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Patentes

Las diferencias entre Madrid y Berlín bloquean la patente comunitaria

La patente comunitaria, una prioridad de la UE desde el año 2000, vuelve hoy a la mesa de negociación en Bruselas. España y Alemania siguen discrepando sobre las obligaciones de traducir el título.

El portavoz del departamento de Mercado Interior de la Comisión Europea, de donde procede el Reglamento de patente comunitaria, juzga como 'muy improbable' que el Consejo de Competitividad, reunido hoy en Bruselas, llegue a un acuerdo sobre el proyecto. Pese a que hace un año se alcanzó un consenso sobre los aspectos centrales del borrador, detalles relativos a las traducciones de las patentes pueden frustrar nuevamente un arreglo.

Uno de los puntos más conflictivos es el plazo que se debe otorgar al titular de una patente para que traduzca el resumen de ésta (unas tres páginas de las 20 que normalmente comportan un título) a las 20 lenguas oficiales de la UE (las 11 actuales más las nueve de los países de la ampliación).

España es partidaria de establecer un plazo corto, de modo que la existencia de la traducción verdaderamente favorezca la competencia. Sin embargo, ha venido cediendo y ha pasado de sugerir un plazo máximo de tres meses a aceptar uno de seis. Según fuentes del Consejo, España incluso estaría dispuesta a ceder una vez más, admitiendo un plazo de 9 meses.

Ni siquiera este escenario contenta de momento a Alemania, país que se ha mostrado intransigente, pero en sentido inverso: en un inicio exigía un plazo de dos años, hoy en día aceptaría rebajarlo a la mitad.

La segunda discrepancia radica en el estatuto legal del resumen traducido de una patente comunitaria. Alemania insiste en que tal documento no puede tener valor jurídico y pretende adjudicarle un valor meramente informativo. Otros países, España entre ellos, pero también la Comisión, no están dispuestos a ceder en este punto, pues según dicen 'diluiría la razón de ser de una patente multilingüe'.

Con el fin de superar este estancamiento, la presidencia irlandesa de la Unión propondrá hoy una fórmula de compromiso según la cual correspondería al titular de una patente decidir sobre los efectos jurídicos de sus traducciones.

Frustración

En el entorno del comisario de Mercado Interior, Frits Bolkestein, la frustración es grande y se predice el aplazamiento del debate. Se juzga que los reparos expresados por los Estados miembros son tan irrelevantes e incongruentes que en el fondo sólo ocultan intenciones menos legítimas.

'Alemania protege los intereses de un puñado de abogados ligados a su oficina nacional de patentes, mientras que España una vez mas obstaculiza un acuerdo por puro proteccionismo y orgullo', declaró una fuente de la Comisión sin disimular su indignación y pesimismo.

La presidencia irlandesa, no obstante, aspira a que el encuentro de hoy logre un acuerdo político que solvente las principales discrepancias. Un acuerdo permitiría entonces abordar los últimos flecos sobre la adaptación al nuevo Reglamento del Convenio Europeo de Patentes, el texto extra comunitario que regula ahora lo relacionado con el reconocimiento de los derechos derivados de una invención debidamente registrada.

Los servicios de Bolkestein insistieron ayer en las bondades que supone la patente comunitaria respecto al sistema actual. 'Los industriales o inventores podrán obtener una patente legalmente válida en los 25 países de la Unión, con la mitad de coste que supone ahora por protegerse en sólo 8 países', afirman fuentes del departamento de Mercado Interior.

Además del ahorro en costes, los propietarios de una patente comunitaria se beneficiarán de una seguridad legal mucho mayor, dado que potenciales disputas sobre interpretación se dilucidarán ante una único tribunal europea de patentes, con jurisdicción paneuropea. 'A pesar de estas ventajas', lamentan las mismas fuentes, 'hay países que dificultan un acuerdo, poniendo en juego el interés de la totalidad de los industriales europeos'.

Ventajas Más barata y válida en más países

Las empresas o particulares que quieren ahora proteger una invención en varios países europeos deben acudir a la Oficina Europea de Patentes, con sede en Munich.La Oficina de Múnich sólo trabaja en tres lenguas -inglés, francés y alemán- y la expedición de un título válido para ocho países cuesta en torno a los 49.000 euros (cuatro veces más que en EE UU).La patente comunitaria pretende reducir esos costes a la mitad, pues sólo será necesario traducir a todas las 20 lenguas oficiales las reivindicaciones de cada patente.Las reivindicaciones suelen ocupar tres de las 20 páginas de que consta el folleto completo de una patente y resumen las innovaciones que se pretende proteger.Los expertos de la UE calculan en 85 euros de media el coste de la traducción de cada página de las reivindicaciones.

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