La industria afirma que Europa pierde atractivo para invertir
El tradicional coloso farmacéutico europeo adolece hoy de un lento crecimiento en sus inversiones en I+D. La raíz del problema radica, según la patronal europea del sector, en unas condiciones de mercado y unos recortes que impiden su desarrollo.
Los números hablan claro: en 1990, las inversiones en I+D de la industria farmacéutica en Europa eran de 7.941 millones de euros y en Estados Unidos de 7.191 millones de euros. Las tornas en la actualidad están cambiadas con un gasto estimado en 2003 de 28.964 millones de euros en Estados Unidos y de 21.100 millones en el Viejo Continente.
'Europa es cada vez un lugar menos atractivo para invertir en I+D farmacéutica', afirma el director general de la patronal de la industria farmacéutica europea (Efpia), Brian Ager, quien apunta que por lo que esas inversiones 'se están desviando' a otras regiones como Norteamérica o el sudeste asiático. El motivo, según la industria, es que no se ponen las bases adecuadas para garantizar la competitividad en Europa, lo que se traduce en un ritmo de gasto en innovación menor.
Tres son las claves principales de la falta de competitividad según explicó Ager: el retraso en la comercialización de los medicamentos, el comercio paralelo y las medidas gubernamentales de contención del gasto.
Las medidas de recorte en los siete principales mercados europeos -Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, España, Holanda y Bélgica- supusieron un impacto negativo para la industria equivalente al 6% de sus ventas en 2004. Para el próximo ejercicio Ager asegura que se espera que alcance el 6,4%, es decir, 6.486 millones de euros. En España, el impacto para la industria de las medidas de recorte en 2004 fueron de 430 millones de euros -especialmente por los precios de referencia- y se prevé que en 2005 sean de 480 millones de euros a causa del recorte unilateral del 4,2% de los precios de medicamentos con más de un año en el mercado y que no están sujetos a los precios de referencia.
También afecta directamente al mercado el retraso entre el periodo que transcurre entre la aprobación de un medicamento y su comercialización. 'Todavía hay retrasos de casi dos años antes de que un nuevo medicamento esté disponible', apunta Ager. æpermil;ste es el caso de Grecia, Eslovaquia y Bélgica, países donde las negociaciones de precios demoran más el lanzamiento de los productos en la UE.
El comercio paralelo es otro de los elementos que distorsionan la competitividad de la industria farmacéutica europea. Según Ager, el valor de estas prácticas en la UE ha alcanzado los 5.000 millones de euros.
Una llave para lograr la mayor economía del conocimiento
Es clara la necesidad, según Ager, de cuidar más a un sector que aporta beneficios también políticos: 'La industria farmacéutica basada en la investigación supone el 15% de todo el gasto privado en I+D de la UE, y puede jugar un papel esencial -dice- para convertir a Europa en la economía basada en el conocimiento más competitiva del mundo', objetivo postulado en el Consejo Europeo de Lisboa de 2000.