El activismo de los socios avanza lentamente
El democratizar la organización de las empresas cotizadas es una de las grandes asignaturas pendientes del buen gobierno. De ahí que el Gobierno quiera ampliar la participación de los accionistas minoritarios en la gestión de las empresas con una propuesta de ley, en la que se dice que los accionistas que sumen el 5% del capital podrán añadir temas a los puntos del día de la junta.
Esta medida ha sido calificada de poco realista porque, según los expertos, para los minoritarios resulta prácticamente imposible de reunir el 5% del capital. Por eso, creen que se debería bajar bastante más el listón para que los accionistas se puedan organizar y ponerse de acuerdo más fácilmente. Mientras políticos y empresarios debaten estas cuestiones, en las juntas es cada ve más normal contar con la intervención de pequeños accionistas que, sin embargo, consideran que tienen muy pocas herramientas para defender sus intereses.
El último ejemplo ha sido la polémica junta de Terra, en la que se aprobó definitivamente la fusión con Telefónica entre gritos de 'estafadores'.
La asociación Accter.com ha vuelto a emprender una nueva cruzada al asegurar que se ha producido un fraude en la formación de mayorías y pedir la intervención de la CNMV.
La Asociación asegura que el consejo de Administración de Terra se niega a identificar a los fondos que delegaron su voto en Kim Faura, presidente de Terra, a los cuales Accter acusa de no representar a minoritarios sino a grandes inversores que defienden los intereses de Telefónica.
Mientras se aclara el asunto, parece que el único derecho de los minoritarios que realmente se respeta es el del pataleo.