Carteras que eligen y apuestan
El fondo de inversión ha demostrado ser, con el tiempo, uno de los mejores vehículos para canalizar los ahorros. La diversificación que caracteriza a las carteras, por un lado, y la favorable fiscalidad de las plusvalías pasado un año, por el otro, convierten a este producto en uno de los más ventajosos desde el punto de vista financiero-fiscal.
El año pasado el sector recibió un nuevo impulso de la mano de una rebaja hasta el 15% de la fiscalidad de las plusvalías generadas después de un año y, lo que es más importante, de la mano del fin del peaje fiscal por el traspaso del dinero de un fondo a otro. El hecho de que ya no haya que tributar por las plusvalías al cambiar de fondo ha dado pie al desarrollo de un nuevo negocio, la gestión de carteras de fondos, por el que están apostando, sobre todo, las divisiones de banca privada.
'La ley referente a instituciones de inversión colectiva abrió el pasado 2003 un universo de posibilidades de gestión utilizando fondos registrados en España, propios y de terceros', afirman en Deutsche Bank Private Wealth Management.
La selección de los fondos se realiza con criterios cuantitativos y cualitativos. Importa tanto cómo se ha comportado el fondo como quién lo gestiona
Este vehículo de inversión se está convirtiendo en el sustituto de las sociedades de inversión de capital variable (Sicav) de fondos, en un momento en el que la demanda de creación de las sociedades patrimoniales ha descendido ante la inspección que ha iniciado la Agencia Tributaria a un centenar de ellas.
El servicio que ofrecen a los grandes patrimonios consiste en una gestión dinámica de las carteras de fondos donde la nueva fiscalidad permite comprar y vender productos sin tener que tributar por ello. El principal atractivo de este servicio reside en que el cliente puede tener una cartera formada por una selección de los mejores fondos de inversión del momento. Un equipo se encarga de seleccionar esos fondos de entre los varios miles que existen en todo el mundo, en función no sólo de las perspectivas del mercado, sino también de una serie de parámetros cualitativos y cuantitativos del propio fondo y del equipo que lo gestiona.
'En muchos casos nos ha dado más rentabilidad la correcta selección de fondos que la correcta distribución de activos por tipo o zonas geográficas', afirma José Manuel García de Sola, director general de Banif. El banco privado lanzó el año pasado un servicio de gestión de carteras de fondos basado en siete perfiles de riesgo, según la tolerancia a las pérdidas de cada inversor.
Su modelo de selección de fondos para las carteras parte de un comité que decide, según las perspectivas de mercado, cuál es la distribución de activos más adecuada. A partir de esa propuesta, muy general, se seleccionan los fondos de una cesta de unos 200 productos propuesta por la plataforma Allfunds Bank. Un equipo de Banif elige posteriormente cuáles serán los 30 o 40 fondos que formarán las carteras.
'La selección que hacemos huye de los rankings puramente cuantitativos', explica García de Sola. Junto a la consistencia histórica en rentabilidad, se miran también aspectos como la disciplina en el proceso de inversión, la consistencia en el estilo o la experiencia del equipo gestor. 'Queremos que los gestores hayan vivido experiencias traumáticas como la de 1994 o el periodo entre 2000 y 2002', afirma De Sola.
Deutsche Bank Private Wealth Management, que ha lanzado también un servicio de gestión de carteras de fondos, coincide con este enfoque. 'Hay muchos aspectos que no se tienen en consideración en un modelo cuantitativo. Es necesario un estudio cualitativo para completar el análisis'.
La otra gran ventaja de la gestión activa de carteras es su dinamismo. Las carteras no son estáticas, sino que si en un momento se percibe un riesgo de pérdida en un tipo de activo, el gestor podrá deshacer posiciones en los fondos que invierten en ese activo o reducir el peso si las perspectivas ya no son tan buenas. 'Todos los meses se producen cambios en los fondos, pero no es necesario salirse completamente de un producto: se puede tan sólo infraponderar en la cartera', explica De Sola.