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CincoSentidos

El emprendedor se forja pasando apuros

Ser hijo de una familia modesta y numerosa, haber sido educado por unos padres de escaso nivel académico, criado en la estrechez económica u obligado a trabajar desde la infancia pueden parecer puntos de partida poco ventajosos para el éxito. Las biografías de empresarios como Ramón Areces (El Corte Inglés), Amancio Ortega (Inditex), Juan José Hidalgo (Viajes Halcón y Globalia) o Francisco Martín Frías (MRW), por citar sólo cuatro ejemplos de emprendedores que no fueron criados precisamente entre algodones, parecen sugerir que tal vez no sea así. Para los especialistas en gestión empresarial, es exactamente todo lo contrario. 'El que los padres tengan estudios y una posición social acomodada limita fuertemente las posibilidades emprendedoras de los hijos', explica Iñazio Irízar, profesor universitario experto en temas empresariales y autor de Cómo crear una empresa (Gestión 2000).

La tesis de Irízar, que se basa en el análisis de diversos estudios realizados sobre emprendedores de todo el mundo, es aparentemente sencilla: si usted quiere que su hijo desarrolle aptitudes emprendedoras, siembre su educación de obstáculos y olvídese del sueño de verle convertido en un profesional acomodado tan pronto termine su formación universitaria. Eso sí, antes de nada pregúntese a si mismo si está preparado para ello. 'Lo propio de las familias acomodadas es dar estudios a sus hijos para que puedan colocarse bien en puestos cualificados. Es difícil que arriesguen en aventuras que pudiesen no salir bien, con lo que quedaría malparado el prestigio familiar', señala Irízar. Prueba de ello es que es frecuente que los hijos de grandes empresarios se aparten del ejemplo de sus padres, algo que saben muy bien las empresas familiares, muchas de las cuales no sobreviven a la segunda o tercera generación. 'Se dan casos de emprendedores que han seguido el ejemplo contrario de sus padres. Si el padre fue un humilde trabajador hasta su jubilación, ello generó en el hijo un fuerte espíritu de superación de la situación de su padre', apunta Iñazio Irízar.

El primer hijo tiene una desventaja: es el depositario de todos los sueños y las esperanzas familiares

Número de hermanos

Pero la comodidad y la seguridad no son los únicos enemigos del desarrollo del espíritu empresarial. Un detalle aparentemente irrelevante como el número de hermanos o la posición entre ellos puede marcar la diferencia entre el fundador de una gran compañía y un eficiente funcionario.

Así, los estudios demuestran que la mayoría de los grandes empresarios provienen de familias numerosas, algo que les ha enseñado a competir y a luchar desde niños. Por esta misma razón son los segundos o terceros hijos los que cuentan con mayores cualidades para liderar un proyecto empresarial, en contraste con el primogénito, que por el mero hecho de serlo tiene una posición jerárquica bien definida y asentada.

El primer hijo cuenta, además, con otra desventaja en este sentido: ser el depositario de los sueños y las esperanzas familiares. 'A los segundos y terceros, incluso al más joven, pueden permitírseles ciertas veleidades empresariales, ya que el riesgo es menor al estar cubierta la tradición familiar por el primogénito', apunta este experto universitario.

Aunque el mundo de la empresa es rico en ejemplos que siguen este esquema, existen casos de grandes empresarios de éxito que no fueron forjados en la adversidad, sino todo lo contrario. José Ortiz-Echagüe, fundador de la empresa aeronáutica CASA y de la empresa de automoción Seat, Leopoldo Fernández Pujals, fundador de Telepizza o Juan Roig, creador de Mercadona, son algunos de ellos.

En cualquier caso, y aunque el ambiente familiar diferencie las biografías de unos y de otros, los expertos aseguran que todos los grandes empresarios comparten una característica común que resulta fundamental: una vasta capacidad de trabajo.

Consejos: Educar a un futuro líder

¦bull;Dar responsabilidades. Asignar a los niños pequeños responsabilidades e incrementarlas con el tiempo es una buena forma de estimular esta cualidad, imprescindible en un empresario.

 

 

 

¦bull;No reprender por el fracaso. 'En España tenemos que aprender del You can do it de los norteamericanos', señala Iñazio Irinzo. Hay que animar a los hijos a arriesgarse y a no temer el fracaso.

 

 

 

¦bull;Tomar decisiones. Un exceso de autoridad o protección frustra el espíritu creativo y emprendedor. Dejar que tomen pequeñas decisiones es un buen entrenamiento.

 

 

 

¦bull;Utilizar el dinero. Aprender el valor del dinero y el esfuerzo necesario para conseguirlo resulta clave.

Ambientes opuestos que llevaron al triunfo

 

 

José, Vicente y Juan Lladró

 

José Lladró dejó la escuela por la huerta a los seis años de edad. Hijo de un peón de fundición, recuerda que la principal obsesión de su infancia era 'llenar el estómago'. Junto a sus hermanos montó un pequeño taller en el corral de su casa. Así nació en 1953 Lladró, una empresa de porcelana que hoy exporta el 90% de su producción a 125 países de todo el mundo.

 

Ágatha Ruiz de la Prada

 

'Proviene de un ambiente familiar acomodado, pero como empresaria tiene un mérito excepcional', confiesa Iñazio Irinza. La diseñadora, hija de un arquitecto coleccionista de arte y una aristócrata catalana, comenzó diseñando ropa de mujer a principios de los ochenta. Actualmente, explica este especialista, presta sus diseños a productos de más de 30 fabricantes.

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