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CincoSentidos

Sin nervios a bordo

Viajeros frecuentes como directivos o deportistas de élite sufren durante los vuelos. Una compañía elimina miedos enseñando cómo funciona un avión

Con recelo, miedo o pánico. Tres estadios de una misma sensación que le pueden sobrevenir a un pasajero que viaja en el medio de transporte más seguro pero que genera mayor desconfianza. La compañía catalana Infinit Air ha diseñado una fórmula para que los desplazamientos en avión resulten más placenteros y que un trayecto aéreo deje de ser un suplicio para quiénes lo utilizan por motivos de trabajo, sobre todo directivos y también deportistas de élite.

Su propósito es despejar las incógnitas que se plantea todo pasajero en los días previos y durante el vuelo acerca del funcionamiento del avión, las medidas de seguridad y la formación de la tripulación con la misión de ayudarles a dejar de lado sus recelos. 'No se trata de perder el miedo a volar, sino de lograr que la experiencia sea satisfactoria', explica Jaume Martí, psicólogo deportivo y responsable de Psicosport, que imparten los cursos junto con Infinit Air en el aeropuerto de Sabadell (Barcelona).

La idea de crear estos programas surgió hace un año para ayudar a deportistas que pese a utilizar habitualmente el avión en sus desplazamientos tienen recelos a volar. 'Vimos que era un problema que podía repercutir en su rendimiento', explica Martí. Poco después decidieron ampliar su público potencial dirigiéndolo a ejecutivos para quienes viajar es una condición indispensable de su puesto de trabajo.

Los fallos mecánicos son muy raros. El 90% de los accidentes se deben a errores humanos

Uno de los puntos clave del seminario, que reúne durante dos días a pequeños grupos de entre ocho y 12 personas, es acabar con creencias extendidas entre la sabiduría popular. Una de ellas se refiere al momento de mayor riesgo, que a diferencia de lo que se suele creer, no se trata del aterrizaje, sino del despegue. 'El avión se encuentra a máxima potencia, soporta el mayor peso y está cargado por completo de carburante', explica Mercé Martí, directora general de Infinit Air, piloto comercial y deportiva con varios títulos internacionales a sus espaldas.

Intentan también desterrar la idea de que los errores mecánicos son frecuentes. 'Rara vez se producen y tienen una solución más sencilla que fallos humanos', explica la piloto. 'Si hay un problema técnico o un fallo mecánico, contamos con herramientas y recursos dentro del avión necesarios para solventarlo', dice. Aproximadamente en un 90% de los casos, los accidentes son fruto de errores humanos y no de los aparatos.

El programa de Infinit Air y Psicosport se diferencia de los cursos que pueden poner en práctica las grandes compañías aéreas en ser más personalizado, explica el psicólogo deportivo. 'Los participantes comparten temores y descubren que el miedo a volar es una sensación extendida', dice. Cerca de un 10% de la población tiene algún tipo de reparo a viajar en avión.

Los promotores del seminario, cuyo precio por persona se sitúa alrededor de los 350 euros, especifican que su metodología no cura a quien se aterroriza con la simple idea de poner un pie en un aeropuerto. Como paso previo a participar en el programa hay que someterse a un cuestionario en el que se detecta qué problema le genera al potencial alumno un vuelo. Síntoma inequívoco de que el avión es problemático es sentir un alivio desmesurado en el momento de tomar tierra. Los casos fóbicos, los más extremos, no pueden ser tratados en este tipo de cursos. 'Si uno de los interesados tiene este perfil el seminario no le resultará eficaz', explica el responsable de Psicosport.

Los alumnos también comparten los preparativos de la puesta a punto del avión con los pilotos. El final del cursillo y la verdadera prueba de fuego es sobrevolar Barcelona a vista de pájaro y en un avión bimotor.

Las señas de identidad del viajero atemorizado

Los pasajeros que pasan por una situación traumática a bordo de un avión son fácilmente identificables. La postura que utilizan les delata. Suelen sentarse rígidos y con las manos prácticamente agarrotadas en los reposabrazos. En algunos casos suelen acompañar el menú con dosis elevadas de bebidas alcohólicas. Optan por no moverse de su asiento, aunque también pueden ir al baño en exceso. Este mal, que afecta tanto a hombres como a mujeres y que no hace distinción de clase social, se manifiesta también mucho antes del vuelo. 'Angustiarse días antes pensando en que se tomará un avión demuestra que estamos ante un problema', explica Jaume Martí.

Relajación en pleno vuelo

Factor sorpresa Los expertos recomiendan que el viajero con recelos a volar no sea informado de que utilizará el avión para desplazarse hasta última hora. De esta manera se eliminan los nervios y la angustia de los días previos al viaje.

 

Buscar pensamientos alternativos es la estrategia a seguir en el momento que al pasajero le sobreviene una sensación de intranquilidad en pleno vuelo. 'Hay palabras claves que ayudan a cambiarla dinámica negativa en la que se entra, como stop', explican desde Infinit Air.

 

El control de la respiración en pleno trayecto aéreo no sólo ayuda al pasajero a relajarse y sentirse más cómodo, sino también a distraer la atención y a olvidar que la situación le crea tensión.

 

Ejercicios físicos. Una pequeña tabla de estiramientos o ejercicios para mejorar la flexibilidad, así como paseos por la nave, ayudan a reducir el estrés.

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