La UE simplifica los requisitos legales para las fusiones transfronterizas
La UE aprobó ayer la directiva comunitaria que facilitará las operaciones de fusión entre empresas de distintos países. El texto culmina 21 años de esfuerzo legislativo para facilitar la consolidación de la industria europea.
Bruselas espera que la nueva ley reduzca considerablemente el coste legal de tales operaciones, en beneficio, sobre todo, de las pequeñas y medianas empresas que hasta ahora encontraban dificultades en internacionalizar su actividad.
La directiva atribuye a las autoridades del país de origen de cada una de las empresas involucradas en la fusión la responsabilidad de verificar la legalidad del lanzamiento de la operación. Pero una vez concluida la fusión, la empresa resultante queda sometida a la jurisdicción exclusiva del país donde radique su domicilio legal definitivo.
La Unión Europea ha necesitado 21 años para dar este paso de armonización legal en apariencia tan sencillo. El primer proyecto de directiva, presentado en 1984, se estancó ante las implicaciones que una fusión transfronteriza puede tener para los derechos de los trabajadores de las empresas participantes en la operación. Hace dos años, a rebufo del acuerdo comunitario sobre el nuevo estatuto de Sociedad Europea (SE), una fórmula jurídica a la que pueden acogerse las empresas con presencia en varios países de la UE, la Comisión retomó su proyecto legal.
Esta vez, el camino se encontró más expedito, gracias a las salvaguardas que tanto el estatuto de SE como la directiva de fusiones establecen para proteger los derechos adquiridos de los trabajadores.
La ley establece el principio general de que la nueva empresa se someterá a la legislación laboral de su país de domicilio. Pero contempla la posibilidad de mantener la cogestión entre trabajadores y directivos (un sistema habitual, por ejemplo, en Alemania) en aquellas empresas con más de 500 empleados que tuvieran ese modelo de dirección antes de la fusión.
Para poner en perspectiva la importancia de la nueva ley, la CE recuerda que, en 2003, cuando se presentó el último proyecto, las fusión transfronterizas 'simplemente no eran legales en Alemania, Grecia, Suecia, Austria, Dinamarca, Irlanda y Finlandia'.
A menudo, asegura el organismo comunitario, las empresas que deseaban unir sus actividades 'debían cerrar y crear otra nueva, lo cual lleva mucho tiempo y dinero'. Algunas, quizá, todavía deban optar por esa traumática opción, porque los Estados disponen de dos años para incorporar a la legislación nacional la directiva aprobada ayer.
Kroes mantiene la presión sobre Microsoft
La comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, ha aprovechado una entrevista con The New York Times para recordar a Microsoft que 'hemos recibido quejas informales sobre su estrategia comercial) y las estamos analizando'. Se declara preocupada con la habilidad de Bill Gates para aprovechar la ubicua presencia de Windows para extender su dominio a otro tipo de servicios informáticos. 'No nos vamos a limitar a esperar sin hacer nada', advierte la comisaria. La amenaza de se produce mientras Microsoft mantiene el pulso sobre el cumplimiento estricto de las condiciones que Bruselas le impuso en marzo de 2004.