China interesa aunque se enfríe
De los casi 3.000 fondos de inversión domiciliados en nuestro país y promovidos por gestoras españolas, solamente dos han fijado sus ojos en el mercado chino. Media docena de fondos más se ha especializado en los mercados asiáticos y cuenta con alguna presencia en el chino. Las gestoras internacionales tienen algo más de interés por lo que sucede o lo que pueda suceder en este país, aunque tampoco la oferta es demasiado abundante. En todo caso, la inversión total de los fondos españoles que han apostado por el mercado más prometedor del mundo apenas llega a los 5 millones de euros. De los dos fondos que existen en España orientados a este mercado, uno tiene poco más de un año de vida. El otro acaba de nacer y está dando estos días sus primeros pasos. El mercado chino es cada vez menos exótico para los inversores españoles y empieza a ser bastante familiar para algunos de ellos.
'Los argumentos para invertir en China son numerosos. El país está destinado a convertirse en la fábrica mundial, con sus 760 millones de trabajadores. En la actualidad, produce el 50% de las cámaras fotográficas, el 30% de los aparatos de aire acondicionado y el 30% de los televisores del mundo. Cerca de 400 de las 500 corporaciones más grandes del mundo ya están en China. Y hay más de 430.000 empresas extranjeras operando allí. ¿Cómo no estar presente?', se pregunta tras la exposición de motivos José Diego Alarcón, gestor del fondo Serfiex China, el último llegado a esta corta familia de fondos españoles interesados en este mercado asiático. Serfiex está integrado en la gestora de fondos Inverseguros. China sorprendió hace escasas fechas a los mercados subiendo sus tipos de interés, después de diez años sin moverlos. La economía estaba en peligro de sobrecalentamiento, con un crecimiento del PIB superior al 9% anual, que amenazaba con hacer descarrilar el brillante y sostenido desarrollo de este país. 'La decisión de subir tipos EN 0,27 puntos hasta el 5,58% en préstamos a un año era sin duda necesaria y va a ser efectiva. La única duda sería si, a largo plazo, podría resultar demasiado efectiva', comenta Xavier Auguets, director de Caixa Catalunya Gestió, la gestora que cuenta con el fondo especializado en China más antiguo del mercado español, el CC China Fund. 'Nuestra visión sobre la evolución de la cartera es de oscilación en un rango lateral hasta que se demuestre que las medidas tomadas dan sus frutos. La sorpresa positiva podría venir por la esperada reducción de los precios de los alimentos y del petróleo, un escenario que nos haría ser más positivos en la renta variable china', afirma Auguets.
Marina Manzanares, gestora del fondo Renta 4 Asia, uno de los fondos especializados en ese continente pero que presta una especial atención a China, es optimista sobre el futuro de este mercado y considera que va a superar los problemas a los que se ha enfrentado en los últimos meses. 'Parece que el Gobierno está controlando la evolución de la economía de una forma adecuada utilizando estrategias monetarias internas, lo cual no sólo no es un riesgo sino que es positivo para el futuro de China. El menor crecimiento no tiene por qué interpretarse negativamente ya que aunque haga disminuir la demanda china, el crecimiento que se está esperando sigue siendo muy importante y será uno de los motores de la economía global, junto con India, para los próximos años'.
La prueba de fuego de China sería la liberalización de los tipos de cambio. Una buena disciplina monetaria ayudaría a dar continuidad a los altos crecimientos de la economía
Pictet Funds tiene también un fondo especializado en China, aunque su historial es bastante más dilatado que el de los jóvenes fondos españoles. Los gestores de Pictet creen que la principal prueba a la que se enfrenta la economía china en los próximos meses es la de liberalizar su tipo de cambio, hoy anclado en el dólar, una medida que podría ser el complemento adecuado para dar mayor utilidad a la política monetaria que han empezado a utilizar las autoridades de este país la semana pasada para tratar de controlar una tasa de inflación que se les ha ido por encima del 5%. Una buena disciplina monetaria facilitaría la tarea de dar continuidad a los altos crecimientos del PIB de estos últimos años.