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Bolsas

Adiós a la rentabilidad de varios dígitos

No es sólo poco probable, sino matemáticamente imposible, que los mercados vuelvan a repetir los mismos niveles de rentabilidad de los últimos 20 años. La razón: la mayoría de los inversores ha pasado por alto una realidad decisiva, que es la victoria de los bancos centrales sobre el tradicional enemigo: la inflación. Internet y los hedge funds también harán más dificil rentabilizar las inversiones. Un mercado más eficaz ofrece menos chollos.

Estas contundentes afirmaciones vienen de Curt Custard, director de la gestora Schroders, que protagonizó una presentación en Londres para inversores europeos: 'La inflación ya no tiene dónde caer, por lo tanto tampoco van a descender los tipos de descuento sobre el mercado. Ello produce un frenazo de la rentabilidad', afirmó Custard. La contención de la inflación lleva a mantener tipos de interés más bajos, luego no hay margen para bajarlos más, como suelen querer los inversores.

Por otra parte, en los últimos 20 años, salvo durante la crisis de 1987, que fue bastante corta en duración, los mercados de renta fija y renta variable han mostrado una tendencia alcista. Pero el fuerte aumento de los flujos de capitales de los últimos años en todos los mercados puede poner freno a la rentabilidad fácil: 'En cuanto a las fuentes tradicionales, es importante colocar el riesgo en los activos menos eficientes', djo Custard. Por ejemplo, los bonos del Tesoro de países como EE UU y Gran Bretaña resultan poco atractivos por su alto grado de eficiciencia. 'Es mucho más fácil para el gestor de patrimonios ganar dinero en los sectores menos eficientes. Aquí podemos destacar la renta variable de Japón y los mercados emergentes, o incluso en menor grado las Bolsas del Reino Unido y el resto de Europa'.

La contención de la inflación deja menos margen para la mejora bursátil

En este sentido, el reparto de la cartera de inversiones no ha sido asunto de gran importancia porque, al fin y al cabo, existía siempre la posibilidad de ganar mucho dinero sólo por inercia del mercado. Pero hoy en día, añade Custard, lo más importante para el cliente es buscar la forma de compensar un nivel de rentabilidad inferior y un crecimiento de la volatilidad. No se trata de una simple diversificación geográfica o por tipos de activos, sino de decidir dónde colocar el umbral riesgo, o de volatilidad.

La cartera clásica siempre ha estado compuesta por una diversificación de dos clases de activos, la renta fija y los bonos. Pero es hora de que el inversor busque fuentes alternativas de diversificación, según Custard, quien recomienda diversificar la cartera con otros activos, tales como la propiedad inmobiliaria, las materias primas, las divisas, los bonos de alto rendimiento y los mercados emergentes, entre otros.

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