Cementos Molins se plantea una OPV en 2005 para ampliar la liquidez en Bolsa
Cementos Molins estudia realizar una oferta pública de venta (OPV) el año próximo para reforzar la liquidez de su valor en Bolsa. La actual opa en marcha para amortizar la participación del 40,5% en manos de Lafarge supondrá que la familia fundadora aumentará su control hasta el 93,18% del capital. Los Molins ya han anunciado su interés en mantener la compañía en Bolsa de cara a su plan de crecimiento.
A diferencia de Uniland, la cementera catalana que salió de Bolsa el año pasado por su escaso nivel de contratación (el free float rondaba el 7%), la familia Molins tiene intención de mantener su compañía en el parqué. Sin embargo, los directivos de la cementera son conscientes de la escasa liquidez que puede tener el valor cuando concluya la actual opa presentada para amortizar la participación del 40,9% en manos del grupo francés Lafarge. Este nivel ya es reducido ahora, puesto que sólo el 3,55% del capital circula libremente en Bolsa.
Una vez finalizada la opa, la familia Molins (cuenta actualmente con el 55,54% de la cementera a través de varias sociedades instrumentales) aumentará su control sobre el capital de la empresa entre un 89,95% (en caso de que sólo aceptara la oferta el grupo francés que preside Bertrand Colomb) y hasta un 93,18% si acuden todos los accionistas a los que va dirigida la oferta. Según el folleto de la opa sobre la participación de Lafarge, para aumentar la liquidez del valor la compañía ha previsto adoptar 'las medidas que resulten necesarias con objeto de incrementar la difusión o el volumen de negociación (...) a través de una oferta pública de venta o suscripción' en el ejercicio siguiente a la liquidación de la opa, es decir, el año próximo La opción de la oferta pública de suscripción llevaría aparejada una ampliación de capital con la que se reduciría la deuda.
Cementos Molins quiere seguir en Bolsa para financiar parte de su plan de inversiones y reducir el endeudamiento que generará precisamente con la actual opa. La oferta se ha lanzado sobre 4.609.000 acciones representativas del 43,03% del capital que no controlan los Molins, por un importe de 278,84 millones de euros (60,5 euros por título). La intención de la opa pasa por amortizar estos títulos. Las sociedades de las ramas de la familia fundadora (Otinix, Inversora Pedralbes, Cartera de Inversiones y Noumea) han sindicado sus acciones y no acudirán a la oferta.
La opa se financiará con un préstamo sindicado de 150 millones de euros. Paralelamente, Cementos Molins ha firmado un aval de 278 millones con cinco entidades financieras españolas (Banco Sabadell, La Caixa, Banesto, BBVA y SCH). El aval vencerá este año, coincidiendo con la liquidación de la opa. Una vez culminada esta operación los fondos propios de la cementera catalana se reducirán en 272,69 millones, situándose en 138,25 millones.
Endeudamiento
El endeudamiento financiero neto se incrementará en 278,84 millones, situando la ratio de deuda sobre fondos propios en el 81% y la de deuda sobre capitalización, en el 46%. La documentación de presentación de la opa valora que 'Cementos Molins dispone de una estructura financiera saneada, que le permite soportar la financiación de la adquisición de acciones', y añade que 'el negocio de la sociedad se caracteriza por ser intensivo en capital, con una fuerte capacidad generadora de flujos de caja, lo que aseguraría (...) una alta capacidad de repago del endeudamiento'.
Además de aumentar el control accionarial, los Molins conseguirán reforzar la independencia en la gestión. Lafarge entró en la cementera catalana en 1998 a través de una opa, para diluir el interés de su competidor Ciment Français en controlar el mercado catalán. Seis años después se produce la misma operación, pero al revés.
Inversiones de 133 millones este año
El coste de la opa no ha alterado las inversiones industriales del grupo, que totalizan los 133 millones en el presente ejercicio. Los dos principales proyectos se han planteado en el extranjero.El primero responde a la construcción de una planta en Chatak, al norte de Bangladesh, precisamente con su hasta ahora socio Lafarge. La inversión alcanzará los 197,36 millones de euros, y se realizará a partes iguales por los dos grupos en varios ejercicios. Molins ha confirmado que el proyecto seguirá adelante a pesar de la marcha del grupo francés del capital de la cementera catalana, y que la factoría asiática estará en funcionamiento en 2005.La otra inversión en importancia es la instalación de una segunda línea de producción en Cerritos (México) a principios de 2006. Por otra parte, la compañía ha realizado una primera valoración sobre el impacto que puede tener la reducción de las emisiones de CO2 en sus plantas españolas.La compañía fabricará hasta 100.000 toneladas anuales menos de cemento. Molins vendió 4,8 millones de toneladas en 2003, incluyendo la actividad realizada fuera de España. El grupo obtuvo un beneficio neto consolidado de 90 millones el año pasado, con un aumento del 28% sobre 2002. La depreciación del dólar provocó que la facturación sólo aumentara un 2,4%.