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Eduardo Morcillo

'China acaparará en tres años la mitad del comercio textil'

Tras seis años de experiencia en Shanghai, Morcillo lidera la consultora que gestiona el 60% de las incipientes inversiones directas de las empresas españolas en China

Desde que el 1 de enero finalizara el sistema de cuotas sobre el comercio de textiles, Europa y Estados Unidos se enfrentan a una invasión nunca vista de productos chinos, que amenaza con generar una guerra comercial si los dos bloques imponen las medidas de protección transitorias que permite la Organización Mundial del Comercio (OMC). Eduardo Morcillo nos habla de la situación y sus posibles consecuencias.

¿Cómo logra China vender a precios tan bajos? ¿Se debe todo a la mano de obra?

Sin duda, ése es uno de los motivos principales: la mano de obra es hasta 20 veces más barata que en Europa. Pero también cuenta la estructura inversora. La inmensa mayoría de los procesos se subcontratan, lo que reduce los activos fijos y las amortizaciones.

¿Y la legislación? ¿Hay ayudas estatales?

Las empresas apenas cotizan a la Seguridad Social, casi no se paga IVA en las operaciones domésticas y los costes de instalación son mínimos. Hay que tener en cuenta que la introducción del capitalismo en China es reciente, por lo que existen vacíos legales de los que se aprovechan los empresarios.

Las patronales textiles europeas acusan a China de dumping venta con precio inferior al coste...

No creo que el Gobierno lo favorezca. Las empresas privadas venden con margen escaso, entre el 0,4% y el 4%, pero no bajo coste. El dumping se produce por mala gestión en algunas empresas en proceso de privatización: tratan de profesionalizar la dirección otorgando bonus, pero no sobre beneficios, sino sobre ventas. Así, muchos directivos optan por vender de cualquier forma, pero está claro que ese modelo no puede durar más de uno o dos años.

China ha advertido a Europa de los 'efectos negativos' que tendría una restricción a sus textiles. ¿Hay peligro de guerra comercial?

No debemos infravalorar la amenaza. Hace año y medio, la UE paró la entrada de gambas congeladas desde China alegando problemas sanitarios. Pekín contraatacó frenando la entrada de cosméticos europeos, con restricciones que duraron un año. Ahora podrían hacer algo parecido.

¿Será eficaz la petición del comisario Mandelson de que China 'se autolimite'?

El Gobierno chino quiso poner alguna restricción a las exportaciones, previendo que Europa y EE UU podrían reaccionar como lo están haciendo La UE estudia imponer restricciones cuantitativas, y EE UU, aranceles. Pekín estableció un sistema de cuotas interno y buscó acuerdos industriales para evitar el dumping. Pero está claro que no ha sido suficiente. La OMC calcula que, de aquí a tres años, la mitad del comercio internacional de textiles estará en manos de China.

¿Qué puede ocurrir si Europa y EE UU imponen restricciones?

Lo más seguro es que China denuncie a ambos bloques ante la OMC, con resultado incierto, porque no existe jurisprudencia sobre casos similares. También puede entrar en negociaciones bilaterales, como pretende Mandelson, pero habrá que ver si lo hacen sin más o utilizan alguna otra industria como forma de presión.

¿Qué sectores serían afectados?

Maquinaria, herramientas, química... China es un mercado enorme, y además es el que más crece en el mundo. La vuelta a las restricciones sería nefasta. No hay más que ver la implantación de fabricantes de automóvil, en un país en el que en quince años podría haber 500 millones de consumidores potenciales. El desarrollo económico está siendo desigual, pero el número de habitantes con poder de compra crece a fuerte ritmo.

Las medidas de salvaguarda, si se utilizan, no podrían durar más allá de 2008. ¿Cómo pueden hacer frente las empresas textiles españolas a la inevitable avalancha?

El productor español debe pasar de un modelo de venta mayorista al acceso directo al cliente. Esto pasa por lograr acuerdos de distribución. La otra gran ventaja europea es el desarrollo de productos: China apenas invierte en I+D, por lo que hay que luchar por el segmento medio-alto. También debe aprovecharse la mayor capacidad inversora, para construir centros logísticos automatizados que reduzcan los tiempos de producción.

¿Hay un lado bueno para las empresas españolas?

El tamaño del mercado, la mano de obra barata y la facilidad para subcontratar actividades son claros incentivos para comprar fábricas chinas o construirlas. Eso no implica cerrar la unidad productiva en España, pues hay muchos clientes que requieren los pedidos muy rápido, sobre todo en el sector de moda. La estrategia pasa por subcontratar en China y enfocarse en la comercialización en Europa. Es un giro estratégico radical, que requiere un cambio de mentalidad que para algunas empresas familiares será realmente difícil. Pero creo que es ineludible.

'Mercado y ahorro de costes atraerán la inversión española'

China es el segundo destino inversor del mundo, sólo por detrás de Estados Unidos. Sin embargo, la posición de las empresas españolas es todavía modesta: 'España invierte en China unos 50 millones de euros al año, con una inversión acumulada de 500 millones. Una cantidad muy baja, pero que se multiplicará en los próximos años. El año pasado el flujo de inversión española dio un giro radical, pues inició la entrada en el mercado chino de la primera multinacional española: Telefónica ha abierto una delegación, y se están posicionando la banca y el turismo. En el momento en que se asienten, habrá un efecto llamada para otras empresas de servicios. Esto hace pensar que en dos o tres años el flujo inversor español en China será mucho mayor'.Morcillo explica que la inversión española se centra hoy en las industrias en las que España es más fuerte: 'Sobre todo empresas de automoción, componentes de automoción, química, construcción e industria ligera. Las empresas españolas que invierten en China se pueden catalogar en dos tipos: por una parte están las que buscan un hueco en ese enorme mercado. Son inversiones estratégicas, utilizadas mayoritariamente por la automoción (el núcleo de la clientela de InterChina) y la siderurgia. La mayoría de las demás empresas tienen como objetivo reducir costes. Es lo que está ocurriendo con la industria intensiva en mano de obra, como el mueble, el textil o los materiales. Mercado y reducción de costes seguirán siendo los ejes de la inversión española'.

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