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CincoSentidos

Cómo evitar que el estrés acabe en depresión

La excesiva ansiedad y la fatiga en el trabajo pasan factura a la salud

Tensión nerviosa excesiva y sobreesfuerzo físico o mental que surgen cuando se produce un desequilibrio entre lo que se demanda a un profesional y su capacidad para responder. Estas son algunas de las definiciones y causas del estrés laboral que el doctor José Buendía desarrolla en su libro Vivir con estrés (Ed. Espasa). Pero él va más allá, ya que además de describir los síntomas y características de esa creciente enfermedad, advierte de los riesgos que la excesiva ansiedad y fatiga en el trabajo conllevan para la salud.

Y es que ese tipo de estrés, que está originado por una inadecuada relación con el trabajo, no sólo se limita a vivir con angustia en el ámbito laboral. En ocasiones, pueden originarse males mayores. 'El agotamiento se suele ocasionarse cuando continuamente se está conviviendo con la tensión y el agobio', señala el doctor Buendía. Y añade que 'cuando esas manifestaciones se hacen crónicas se produce una quiebra de la persona. Entonces pueden surgir problemas como las cefaleas y otros riesgos adicionales'. Entre ellos, José Buendía, profesor de Psicopatología de la Universidad de Murcia, destaca la depresión y el infarto.

En ocasiones, como se muestra en la experiencia de los profesionales que tratan a las personas afectadas, éstas no suelen tomar medidas para evitar las posteriores consecuencias, pese a que Buendía afirma que 'normalmente son conscientes de su situación'. 'Cuando se está continuamente desbordado en el día a día se sabe', destaca.

Y él, que ha elaborado una especie de decálogo de comportamiento para tomar conciencia del problema que incluye en su libro, da un consejo más general. 'Cuando se vive en continua tensión hay que saber pararse y examinarse para ver si cumplimos con algunas de las líneas básicas del estrés laboral', resalta. Entre ellas están síntomas tan claros como 'estar preocupándose continuamente del fax, del teléfono o de los correos: en definitiva, no saber desconectar'.

Pero no es tan fácil admitirlo y por ello cita uno de los principales problemas para aceptar esas advertencias: 'el trabajo y, sobre todo, el poder crean adicción'.

Tal vez por ese aspecto indica que los directivos son uno de los colectivos con más riesgo. 'Llevan un ritmo de vida frenético que eleva su mortalidad'. Y en su libro describe el ámbito en que se mueven: 'es la problemática profesional con sus implicaciones financieras que el adulto vive en soledad y descarga injustamente sobre su cuerpo y bienestar personal'.

Manifiesta que además del exceso de implicación hay otras circunstancias de riesgo para ser víctima de un posible estrés que afecta también a otros colectivos. 'Una parte muy importante de los trabajadores está descontento con su empleo, considera que es una fuente de malestar'. Para ambas situaciones u otras similares, el profesor Buendía aporta otra sugerencia. 'Hay que intentar ser una persona que no sólo camina en una dirección'.

Y Aquilino Polaino, director del departamento de psicología de San Pablo-CEU y catedrático de Psicopatología por la Universidad Complutense de Madrid, destaca algunas de las causas que pueden provocar esa situación. 'Mal horario laboral, especialmente en España, en donde la jornada no acaba nunca; un sistema de alimentación inadecuado (se desayuna mal y se come en exceso al mediodía) y la escasa comunicación con los jefes'.

Y destaca la generalizada tendencia en España a la mala organización. 'En algunas empresas se considera que el día entero del empleado les pertenece, y las patatas calientes siempre caen sobre su tejado. Y sólo se debe dedicar ocho horas a trabajar, ocho a dormir y las ocho restantes a la vida personal'.

Síntomas que actúan de piloto

Hay un amplio conjunto de manifestaciones psicosomáticas que pueden ir unidas al estrés, desde la subida de tensión, al insomnio, las taquicardias a los ataques de ansiedad', señala el catedrático de la Complutense. 'El 30% de las consultas generales está ahora relacionada con esos problemas', subraya. 'En formas patológicas, añade, se pueden producir ataques de pánico, rechazo social y caer en un bache depresivo'.Pero el estrés tiene una vertiente positiva, manifiesta Aquilino Polaino, 'ya que es un mecanismo de lucha, de adaptación a la vida'. Por ello, como otros expertos, indica que lo importante 'es conocer los límites y no llegar a un grado de desbordamiento para el que no estamos preparados'. Y entre diversas recomendaciones, señala que es bueno 'no llenar la agenda y aprender a relajarse, incluso aunque sea sólo diez minutos durante la jornada laboral. Es un aspecto que debería incorporarse a la escuela'. Porque junto a los riesgos para la salud citados, destaca el aumento de los infartos en personas entre 35 a 40 años, de ambos sexos.

Plan de ataque

Fijar prioridades, dedicar más tiempo al control de trabajo y no hacer más de una cosa a la vez son algunos de los consejos que el libro de José Buendía aporta a las personas que desean cambiar de forma de vida. Pero antes aconseja realizarse un pequeño test para conocerse mejor. Y así las recomendaciones antes citadas están destinadas a las personas demasiado apresuradas.

 

 

 

Simplificar, planificar y trabajar más en la calidad que en la cantidad son reglas más adecuadas para personas con un perfil más esforzado. Y a ellas les advierte que es bueno 'disfrutar más del aquí y ahora de la vida y saber autorrecompensarse'.

 

 

 

Ocuparse de actividades como los deportes y delegar son consejos enfocados a directivos con otras características.

 

 

 

Confiar y delegar e intentar sólo ser muy buenos en determinadas tareas, así como eludir el acaparamiento de información serían las prácticas que deberán seguir las personas que en el trabajo intentan o se creen perfectas. Y el doctor Buendía destaca que otra clave para ellos es evitar 'la parálisis por el análisis'.

 

 

 

Fijarse objetivos personales y hacer cada día algo para mejorar cara a la autoestima, así como preocuparse por el bienestar personal serían las pautas más adecuadas para los directivos que tienen un perfil demasiado complaciente con otras personas.

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