Albright, otras memorias desde el poder de los 90
La mujer más poderosa de Estados Unidos es el firme subtítulo de las memorias de Madeleine Albright (Editorial Planeta). 'Me recuerdo como una chica con bastante personalidad, pero no como alguien por quien los muchachos hicieran cola para bailar', confiesa la que fue secretaria de Estado en el segundo mandato de Bill Clinton.
Albright presentó ayer en el hotel Ritz de Madrid una autobiografía con vocación de manual de geopolítica de la segunda mitad del siglo pasado y, más en concreto, de la década de los 90.
Las memorias de la que han llamado segunda dama se publicaron en Estados Unidos a rebufo de las de la primera, Hillary Clinton, con quien Albright compartió impresiones mientras las escribían. La biografía de Bill Clinton, que acaba de salir, cierra el círculo. 'No se puede competir contra sus memorias', avanzó, el mismo día que la prensa americana las tachaba de 'adormecedoras y aburridas'.
Albright huyó con su familia de Checoslovaquia, tras sufrir las ocupaciones de nazis y comunistas. Después rompió tabúes: llegó al cargo de secretario de Estado habiendo nacido fuera de Estados Unidos y siendo mujer.
Siempre estuvo ligada a los demócratas. Aunque dijo que su pasado cargo le impedía criticar a su Gobierno, de inmediato desarboló su política en Irak. Acusó a la Administración Bush de emprender una guerra 'de elección, no de necesidad'. No discutió el ataque pero sí el momento. 'Fui tan crítica con él como Bush o más', dijo de Sadam Husein, al que preferiría ver juzgado en un tribunal internacional como el ex líder yugoslavo Slobodan Milosevic.
También denunció que la 'inadecuada' preparación para el panorama de posguerra ha conducido al 'caos' de Irak, y llamó a la colaboración mundial para solucionarlo.