La incorrección política de Alejandro Magno
Como no podía ser menos, la polémica está presente en la última superproducción estadounidense que llega a las pantallas españolas. Alejandro Magno, dirigida por el ya de por sí controvertido Oliver Stone, se estrena hoy con el actor Colin Farrel (æscaron;ltima llamada) encarnando a Alejandro y con Angelina Jolie (Tomb Ryder) en el papel de su madre Olimpia.
La cinta, que en EE UU no ha logrado recaudar en taquilla ni un tercio de los 160 millones de dólares que costó rodarla, ha recibido duras críticas y sufrido censura tanto por sus escenas de contenido sexual, alguna eliminada el montaje final, como por la temática elegida en un momento de convulsiones bélicas.
Al fin y al cabo, abordar la vida de un gran guerrero que ya en su adolescencia arrasó la ciudad de Tebas y convirtió a sus habitantes en esclavos y de ahí se lanzó a su campaña más conocida, la conquista del imperio Persa, debe resultar difícil sin herir sensibilidades. Pero Oliver Stone, director también de JFK, Nixon o Platoon, lo tiene claro: 'Prefiero el rigor histórico a ser políticamente correcto', afirmó ayer durante su visita a Madrid para presentar la película.
Conflictos aparte, la cinta, con una duración de tres horas (algo cada vez más habitual en las películas de estilo épico), se presenta en España como el primer gran estreno de 2005 y entre sus alicientes, además de rememorar la vida de uno de los personajes más cautivadores de la Historia, está la posibilidad de encontrarse con un magnífico Anthony Hopkins en el papel del general Tolomeo, confidente y amigo de Alejandro, y de disfrutar con la banda sonora a cargo de todo un clásico, Vangelis. El elenco de caras famosas se completa con Val Kilmer (The Doors) en el papel de Filipo II y padre de Alejandro y con un veterano como Christopher Plummer en el papel de Aristóteles.
Otros títulos que también se estrenan este miércoles aprovechando la visita de los Reyes Magos provienen de territorios tan diversos como Japón, Reino Unido, Italia y Rusia. Del país del sol naciente llega una cinta a cargo del joven y ya renombrado Takashi Nakamura (Happiness of the Katakuris, 2002) que promete poner los pelos de punta. Titulada la Llamada perdida, su argumento resulta inquietante: una estudiante recibe un mensaje en su teléfono móvil con fecha de tres días después y desde su propio teléfono.
Para los amantes de la comedia romántica llega el clásico de Oscar Wilde La importancia de llamarse Ernesto, del director Oliver Parker y con Rupert Everett (La boda de mi mejor amigo) en el papel protagonista de esta producción británica.
De Italia viene la película del director Davide Ferrario, también agente de directores y productores independientes como Jim Jarmusch. Después de medianoche se presenta con su título original Dopo Mezzanotte. La cinta cuenta la historia de Martino, un muchacho que trabaja como vigilante nocturno en el museo del cine de Turín y una noche se tropieza con Amanda, una joven que huye de la policía.
Estrella, señal de socorro es una de las escasas películas rusas que llegan a nuestras pantallas. La historia se sitúa en la Segunda Guerra Mundial en el frente ruso y está a cargo del joven director Nikolay Lebedev. En el apartado de puro entretenimiento, se estrena Obsesión, una cinta comercial estadounidense de desencuentros y también de misterio.
Confidencias en la consulta equivocada
Por llamar a la puerta equivocada, una mujer (Sandrinne Bonnaire) termina contando sus problemas matrimoniales a un asesor fiscal (Fabrice Luchini) al que confunde con su psicólogo. Lejos de deshacer el equívoco, el falso profesional se deja fascinar por la mujer y se inicia una extraña relación en la que no todo parece fruto del azar. Este es el argumento de Confidencias muy íntimas, la última cinta de Patrice Leconte (El marido de la peluquera) y que formó parte de la selección oficial del último Festival de Cine de Berlín, celebrado a comienzos del pasado año. Se trata de un film psicológico que recibió muy buenas críticas en Francia.