América Latina emula a España en el pago de infraestructuras
La falta de infraestructuras es una de las asignaturas pendientes de América Latina, según el Banco Mundial. Para paliar ese déficit, los ministros de Transportes de la región debatirán esta semana en Málaga el modelo español de financiación de grandes obras para intentar emularlo.
España es uno de los países pioneros en poner en marcha fórmulas de financiación extrapresupuestaria para construir grandes infraestructuras de transporte. Tras las primeras experiencias nacionales (que se remontan a los años setenta), las constructoras vieron rápidamente la oportunidad de negocio que representaba el área iberoamericana a finales de los ochenta y, sobre todo, en los noventa.
En la actualidad, y gracias a la mejora de la situación política y económica del área existe un renovado interés de los Gobiernos de la zona por mejorar su equipamiento en transportes. Así, para debatir el presente y futuro de las políticas de infraestructuras se celebra del 7 al 11 de este mes en Málaga el Encuentro de Ministros Iberoamericanos de Infraestructuras y Transportes. Uno de los ejes que marcará los trabajos de dicha cumbre será el reciente informe elaborado por el Banco Mundial sobre la situación de estos países en materia de transporte. Desde los años noventa, los Gobiernos de Latinoamérica han ido reduciendo de manera drástica la inversión destinada a infraestructuras, lo que ha dado lugar a una situación actual demasiado precaria, según denuncia el Banco Mundial. 'La región gasta menos del 2% del PIB en infraestructuras cuando necesitaría entre el 4% y el 6% anual para alcanzar a países que en otro momento fueron por detrás de Latinoamérica, como Corea o China', señala el último informe elaborado por este organismo.
El estudio resalta que este considerable retraso dificulta el crecimiento económico y la lucha contra la pobreza. Un aumento del gasto en infraestructuras a los niveles de Corea, equivalente a una horquilla del 4% al 6% del PIB durante 20 años, podría traducirse en términos de crecimiento del PIB per cápita de entre el 1,4% al 1,8% anual, según dicho estudio.
Pero es que además de mejorar el escenario macroeconómico de estos países, también repercutiría en las empresas. De hecho, el Banco Mundial recuerda que una deficiente red de comunicaciones resta competitividad y productividad a las compañías. 'Mientras el 55% de los empresarios se queja de que las infraestructuras son un problema grave en América Latina, sólo el 18% lo hace en Asia oriental', asegura el Banco Mundial.
Para solucionar este déficit, el informe propone más gasto público y mayor inversión privada, aunque bajo la supervisión de la Administración.
Importante negocio para las empresas españolas
Que las grandes constructoras españolas vuelven a apostar por el mercado latinoamericano es ya una realidad, ya que en menos de un año los grupos más importantes han logrado contratos en la zona por más de 2.500 millones de euros. Quizás el único pero a esta situación sea que dichas inversiones se encuentran demasiado concentradas geográficamente, ya que se reparten básicamente en tres países: Chile, México y Brasil. También poseen proyectos en Argentina, Venezuela, Costa Rica, Puerto Rico y República Dominicana.La reunión que se celebra en Málaga esta semana será una excelente oportunidad para que los representantes de más de 22 países de la región traten de convencer a los empresarios españoles de que existe un importante negocio por explotar. De hecho, el Banco Mundial recomienda en su estudio que la región necesita incrementar su inversión en infraestructuras, tanto pública, como privada. Las cifras son demoledoras.El volumen de inversiones con participación de capital privado no ha dejado de caer al haber pasado de un máximo de 71.000 millones de dólares en 1998 a 16.000 en 2003. El Banco Mundial constata también que dicha inversión privada ha estado históricamente muy concentrada. Prueba de ello es que en el periodo 1990-2003 benefició únicamente a Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú y México, y particularmente a los sectores energético y de telecomunicaciones. Según el informe atraer de nuevo a los inversores requerirá de un marco regulatorio y legal más sólido, contratos más transparentes y estructuras financieras innovadoras.