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Financiación

Una hipoteca para construir

Préstamos para primera vivienda, para la casa de la playa o de la montaña... Casi cualquier necesidad específica en lo que a préstamos se refiere lleva aparejado un crédito especial. Y la construcción de la propia vivienda no podía ser menos. Quizás con más razón en estos casos por el importe al que hay que hacer frente, no extraña que existan hipotecas autopromoción -como se denomina a estos préstamos- que permiten financiar la construcción viviendas unifamiliares, garajes, trasteros y almacenes.

Los requisitos para solicitar este tipo de hipotecas no varían respecto a los que financian la adquisición de una vivienda ya construida, excepto que la mayoría de las entidades exige que el propietario disponga de una licencia de construcción para llevar a cabo la edificación. Superado este obstáculo, el préstamo se articula como los habituales.

De hecho, existen hipotecas autopromoción tanto a tipo fijo, mixto o variable. El importe que financian, sin embargo, difiere en función de la entidad. Algunas cajas como Caixa Galicia o Caja España o bancos como Banesto, Halifax y el Sabadell aplican los barómetros habituales y conceden hasta el 80% del valor tasado, mientras que otros, como el BBVA, Bancaja o Deutsche Bank limitan el importe al 70%. La excepción la marcan Ibercaja, que permite contratar cualquiera de sus hipotecas como autopromoción y, por lo tanto, puede conceder hasta el 100%, y Caja Madrid que puede alcanzar el 85%. No obstante, casi todas son susceptibles de variar las condiciones si se negocian.

Una de las particularidades de estos préstamos es que, a diferencia de las hipotecas al uso, las disposiciones de capital se realizan a medida que avanzan las obras. Es decir, una parte se entregaría al inicio (normalmente el 50%), otra al acabar la estructura, una tercera cantidad (el 20%) cuando se van a realizar los solados y alicatados y la cuarta poco antes de finalizar los trabajos. Para hacer uso de estos importes, la entidad suele exigir la presentación de un certificado. Así lo señalan en BBVA, donde explican que 'cuando el cliente quiere disponer, nos presenta un certificado del arquitecto que dirige la obra indicando que se ha concluido la fase correspondiente y con ese documento procedemos al abono de la cifra relativa a esa fase. En operaciones importantes, realizamos una tasación intermedia que nos indica en qué fase está la obra'.

En el caso de Bancaja se obtiene hasta el 50% del valor del solar. Esta entidad, como casi todas, permite acogerse a un periodo de carencia en el que sólo se pagan intereses por el capital dispuesto, y que finaliza a los dos años -tres en el caso de Banesto- de la concesión del préstamos o al haber dispuesto el 100% del capital solicitado. Y es que la mayoría de las entidades sólo cobran intereses por el dinero que se va entregando a medida que avanzan los trabajos. 'Una vez que se terminan las obras se empieza a amortizar', explican en Banesto.

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