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Laboral

El salario de los analistas de Wall Street baja el 50% desde 1999

Si se quiere un análisis de Bolsa objetivo y también independiente, habrá que pagar por ello. Los casos de recomendaciones engañosas en Estados Unidos, que pusieron al descubierto las vergüenzas de una banca de inversión que recomendaba valores para ganar negocio con empresas y no para informar al inversor, han acabado con una reprobable pero rentable actividad, siendo el analista el perjudicado final.

Esta actividad apenas conlleva ingresos; sólo aquellos derivados de fondos que compran acciones basándose en una recomendación y pagan una comisión, y se trata de un negocio marginal. Por eso los presupuestos para análisis se han hundido, y el experto, que ahora tampoco puede cobrar las jugosas comisiones del negocio de banca de inversión, ha pagado los platos rotos.

Según datos de la consultora Whitney Group, especializada en la banca de inversión de Wall Street, el salario medio de un analista senior ha caído el 50% entre 1999 y la actualidad. La misma agencia también cita datos del banco de inversión Sanford Bernstein, según los cuales el presupuesto para análisis de valores de las mayores siete firmas de Wall Street han caído el 40% entre 2000 y 2003, a medida que las empresas han despedido a los analistas y recortado las compensaciones que se les pagan.

La prohibición de vincular análisis con negocio bancario ha hundido los sueldos

'Es normal que los presupuestos evolucionen de ese modo, porque hace unos años los salarios de los analistas estaban vinculados a los ingresos que se obtenían por negocio de banca de inversiones. Como esa vía ya no se puede usar, los pagos tienen que caer necesariamente. En todo caso, también han caído los presupuestos por otros motivos. Han sido unos años muy difíciles y los trabajadores han tenido que rebajar sus pretensiones o aceptar recortes en las pagas', comenta Ignacio Benítez, analista de renta fija en Londres.

Multa millonaria

En abril de 2003 las 10 principales empresas de inversiones de Wall Street accedieron a pagar una multa de 1.400 millones de dólares (1.076 millones de euros al cambio actual) para cerrar una investigación de la fiscalía de Nueva York que encontró pruebas flagrantes de que muchas recomendaciones eran sesgadas y engañaban a propósito al inversor. Así, analistas como Henry Blodget, de Merrill Lynch, recomendaban con ahínco compañías que sabía estaban sobrevaloradas. El objetivo era agradar a estas y otras empresas para obtener de ellas millonarios contratos de banca de inversiones.

Blodget ganó cinco millones de dólares en 2000, según publicó The Wall Street Journal. Menos que Mary Meeker, analista estrella de Morgan Stanley, con 20 millones de dólares en 1999. Pero también ayudó a conseguir 40 contratos de banca de inversión que reportaron 143 millones a Morgan Stanley.

Buena parte del salario de los analistas estaba vinculado directamente a estos ingresos. Tras la investigación, los bancos se comprometieron a acabar con estos vínculos. Así, en 200 las comisiones que recibieron los departamentos por este concepto pudieron ascender a 5.200 millones de dólares, aplicando una media de 4% a los 384.000 millones que ingresaron los bancos, según Bloomberg. En 2004 estas comisiones habrían ascendido a 5.000 millones.

El resultado es que, como explica un gestor con experiencia en Nueva York, 'que el analista bueno termina trasladándose al negocio de fusiones y adquisiciones, que es donde se gana dinero'. Algo que, lógicamente, incide en la calidad de los informes. De este modo, aunque según cifras oficiales han aumentado los pagos a los empleados de Wall Street hasta a niveles cercanos a la burbuja, el dinero se ha quedado en otros departamentos que, a diferencia del de análisis, sirven para ganar dinero.

Cambios en España

Las normas de conducta a las que se comprometieron los banqueros de Estados Unidos tras los escándalos de 2002 serán aplicadas también en España. El Gobierno ultima una normativa que, por ejemplo, prohibirá a los analistas tener su salario vinculado al negocio de banca de inversión que consigan para la entidad en la que trabajan. También obligará a una mayor transparencia a la hora de comunicar si un banco recibe ingresos de una compañía analizada, y se establecen reglas para garantizar la objetividad de los informes.En todo caso, la situación de los analistas españoles no es comparable a la de los estadounidenses. Si bien las recomendaciones están sesgadas al alza a ambos lados del Atlántico, ello no se debe a que se de en España el mismo grado de conflictos de interés que se da en Estados Unidos. Principalmente, porque el negocio de banca de inversión doméstico no tiene el tamaño del de Wall Street. Y, con un pastel más pequeño a repartir, hay menos tentaciones de usar las recomendaciones como vía para captar negocio.

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