', reconoce la propia Comisión. Con este proyecto, Bruselas se propone evitar la fuga de cerebros a Estados Unidos y otras zonas emergentes de Asia y apoyar la investigación europea. Además, existe el problema de que Europa se encuentra rezagada en número de trabajos científicos publicados respecto a sus competidores americanos y asiáticos.
Bruselas también cuenta con la mayor aportación de la investigación privada. En la actualidad, el sector farmacéutico tiene un papel de primera línea con 100.000 personas contratadas en labores de I+D, con una inversión en este campo del 15% de la facturación en esta partida.
Al igual que en Europa, los esfuerzos realizados en España parecen aún insuficientes. No obstante, el Ministerio de Sanidad y Consumo ha tomado cartas en el asunto y ha tomado la política de captar a científicos de renombre como Valentín Fuster, presidente del nuevo Comité Externo de Asesoramiento y Evaluación del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC).
El antiguo Ministerio de Ciencia y Tecnología también puso en marcha hace cuatro años un programa para recuperar a investigadores, el Ramón y Cajal, permitió en su primera convocatoria que 800 científicos se incorporasen a las universidades e institutos de investigación.
Galicia quiere evitar el éxodo de 200 científicos
Las comunidades autónomas tienen su propia batalla para retener a científicos que buscan mejores condiciones salariales y laborales en otros países y de los que han triunfado fuera de nuestras fronterasEste es el caso de Joan Massagué, premio Príncipe de Asturias 2004 y director del departamento de Biología Genética del Cáncer en el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York, que ha recalado como presidente del comité asesor del Parque Científico y promotor del despegue del programa sobre metástasis del Instituto de Investigación Biomédica, ambos en Barcelona. También en la ciudad condal recayó Juan Carlos Izpisúa como director del Centro de Medicina Regenerativa de Barcelona, proyecto financiado en parte por el Ministerio de Sanidad.En Galicia también preocupa el éxodo de investigadores de las universidades locales y para paliarlo, la Administración autonómica y la central han tomado medidas. Así, el Ministerio de Educación ha puesto en marcha el programa I3 que permite a las universidades españolas crear más plazas estables para los investigadores, de manera que éstos reciben ayudas equivalentes a los tres primeros años de sueldo.Por su parte, la Xunta se ha comprometido a reforzar este programa nacional financiando durante otro periodo añadido -aún no determinado- estas plazas en sus universidades, y ha adelantado que estudiarán a la hora de trazar los presupuestos autonómicos hasta qué punto puede reforzarse este proyecto. De esta manera, el nuevo plan de I+D gallego incluirá un programa de promoción y absorción de investigadores.Con todas estas medidas, la Xunta espera retener a un total de 200 científicos de élite en las universidades gallegas.