La hora de las fusiones en Europa
La música de fondo suena desde hace años, pero el baile de las fusiones bancarias en Europa no acaba de dar comienzo. Los mercados esperan ansiosos que alguien se lance a la pista y los invitados a la fiesta coquetean para ir perfilando parejas.
La música de fondo suena desde hace años, pero el baile de las fusiones bancarias en Europa no acaba de dar comienzo. Los mercados esperan ansiosos que alguien se lance a la pista y los invitados a la fiesta coquetean para ir perfilando parejas. Pero más allá de prolegómenos, la esperada gran operación europea, a la que muchos pusieron fecha en el segundo semestre de 2004, sigue sin concretar señales de vida.
De lo que no hay duda, sin embargo, es de que el mercado está 'caliente'. 'Los bancos europeos están baratos y se tienen expectativas de mejora del ciclo, lo que lleva a pensar que no tendremos que esperar mucho tiempo para ver una gran operación europea. Un mapa bancario europeo tan fragmentado no tiene mucho sentido', opina Alfonso García, de Analistas Financieros Internacionales. Hace dos años, los valores bancarios estaban todavía más baratos, pero el ciclo estaba hundido y nadie se atrevía a tomar riesgos.
Además, ya desde la presentación de resultados del cuatro trimestre de 2003 se puso de manifiesto que el sector financiero europeo estaba sobrado de capital. 'Hasta el momento, los bancos europeos han optado por devolverlo a los accionistas. Con la aplicación de la nueva normativa contable algunos se verán incluso forzados a liberar más capital proveniente de sus carteras industriales. No es descartable que el destino de este exceso de capital sean otros activos bancarios', señala un informe de Banif.
'No nos vemos protagonistas de una fusión bancaria en Europa. Preferimos crecer con compras selectivas'
'Queremos estar en el asiento del conductor cuando empiece el proceso de fusiones en Europa'
Pero una cosa son las compras selectivas de activos estratégicos a medida y otra hablar de fusiones a gran escala. Los argumentos teóricos que aconsejan a las entidades financieras alcanzar el tamaño que les permita aprovechar las economías de escala y de alcance para actuar eficazmente dentro del proceso de globalización de los mercados financieros son de sobra conocidos. Pero no todos los analistas tienen claras las sinergias ni la capacidad de generación de negocio de las posibles combinaciones que surjan en un hipotético nuevo mapa europeo, en el que aún persisten barreras culturales y políticas.
La mayoría se inclina por pensar que el sector va a seguir viviendo operaciones a escala local o nacional, con Alemania como mayor foco de noticias. Pero también existe la sensación de que 'si alguien da el primer paso es muy posible que otros lo sigan', subraya María Cabañés, de Moody's.
Esta agencia de calificación considera, no obstante, que sería un error que los banqueros europeos se dejaran llevar 'por la urgencia de las fusiones' y advierte de que en Europa no es tan fácil llevar a cabo drásticos recortes de costes para lograr mayor eficiencia 'por la rigidez de los mercados laborales, la hostilidad sociopolítica a los recortes tras una fusión y la negativa imagen que eso supondría'. 'Crear un gigante paneuropeo no es tan sencillo, una fusión genera muchas duplicidades y exige un cambio cultural y político muy grande', resume Alfonso García, de AFI.
Nadie piensa, desde luego, que sea sencillo. Pero la presión para que se inicie la fiebre de fusiones en Europa resurge cada poco tiempo con todo tipo de argumentos. Con la compra de Fleetboston por parte de Bank of America, la banca estadounidense reanudaba a finales del año pasado el ambiente de fusiones y adquisiciones que tuvo su apogeo en Estados Unidos en 1998. Entonces, analistas de Merrill Lynch, hablaron de que esa operación metía presión a los ejecutivos europeos por el denominado 'efecto dominó', según el cual, 'la historia muestra que unas fusiones traen otras y los grupos financieros están siempre muy atentos de las estrategias de sus competidores'.
'Los bancos estadounidenses tienen mucho apetito y mucha capacidad para hacer compras. En un futuro no lejano no es descartable una operación transatlántica', asegura Luis Vadillo, analista de banca de Renta 4. Analistas de Banif se refieren también en un informe al reinicio de la consolidación en el sector 'con la posible injerencia de un gran banco americano en el continente europeo'.
La baja capitalización de los bancos europeos es su principal atractivo si se piensa en posibles movimientos de consolidación, pero al mismo tiempo los convierte en presa fácil para los gigantes americanos. De hecho, en los últimos meses ha habido informaciones que han hecho pensar que las operaciones transatlánticas pueden adelantarse a las europeas si éstas se siguen postergando.
Un vistazo al ranking mundial por capitalización bursátil pone de manifiesto el escaso peso de la banca europea en relación con sus competidores americanos. La primera entidad europea por capitalización bursátil, el británico HSBC, con un valor de 131.491 millones de euros, está a más de 60.000 millones de euros de distancia de Citigroup, el mayor del mundo (188.992 millones). Una distancia equivalente al valor del Santander, Popular, Sabadell, Bankinter y Pastor juntos. Y lo que es más chocante, Alemania, primera economía europea y tercera del mundo, no cuenta con ningún banco que se sitúe siquiera entre los veinte primeros por capitalización, entre los que si figuran los dos españoles Santander Central Hispano (40.531 millones) y BBVA (37.231 millones). La mayor entidad de aquel país, el Deutsche, es seis veces menor que el gigante americano.
Los rallies especulativos vividos por algunos valores bancarios europeos considerados posibles objetos de OPA han tenido mucho que ver en los últimos meses con el apetito americano. Las informaciones que en marzo hablaban de una compra del Deutsche Bank por parte de Citigroup dispararon la acción del banco alemán, después de muchos meses de débil trayectoria. El propio presidente del banco alemán, Josef Ackerman, tuvo que desestimar durante la presentación de resultados una posible fusión, aunque nunca llegó a desmentir que las negociaciones hubieran existido.
Esta misma semana un informe de Merrill Lynch echaba un jarro de agua fría sobre la cotización de otros dos valores bancarios alemanes. Los títulos del Hypovereinsbank cayeron un 2,3%, hasta 13,63 euros, y los de su rival Commerzbank, un 2,1%, al señalar los redactores del informe que las entidades de la principal economía europea podrían perder atractivo de cara a posibles fusiones y adquisiciones porque los márgenes del negocio financiero han dejado de crecer y se desvanecía el optimismo sobre la recuperación de la economía alemana. Igualmente, sufrieron los títulos del Santander por las especulaciones en torno a una posible compra del Abbey National, operación descartada también por sus responsables. La lista de ejemplos es larga y muestra que las especulaciones sobre compras, fusiones o adquisiciones se han convertido en una tónica del sector y una referencia ineludible en la valoración de los títulos.
Basilea II
En España, en las últimas semanas ha sido el presidente del BBVA, Francisco González, uno de los principales impulsores del renovado debate, al que no han faltado guiños políticos como el del comisario europeo para Asuntos Económicos, Joaquín Almunia. El banquero español los puso de nuevo sobre la mesa tras el recién aprobado acuerdo de capital, denominado Basilea II, que entrará en vigor a finales de 2006.
González mantiene que el cambio a los nuevos requerimientos de capital obligará a una revaluación de la cartera de negocios que, en algunos casos liberará capital. Además, en su opinión 'la mayor transparencia va a hacer emerger claras diferencias entre unas entidades y otras y las diferencias en cuanto a disponibilidad de capital, rentabilidad y valoración de mercado estimularán procesos de compras, fusiones y adquisiciones'. Al Banco de España y a otros analistas les resulta más difícil asumir que un proceso tan complejo como una fusión se determine en función del capital.
Guillermo Montero, especialista del sector financiero de PricewaterhouseCoopers, considera que el impacto sobre el nivel de capitalización de las entidades será leve pero reconoce que Basilea II puede ayudar 'a la toma de decisiones, ya que el acuerdo impulsa metodologías de cuantificación del riesgo que pueden ayudar tomando en cuanto elementos de diversificación'. Alfonso García, de AFI, cree que 'no hay ningún efecto directo', pero reconoce también que al exigirse una 'gestión más eficiente de los recursos propios y ser más transparente la gestión bancaria será más fácil justificar o no la rentabilidad de una fusión y los bancos podrán ser más selectivos en sus operaciones'. Lo que si parece que puede ocurrir es que Basilea II aumentará la vulnerabilidad de los más débiles y peor capitalizados. Más pretextos, en todo caso, para que comience el baile.
Dos estrategias para el mismo anhelo europeo
Los años anteriores a la llegada del euro los dos mayores bancos españoles no se ponían de acuerdo sobre cómo sería el sistema financiero europeo y español con la moneda única. En 1997, el entonces consejero del BBV Pedro Luis Uriarte defendía con entusiasmo las fusiones como 'el único camino de las entidades para sobrevivir' y auguraba operaciones en España a partir de 1998. Ante el mismo auditorio, el consejero director del Santander, Francisco Luzón, opinaba lo contrario al asegurar que sería difícil 'mejorar la eficiencia de la banca española mediante mediante fusiones' y hablaba de 'largos y costosos procesos de digestión'.Para quien no tenga memoria histórica, conviene recordar que, en contra de lo que parecían augurar estas opiniones, el Santander tomó la delantera al BBV y se fusionó en 1999 con el Central Hispano varios meses antes de que el BBV se fundiera con Argentaria.Ahora, los dos bancos tampoco se ponen de acuerdo sobre el papel que pueden desempeñar los grupos españoles. Mientras el presidente del Santander, Emilio Botín, dice que 'no se ve protagonista' de una gran operación en Europa y rechaza 'fusiones entre iguales para ganar peso', el presidente del BBVA, Francisco González, espera 'estar en el asiento del conductor' en el momento en que se produzcan las primeras operaciones transfronterizas.Como entonces, la realidad no tiene por qué coincidir con el discurso precedente y nadie se atreve a apostar por quién dará el salto primero.De hecho, y pese al discurso de los responsables en todas las quinielas y combinaciones posibles manejadas por los mercados, el nombre del Santander Central Hispano aparece con mayor frecuencia que el del BBVA. Las especulaciones más recientes apuntaban hacia la posible compra de Abbey National y un artículo en Financial Times hablaba del banco español como uno de los posibles interesados en Hypovereinsbank.Pero rumores circulan de todo tipo. No hace mucho, incluso, el que pronosticaba que ambos grupos españoles darían el salto de la mano.Más allá de las especulaciones y de los matices en los discursos de ambos presidentes, lo que parece claro es que ambas entidades persiguen el mismo objetivo de aumentar su peso en Europa, una vez consolidada su presencia en Latinoamérica, el destino prioritario de sus inversiones durante los últimos años.Dentro de Europa, Italia sigue siendo el principal objeto de deseo, un mercado pendiente de definición en el que ambos se han asegurado un lugar de privilegio para cuando llegue el momento de dar el salto. 'No hay duda de que los bancos españoles están en la primera línea del mercado italiano para cuando se derriben los obstáculos', asegura Luis Vadillo, de Renta 4.No en vano, los dos cuentan con intereses significativos entre los principales bancos italianos. BBVA es el primer accionista de Banca Nazionale del Lavoro (BNL), donde posee el 14,9% y un pacto de accionistas con la aseguradora Generali y con el empresario italiano Della Valle que, pese a las limitaciones del Banco Central Italiano, prácticamente le proporciona el control de la entidad, al tener, junto a los otros principales accionistas, la llave de todas las decisiones. Los tres socios reúnen el 28,4% del capital del quinto banco italiano.Las intentonas en Italia del BBVA, que también puso sus ojos en Unicredito, han chocado siempre con las barreras regulatorias de aquel país, donde el Banco de Italia posee la última palabra en cualquier operación que implique un cambio accionarial significativo.Al contrario que el Santander Central Hispano, el BBVA ha apostado por no tener alianzas en Europa, que no considera rentables. Así, BNL es su única participación significativa en la zona, después de haber salido de Crédit Lyonnais, donde poseía el 3,7%. Además, posee un pequeñísimo banco en Portugal, nada que ver con el peso del Santander, el tercer banco en aquel país.Además de la diferencia portuguesa, el Santander está abonando el terreno para convertirse en el banco más rentable de la UE dentro del área de financiación al consumo, donde cuenta con una red extensa de participaciones en las principales financieras. El negocio de la financiación de consumo en Europa se ha convertido en una de las palancas del crecimiento del grupo.Es la política de 'compras selectivas' que le está proporcionando tan buenos resultados lleva a los responsables del grupo a descartar, al menos públicamente, 'fusiones entre iguales' para crecer en Europa. Pero todo puede suceder.
Los bancos alemanes e italianos, en el punto de mira
Si en algo están de acuerdo analistas y bancos de inversión es en que los retoques en el mapa bancario europeo comenzarán en Alemania, un país con más de 2.500 entidades pendiente de un proceso de consolidación interna. Pero hay apuestas y combinaciones para todos los gustos. Pese a que Alemania es la primera economía de Europa, muchos hipotéticos compradores se preguntan cuál es el sentido de entrar en un mercado en el que ni siquiera la banca local es capaz de ofrecer buenas rentabilidades. El presidente del británico, HSBC, señaló recientemente que el Deutsche era, de hecho, 'la única entidad interesante en aquel país'.Mientras Hypovereinsbank y Commerzbank pierden atractivo a los ojos de los bancos de inversión por la estrechez de los márgenes, arrecia la campaña del gobierno y el Bundesbank para impulsar una fusión entre las mayores entidades del país, a modo de blindaje interno ante los intentos de acercamiento de los bancos estadounidenses. Pero una fusión nacional interesa más a Hypo y a Commerz, pero no tanto a Deutsche Bank, que más que banca minorista hace banca de inversión y realiza en el extranjero el grueso de su negocio. Entre tanto, ha habido especulaciones de todo tipo, desde la compra de Postbank por parte de Deutsche, hasta el acercamiento al Hypovereins de otras entidades europeas como ABN Amro, BNP Paribas, Credit Suisse y el propio Santander. Hay que tener en cuenta que entre los cuatro grandes la cuota de mercado apenas supera el 20%, por lo que, aunque son atractivos por su baja capitalización, no lo son en absoluto por el negocio que aportan. 'Con la saturación que existe en Alemania es imposible la rentabilidad, la consolidación se dará primero a nivel nacional', asegura el analista de AFI.Italia es otro de los países cuyo sector bancario está pendiente de movimientos y con las puertas abiertas a operaciones, pero también, probablemente, se den primero en el ámbito local. Así, Sanpaolo IMI, socio del SCH, se mostró recientemente abierto a una fusión con su rival Unicredito. Todavía no están claras, por tanto, las etiquetas de cada uno y se admiten apuestas. A grandes rasgos, los mercados barruntan que en el caso de que se inicie la ola de operaciones transfronterizas son los bancos británicos y, en menor medida, franceses, españoles y suizos los que estarían en disposición de comprar. Y son alemanes e italianos los que están en venta, siempre y cuando, claro, se derriben reticencias y susceptibilidades nacionales.
Argumentos para el debate
Los bancos quieren aprovechar las economías de escala para ganar cuota de mercado y eficiencia y mejorar la rentabilidad.Buscan ganar tamaño para poder competir con las entidades norteamericanas, mucho mayores.Los bancos europeos están baratos en Bolsa.El ciclo económico al alza da al sector bancario mayor potencial de revalorización y es el momento de comprar.Los nuevos requerimientos de capital con Basilea II hará la gestión bancaria más transparente y será más fácil identificar los riesgos de las operaciones, al tiempo que algunas entidades se revelarán más vulnerables.