La danza maorí de Michael Campbell alegra el green
'Me quito el sombrero, se lo ha merecido. Sé lo mal que lo ha pasado, lo abatido y desesperado que ha llegado a estar. Iba como un tiro y de repente lo perdió todo. De corte en corte, y ahora, campeón del abierto de EE UU. Lo que ha hecho tiene mucho mérito'. Estas fueron las palabras del número uno mundial, Tiger Woods, al finalizar el abierto de su país en Pinehurst (Carolina del Norte) dedicadas al neozelandés Michael Campbell, que se apuntó el primer grande de su trayectoria y le cortó su carrera en busca del Grand Slam.
Este antiguo técnico en telefonía, al que su padre introdujo en el mundo del golf a la edad de 10 años, es el nuevo campeón del Abierto de EE UU, el segundo grande de la temporada. Un torneo durísimo, como lo demuestra el hecho de que ningún jugador acabó por debajo del par del campo al término de las cuatro vueltas.
Campbell, 280 golpes -par total-, aventajó en dos impactos al californiano Tiger Woods y en cinco a Sergio García, que en la última vuelta se rehizo de una floja tercera ronda (75) que le alejó de los puestos de cabeza. El castellonense, que la semana anterior se adjudicó la victoria en Maryland, ha afianzado el juego corto y el putt, que hasta ahora eran los puntos más débiles de su juego y será uno de los jugadores a tener en cuenta para el British Open.
Michael Campbell es el nuevo héroe de Nueva Zelanda. '¡Por fin saldré en la portada de los periódicos de mi país. Como los 'All Blacks', manifestó satisfecho mientras se abrazaba al caddie de Woods, el también neozelandés Steve Williams, que le esperaba en la parte posterior del green del hoyo 18. 'Esta noticia dará la vuelta al país. Formamos una comunidad pequeña y seguro que será muy positiva para el golf. Nunca hemos tenido grandes jugadores que fueran capaces de ganar un grande y Michael lo es', dijo Williams, al que muchos consideran el deportista kiwi mejor pagado, aunque lo suyo sea llevar la bolsa de palos del número uno. En 1963, otro compatriota, Bob Charles, un golfista zurdo, se alzó con el triunfo en el British Open.
Campbell dejó atrás su particular pesadilla. Hace siete años sufrió una lesión en la muñeca que frenó su carrera al perder sus tarjetas en el Australasian Tour y en el circuito europeo. Fue más adelante cuando, gracias a las invitaciones que recibió por parte de los patrocinadores y que le permitieron ganar e Nissan Abierto de Irlanda de 2003, recuperó la tarjeta. 'Lo que acabo de conseguir es muy importante para la gente maorí', recordó Campbell, descendiente de un escocés que emigró a Nueva Zelanda en 1845, Sir Logan Campbell. El golfista, que diseña su propia ropa con motivos maorís, siempre se ha identificado con los nativos de su país. Sus padres vieron la final desde Wellington, en la pequeña sede social del club de golf local, mientras que su esposa seguía las incidencias desde Brigthon (Inglaterra), donde residen.
Nadie le acompañó a Estados Unidos porque hasta dos semanas antes del torneo no sabía si podría competir. Se ganó su derecho en la fase de clasificación disputada en el recorrido de Walton Head GC en Surrey (Inglaterra).
Ahora, cuando baile el haka, la danza guerrera maorí, nadie se atreverá a ridiculizar el gesto que esconde un espíritu indomable.