_
_
_
_
CincoSentidos

'Sólo existe el presente, lo demás son apariciones'

En 1969, mientras los americanos pisaban la luna y por todo el mundo soplaban vientos de rebelión de la mano del movimiento hippy, en España, el franquismo empezaba a preguntarse por la sucesión del régimen. El verano de ese año es el marco en el que Fernando Royuela (Madrid, 1963) sitúa Violeta en el cielo con diamantes (Alfaguara), un título en clara alusión a la canción de los Beatles Lucy in the sky with diamonds (acrónimo del LSD).

'Soplaban vientos de libertad por todos lados. Sus armas eran paz y amor, que se escenificaban con música y drogas psicodélicas, como el LSD, un vehículo para ir más allá, para expandir la conciencia y llegar a otras realidades', afirma Royuela.

En julio de 1969 una familia de clase media -un médico, un ama de casa, el narrador y su hermana pequeña- pasa sus vacaciones en Galicia. El protagonista coincidirá con tres muchachos: María, Isaac y Violeta e irá desgranando los avatares de su primera adolescencia. 'Es la época más maravillosa del ser humano', asegura el autor. 'La infancia es el paraíso, estás protegido. Un día llegas a la adolescencia y descubres cosas increíbles, como el amor, la amistad y también te planteas cosas terroríficas como ¿quiénes somos? ¿A dónde vamos?'.

Violeta en el cielo con diamantes es una novela de viajes: el del hombre a la luna, el de la adolescencia a la madurez, el viaje de la conciencia. El embrión de la novela está en una historia de fantasmas; por sus páginas desfilan muchos, de hecho la obra empieza con un gato que resucita. Además, están los fantasmas del pasado y del futuro. 'Construimos un pasado a base de retazos, cosas que queremos recordar y magnificamos y otras que olvidamos. Tenemos una visión del pasado que tiene más de aparecido que de realidad'. Con el futuro, lo mismo, añade, los planes no dejan de ser una fantasía. 'Lo único que existe es el tiempo presente, todo lo demás son apariciones'. Su intención, aparte de captar el interés de la gente, ha sido hacer una reflexión sobre el paso del tiempo. 'Sobre cómo vamos cambiando de etapa y en cada una de ellas somos nosotros mismos, pero también el fantasma de nosotros mismos'.

Fernando Royuela ha disfrutado contando esta historia llena de intrigas, recovecos, guiños, emociones. Entre otros trucos, está escrita en primera persona para que inconscientemente el lector identifique al narrador con el autor y dar así más verosimilitud a la historia.

Literatura, una sustancia con potencia

Para adentrarse en los últimos años del franquismo, Fernando Royuela ha realizado una intensa labor de documentación, sobre todo en los dos grandes acontecimientos que narra: el viaje del Apolo XI y las intrigas políticas relativas a la sucesión de Franco. La historia le interesa mucho, 'de ella siempre se aprende', pero no se plantea ambientar sus novelas en determinados periodos históricos. La mala muerte repasaba los 50 últimos años de España, en cambio, en La pasión según las fieras, su anterior novela, creó un universo especial para ella.El autor, que ha sido traducido al francés, alemán, italiano y portugués, es contemporáneo de escritores como Luisgé Martín, Lola Beccaría, Nico Casariego, Marta Sanz o Marcos Giralt, con los que se identifica. 'Nos interesa la literatura como una sustancia con potencia, no como un juego, una forma de ganarse la vida. La literatura imbuye nuestras vidas y nuestras vidas están imbuidas de literatura'.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_