El gasto sanitario, una hucha sin fondo
El Sistema Nacional de Salud (SNS) se ha comportado en los últimos años como una hucha sin fondo, en el que las comunidades autónomas y el Gobierno central han inyectado dinero constantemente sin que ello haya sido suficiente. Los últimos cálculos realizados por la administración, a través de la Intervención General del Estado (Igae) revelan un crecimiento medio anual del gasto consolidado del 9% en el conjunto del sistema, muy por encima del PIB nominal y del crecimiento medio de los presupuestos autonómicos y también de los Generales del Estado que se elaboran desde Madrid.
Los últimos datos arrojan un volumen de gastos que supera con creces los 40.000 millones de euros anuales, algo que obliga a las comunidades autónomas a drenar un tercio de sus presupuestos exclusivamente para financiar la Sanidad.
Todas las partidas en las que se divide el gasto sanitario han crecido por encima del PIB nominal. Destaca, sobre todo, a de consumos intermedios (compras de productos y material sanitario), con un incremento superior al 12%.
Sin embargo, lo que más está afectando a las cuentas financieras del sistema son dos partidas que concentran de por sí la mayoría del presupuesto. Por un lado, los sueldos del personal sanitario, y por otro, el gasto farmacéutico.
Este último, con un crecimiento medio del 9,7% desde 1999, se ha destapado como uno de los principales agujeros del sistema. La política de ahorro a través de medidas como la promoción de medicamentos genéricos (sin pago de patente) no está dando todo el resultado esperado, a pesar del esfuerzo del Ministerio de Sanidad.
Lo acordado el sábado en la Conferencia de Presidentes es tan sólo una solución transitoria a una verdadera reforma de la financiación sanitaria que está por venir, de la mano del nuevo modelo de financiación autonómica, a discutir el próximo año, según reconoce tanto el Gobierno central como los consejeros regionales.
El dinero extra acordado a través de todos los instrumentos (subida de impuesto y aportación presupuestaria) no llega para compensar los más de 7.000 millones de euros de déficit que arrastra el SNS.
Algunos expertos hablan de fórmulas mixtas que ayuden a la financiación como el copago de medicamentos, aunque este tipo de propuestas han quedado descartadas, de momento, por parte del Gobierno.
Compras centralizadas
Otros técnicos, los que han elaborado los informes oficiales previos en los que se han basado la Conferencia de Presidentes, abogan por mecanismos de ahorro que pasan por la centralización de compras de uso hospitalario en cada ámbito territorial. En este sentido, cobra relevancia el papel de las agencias de evaluación de tecnologías, dada la importante repercusión sobre el gasto de la compra de aparatos médicos de alta tecnología pero con gran coste.
Otro punto a debatir en los próximos meses es el efecto de las medidas acordadas sobre la inflación. El incremento de impuestos previsto (alcohol, tabaco, electricidad) siempre tiene un coste indirecto, aunque el vicepresidente Solbes confía en que éste se difumine en varios ejercicios, los que serán necesarios para aplicar al 100% todas las medidas. Además, en algunas comunidades, estas alzas serán sólo parciales.
Altos sueldos por 'efecto imitación'
Uno de los factores que más han ayudado en los últimos cuatro años a elevar la factura sanitaria (además del gasto farmacéutico y del aumento de la población) es el tratamiento de los salarios del personal. Los técnicos del Ministerio de Economía y Hacienda avisan de una 'espiral inflacionista' si continúa la actual política salarial, que ha permitido consolidar emolumentos a los profesionales más cualificados (médicos, sobre todo).Esta consolidación se produjo cuando las comunidades que no tenían aún transferida la sanidad en 2001 recibieron las mismas en 2002, adoptando una política retributiva alcista para equiparse con el resto de territorios. Este 'efecto imitación' contribuyó a disparar el gasto según Hacienda, algo que ahora hay que contener.Sin embargo, esta contención no debe poner en peligro la calidad de las plantillas ni su formación. De hecho, el Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas acaban de aprobar en la comisión de recursos humanos 6.513 plazas para el acceso a la formación especializada en 2006. Del total, 5.887 corresponden a formación de licenciados por el sistema de 'residencia', un 5,96% más que el año anterior.Por segundo año, han sido las diecisiete comunidades las que han determinado, no sólo la oferta de plazas en cada una de la especialidades, sino también su distribución territorial entre los diferentes servicios regionales de salud.