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John Lipsky

'El 11-S y 11-M impactaron en la economía menos de lo esperado'

La noticia de los atentados de Londres le pilla por sorpresa en Madrid, con una agenda a rebosar y con la responsabilidad de ocupar una de las posiciones esenciales en JPMorgan Chase, uno de los líderes mundiales de la banca de inversión. Como vicepresidente de la filial de inversión, publica informes de investigación independiente sobre las principales fuerzas que dan forma a los mercados financieros globales y representa al banco ante los principales clientes y responsables económicos. Vivió de cerca los atentados del 11-S y siguió con similar interés los del 11-M. Las dos experiencias, sin embargo, le han dejado el convencimiento de que la brutalidad terrorista no ha tenido un impacto directo sobre las economías tan grande como se supuso en un primer momento.

Pregunta ¿Qué consecuencias económicas se pueden derivar de los atentados de ayer?

Respuesta Las consecuencias de actos como éste son difíciles de anticipar. Igual que pasó en España, en las tres décadas que el Reino Unido viene sufriendo el terrorismo interno, nunca había vivido algo así. Tras los eventos del 11-S existió el consenso generalizado en todos los países de que la economía iba a entrar en una recesión y los consumidores se iban a replegar. Pero sucedió lo contrario. Y no lo digo con complacencia. Los individuos han fortalecido su consumo y en la economía, en vez de llegar la recesión, se produjo una aceleración más rápida de lo que se esperaba. Algo similar sucedió en España. El 11-M tuvo un impacto inmenso en términos políticos, pero en lo que respecta a la economía el impacto fue mucho más limitado de lo que la mayoría de la gente sospechaba. La respuesta no ha sido el miedo, sino el deseo de volver a la normalidad cuanto antes. En cualquier caso, está claro que no se puede subestimar el problema que representa la amenaza.

'Bush fue muy criticado por sus políticas económicas expansivas tras el 11-S, pero los resultados han sido positivos'

'Sin hacer predicciones, creo que el Banco de Inglaterra estará dispuesto a bajar los tipos'

P ¿Cree que habrá alguna implicación específica en el caso concreto del Reino Unido?

R Lo anterior no significa que este ataque no tenga consecuencias para la economía del Reino Unido o para la del mundo entero. De alguna forma ya existía alguna indicación de que la economía británica estaba desacelerándose antes de que esto sucediera. No podemos anticiparnos con precisión. Lo cierto es que si hay una lección que sacar de estos incidentes para la política económica, es que es preferible ser pro activo y agresivo en vez de complaciente y reactivo.

P Hay muchas formas de reaccionar económicamente. ¿A qué se refiere con lo de ser pro activo?

R Parte de las razones por las que la economía de EE UU funcionó tan bien ante circunstancias que retaban al sistema, fue precisamente el apoyo que la política dio al crecimiento de la riqueza de las familias. No trato de hacer predicciones, pero estoy seguro de que el Banco de Inglaterra va a adoptar una visión flexible en su política en las circunstancias actuales.

P ¿Se refiere a una reducción de los tipos de interés?

R Sí, creo que estarían dispuestos a hacerlo. Una de las lecciones es que no hay que sobrerreaccionar, pero en circunstancias como ésta el objetivo es la estabilidad de la economía, no la estabilidad de los instrumentos económicos. En último término, la confianza proviene de la economía mucho más que de la política.

P La Administración Bush reaccionó al 11-S con políticas muy expansivas, inyectando gasto público y reduciendo drásticamente los tipos de interés. ¿Cree que ése es el ejemplo de las políticas pro activas que sugiere?

R En cierto modo, aunque todo tiene sus matices. Es verdad que, en su momento, las políticas expansivas tanto en términos presupuestarios como monetarios fueron muy criticadas, por entenderse que fueron excesivas. Pero la verdad es que, a cuatro años vista, los resultados han sido imprevisiblemente positivos. Eso no significa que todo se haya hecho bien, pero insisto en que la lección de política económica que se extrae es que ha de ser pro activa, para alcanzar el objetivo último de una estabilidad económica.

Un mayor enfoque del gasto hacia la seguridad

John Lipsky insiste en destacar que los grandes impactos del terrorismo islamista conocidos hasta ahora (principalmente, los atentados de Nueva York, Bali y Madrid) no han tenido un impacto económico directo tan grande como habían temido los agentes económicos en primera instancia. Sin embargo, deja claro que sí se han producido importantes impactos indirectos. Desde la modificación e intensificación de las políticas de gasto, enfocándolas más hacia seguridad y defensa, hasta cambios completos en el panorama geopolítico internacional, porque, sostiene, sin un 11-S tal vez no habría habido una guerra de Irak. Los efectos se han dejado ver también en los funcionamientos de determinados mercados, como el financiero o el de los seguros.

 

P ¿Cuál ha sido entonces el mayor impacto de los anteriores atentados?

 

R Junto al horror, creo que el mayor impacto ha sido el indirecto. Hemos pasado a prestar muchísima más atención a los temas de la seguridad. Y se han cambiado las políticas en esta materia. De hecho, podríamos decir que la guerra de Irak no se hubiera dado si no hubiera existido el 11-S.

 

P ¿Cómo ha afectado el riesgo del terrorismo a la banca de inversión?

 

R Como al resto de los sectores. En Nueva York, los mercados financieros fueron dramáticamente dañados por el 11-S. La Bolsa cerró y supuso un enorme esfuerzo volver a abrirlos. El sistema de pagos pasó por momentos muy difíciles, ya que la institución encargada de la liquidación se vio afectada en sus sistemas. Ahora hay mayor agresividad en cuanto a los planes de contingencia que se instalan en las compañías. Pero estos son los problemas técnicos que en un momento determinado hay que afrontar.

 

P ¿Y, con respecto a las aseguradoras, cuál ha sido el impacto?

 

R Ninguna de las pérdidas asociadas con el terrorismo está en la escala de los grandes desastres naturales. Creo que los verdaderos problemas para las aseguradoras son los relacionados con la calidad crediticia o la curva de tipos, digamos temas más técnicos.

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