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Tribuna
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El impacto de la volatilidad del petróleo

Los intereses nacionales de cada uno de los países de la OPEP se oponen a los objetivos colectivos del cártel. Ese es uno de los factores que influyen en la actual volatilidad del precio del petróleo, según el autor, que analiza sus efectos sobre la economía internacional

La actual crisis del crudo no ha sido provocada por una alteración deliberada en el suministro por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). En todo caso, los niveles de producción de petróleo han aumentado considerablemente desde la crisis de los años setenta. En la reunión que tuvo lugar en Beirut el pasado jueves 3 de junio, los países miembros de la OPEP acordaron un incremento inmediato de la producción de dos millones de barriles al día (del 8%), y otro incremento de medio millón de barriles al día en agosto. A pesar de ello, muchos expertos de la industria petrolífera se preguntan si los países de la OPEP tendrán suficiente capacidad disponible para aumentar su producción. Se cree que los únicos dos países de la OPEP con capacidad suficiente son Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

La principal diferencia entre las crisis de 1973 y de 1979 y la situación actual es que se ha producido un aumento considerable en la demanda de petróleo, especialmente en los mercados emergentes asiáticos, concretamente China e India. Este incremento, unido a la incertidumbre en el sector, que se manifiesta en los temores de un sabotaje al petróleo en Oriente Medio, se considera la causa del aumento en el precio del barril del crudo hasta alcanzar los 42 dólares a finales de mayo, su valor máximo en los últimos 14 años.

La OPEP crea confusión entre los países importadores de petróleo al tomar constante-mente acciones contrarias a las anunciadas

¿Qué repercusiones tiene la actual crisis en el precio del petróleo? ¿Podría provocar un incremento significativo de la inflación en los países de la UE y un descenso del crecimiento del PIB? ¿Las consecuencias negativas serán las mismas en todos los países importadores de petróleo, o determinados países pueden sufrir una mayor inestabilidad económica? Los principales analistas financieros de JP Morgan y Deutsche Bank prevén un aumento de las tasas de inflación en la zona euro del 2,0 % al 2,4 % para el mes de mayo. Asimismo, se cree que un aumento de la inflación provocaría un ligero incremento en los tipos de interés a corto plazo.

Por otra parte, el Banco Central Europeo estima que esta última crisis del petróleo es pasajera, por lo que no prevé un cambio sustancial en su actual línea de actuación. Las razones de este optimismo se deben al hecho de que muchos países industrialmente desarrollados de Europa y EE UU utilizan ahora la energía de modo mucho más eficaz, por lo que no es probable que el impacto del precio del barril de crudo a 45 dólares a corto plazo, durante un período de entre 6 y 12 meses, afecte gravemente al crecimiento del PIB. Se calcula que la inversión energética necesaria para producir un dólar del producto interior bruto estadounidense se ha reducido un 40%. Estados de la UE como Francia y Alemania también han recortado sus niveles de consumo. Sin embargo, en China, África e India supera el doble de la media de la OCDE.

Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), un aumento de precio sostenido del petróleo de 10 dólares durante un año supondría un descenso del 0,5 % del PIB mundial, y del 0,8 % y el 1% del crecimiento del PIB en China e India, respectivamente. Si, tal como prevé la AIE, se mantiene el precio elevado de la energía y ello ralentiza el ritmo de crecimiento de China e India, la incidencia en las economías de países desarrollados podría ser muy perjudicial a medio plazo. Asimismo, podría reducirse el crecimiento en EE UU debido al aumento en el precio del petróleo, independientemente de las repercusiones en los mercados emergentes asiáticos.

El principal factor que podría provocar una nueva crisis del petróleo y hacer que el precio se mantuviera o fluctuara entre los 35 y los 55 dólares por barril es la falta de unidad y los elevados costes de una acción coordinada y colectiva dentro de la OPEP.

En términos de cooperación, lo más preocupante a la hora de dar respuesta a las demandas internacionales es que los intereses nacionales de cada uno de los estados miembros de la OPEP actualmente parecen ir en dirección contraria a los objetivos colectivos del cártel. La OPEP está formada por 11 Estados productores y exportadores de petróleo de África, Asia, Oriente Medio y América Latina. Arabia Saudí, por ejemplo, el principal proveedor de petróleo de todo el mundo, ha acordado de modo unilateral el aumento del suministro de crudo, de 8,3 a 10,5 millones de barriles al día, y presiona también para conseguir que los países de la OPEP aumenten su techo de producción, que pasaría de los 23,5 a los 26 millones de barriles al día.

Según observadores internacionales, Arabia Saudí está muy interesada en mantener una estrecha relación con EE UU y, por lo tanto, más dispuesta a evitar un incremento en el precio del crudo antes de las elecciones presidenciales de noviembre en el país americano. Es posible que otros países más pobres de la OPEP, como Nigeria, Argelia y Libia, se muestren en contra de un aumento de la producción de 2,5 millones de barriles al día, puesto que ello podría suponer un descenso de hasta el 50% en el precio del barril de crudo, como sucedió en 1997-1998 tras la decisión de la OPEP de aumentar su producción en 1997. Venezuela se ha manifestado abiertamente en contra de un nuevo aumento del techo de producción de la OPEP.

La heterogeneidad del cártel, caracterizado por sus diferencias culturales y lingüísticas y por los distintos niveles de desarrollo económico y objetivos políticos de sus Estados miembros, aumenta de forma sustancial los costes de coordinación, dado que con frecuencia se anteponen los intereses nacionales a los objetivos colectivos.

Si bien la OPEP dispone de una infraestructura física adecuada en su sede administrativa de Viena, donde tienen lugar sus reuniones de forma regular, es difícil controlar con exactitud el cumplimiento de lo acordado en materia de techos de producción entre los estados miembros. Además, incluso en el caso de que determinados miembros incumplan lo acordado, sancionar a los infractores es un trabajo tanto más complicado.

El cártel se enfrenta a la mencionada gestión interna y a factores que obstaculizan la cooperación y la acción colectiva, pero además la OPEP crea confusión entre los países importadores de petróleo al tomar constantemente acciones contrarias a las anunciadas, lo que ha hecho que la organización perdiera credibilidad.

En septiembre pasado y de nuevo en febrero, por ejemplo, la OPEP anunció un recorte en las cuotas de producción, pero en realidad los Estados miembros incrementaron la producción para aprovechar el aumento de precio.

La verdadera política que adopte la OPEP a lo largo del próximo año, más que en los próximos meses, y el éxito que puedan tener los terroristas en la desestabilización del suministro de petróleo en Arabia Saudita e Irak, determinarán de modo general si la actual crisis del petróleo será pasajera o duradera.

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