Bruselas se plantea incluir la banda ancha en el servicio universal
La CE cree que la evolución tecnológica puede hacer que, a partir de 2008, el acceso a internet a través de banda ancha esté cubierto por la obligación de servicio universal. La medida supondría un enorme coste para las operadoras si, como ocurre ahora, deben asumir la financiación actual de esa cobertura obligatoria.
La Comisión Europea concluyó ayer la revisión trianual de la directiva que regula la obligación de ofrecer ciertos servicios de telecomunicaciones a todos los ciudadanos europeos aunque no resulten rentables para las compañías.
Esa exigencia se centra ahora en los servicios de telefonía fija. Pero el informe comunitario de evaluación advierte que la evolución tecnológica del mercado de las telecomunicaciones está dejando desfasada la definición de servicio universal pactada por la UE en 1998.
La CE señala a la telefonía móvil y, sobre todo, a la banda ancha como dos servicios a los que, en el futuro, probablemente resulte imprescindible que todo ciudadano tenga acceso.
En ambos casos, la Comisión concluye que, de momento, no se cumplen las condiciones necesarias para justificar esa obligación de dar cobertura a toda la clientela potencial. Pero mientras que Bruselas confía en que la propia dinámica del mercado convierta en universal el acceso a la telefonía móvil, las dudas son mayores sobre el despliegue de la infraestructura necesaria para disfrutar un acceso de alta velocidad a internet.
Viviane Reding, comisaria europea de Sociedad de la Información, señaló ayer que 'el crecimiento de los servicios de telecomunicaciones basados en internet, como la telefonía a través de un protocolo de voz, pone en cuestión las actuales exigencias de servicio universal basadas en la red de telefonía fija'. La Comisión recuerda que en 2008 volverá a revisar la evolución del mercado, para comprobar si la banda ancha merece ser considerada servicio universal.
La anterior revisión, en 1999, incorporó la obligación de facilitar el acceso a internet, pero sólo mediante la conexión telefónica tradicional. Ahora la Comisión percibe 'una preocupación generalizada por la creación de una brecha digital entre quienes utilizan los servicios de comunicación electrónica más avanzados y quienes no pueden acceder a ellos'.
Bruselas cree que, 'a medida que la cobertura de la banda ancha se amplía, la atención se centra en las zonas rurales y remotas con un potencial del mercado muy débil'.
Los últimos datos de la CE sobre implantación de la banda ancha apuntan ya a una cobertura del 85% de la población de la Unión Europea, aunque sólo el 6,5% utiliza en realidad ese servicio (8,4% en España, según los datos publicados ayer por la OCDE). Uno de los criterios para imponer a las operadoras la obligación de ofrecer un servicio universal es que la gran mayoría de los consumidores estén disfrutando ya de él.
'Se trata de una decisión muy delicada que tomaríamos con muchísima preocupación, porque somos conscientes de la carga económica que impone a los operadores', tranquiliza el departamento de Viviane Reding. La CE, de momento, inició ayer un periodo de consultas con el sector, para recabar sus opiniones.
Financiación con cargo al Estado
¿Sigue siendo correcto que las compañías telefónicas asuman gran parte de la financiación del servicio universal? La Comisión Europea sospecha que no. Y ha decidido lanzar el debate sobre la posibilidad de eximir a las operadoras del coste de esa cobertura, que correría a cargo de los presupuestos del Estado.Bruselas compensa así la mala noticia para los operadores de una posible extensión de los mercados cubiertos por la obligación de servicio universal para incluir el acceso rápido a interne.'Los costes sociales, normalmente, corren a cargo de la fiscalidad general y no de los operadores del mercado', afirma la Comisión en el documento aprobado ayer sobre la revisión trianual del ámbito del servicio universal en el sector de las telecomunicaciones.La Comisión considera al modelo actual como heredero de una situación en que los operadores disfrutaban el derecho exclusivo o especial a prestar ciertos servicios. 'Pero es dudoso que este modelo sea el apropiado en una mercado liberalizado y generalmente competitivo'.El presidente de Telefónica, César Alierta, ya ha pedido una revisión del sistema. En España, el antiguo monopolio es la única compañía obligada a financiar el servicio universal