Un trimestre movido
El primer trimestre de 2005 se muestra como un déja vu del pasado 2004, con rentabilidades positivas tanto en la renta variable como en la renta fija. En la primera los 'sospechosos habituales' lideran los rankings, esto es, los fondos emergentes europeos y latinoamericanos, los de pequeñas compañías de las diferentes categorías, los fondos valor y otros. También observamos cómo la renta variable europea supera a la norteamericana, que se muestra bastante apática en sus principales índices cuando no en claro tono negativo cuando dirigimos nuestra mirada hacia su índice tecnológico Nasdaq.
Precisamente los fondos sectoriales de tecnología, farmacia y biotecnología siguen su pesadilla particular, mientras que los mismos sectores que brillaban en el 2004 vuelven a hacerlo en el comienzo de este 2005, con el de recursos naturales en lo más alto gracias a los altos precios del petróleo y de las materias primas en general.
En el lado de la renta fija vivimos inicialmente una continuación de la imparable bajada de las tasa internas de retorno, que llega rozar mínimos en el caso del bono español a 10 años, alrededor del 3.46%. Las mayores subidas, no obstante, vuelven a concentrase en las categorías de mayor riesgo como son las de deuda emergente, en particular la europea, y la de alto rendimiento o high yield, llevando en sus caminos los diferenciales o spreads con la deuda gubernamental de calidad a cerca de sus mínimos.
Los parecidos no terminan ahí, ya que las suscripciones netas positivas comenzaron al buen ritmo habitual y en febrero el incremento patrimonial superó los 3.000 millones de euros, de los que más de 2.000 correspondieron a suscripciones netas de los partícipes. Finalmente, la fuente de estas suscripciones netas tampoco experimentó cambios ya que se concentró una vez más en los fondos garantizados, en su versión de renta variable, y en la renta fija a corto plazo, que recogía gran parte del patrimonio que está saliendo de los monetarios.
Sin embargo, hacia la mitad del mes de febrero se vivió un alto en esta tendencia alcista, que afectó tanto a la renta variable como a la renta fija. El caso de la renta fija un comentario del presidente de la Fed, Alan Greenspan, en el que hablaba del 'enigma' del comportamiento de la renta fija que lanzó las tasas de los bonos como un cohete hacia arriba.
El bono de referencia de la zona euro, bund a diez años, pasó de una tasa del 3,44% al 3,78% en poco más de un mes. Son 34 puntos básicos, que tuvieron el consiguiente efecto negativo en los precios y que llevó a la mayor parte de fondos de renta fija euro a largo plazo a rentabilidades negativas durante ese periodo, algo poco habitual y sorprendente para muchos de los inversores conservadores españoles que poseen participaciones de estos fondos.
En las últimas tres semanas del mes asistimos a un movimiento lateral con poca definición tanto en los bonos como en las acciones. En la renta variable hay que recordar que llevamos más de dos años de subidas y que no suele ser habitual ver ciclos interrumpidos alcistas que superen los tres años, por lo que habrá que estar más atentos que nunca a los datos macro a ambos lados del atlántico. Es posible que la tendencia alcista de fondo pueda continuar algún tiempo más pero no parece improbable que en algún momento de este año iniciemos alguna corrección de cierto calado.
El balance final del primer trimestre se puede resumir en que lo pequeño siguen siendo bueno. Las diferentes categorías Lipper de fondos europeos de pequeñas empresas nos muestran que sus fondos obtienen rentabilidades medias cercanas, cuando no superiores, al 10%.
Destaca el caso español, donde por ejemplo el índice de mercado BCN 50 se revaloriza un 19% mientras que el Ibex 35 no llega al 2%. Igualmente los emergentes siguen colocándose entre los más destacados y, en concreto, los fondos pertenecientes a la categoría Lipper Renta Variable Emergente Europea obtienen un retorno medio del 9,6%, aunque el reciente susto protagonizado por estos fondos debería de servir de aviso sobre el riesgo que conllevan.
En el lado negativo, las 'estrellas' indiscutibles una vez más son los fondos de Bolsa sectoriales de tecnología, telecomunicaciones y biotecnología. La pesadilla continúa...
Análisis. La gran disparidad del sector
El excelente recorrido de las pequeñas compañías no parece tener fin. El caso español es sobresaliente, dadas las extraordinarias rentabilidades ofrecidas por las mismas, que superan a las, por otro lado bastante aceptables, proporcionadas por los grandes valores del Ibex.El caso japonés no es menos llamativo, ya que mientras su índice principal, el Nikkei 225, se muestra apático ante las dudas sobre la recuperación económica, los indicadores de pequeñas compañías como el Tokyo Segunda Sección se revalorizan casi un 20% en el primer trimestre.