La cumbre de Schröder, Blair y Chirac genera desconfianza
La Comisión Europea no puso ayer objeciones a la próxima cumbre tripartita el 18 de febrero en Berlín entre el canciller alemán, Gerhard Schröder; el presidente francés, Jacques Chirac, y el primer ministro británico, Tony Blair. 'No tenemos nada en contra de eso', afirmó el portavoz oficial del Ejecutivo comunitario, Reijo Kemppinen.
Sin embargo, varios líderes europeos no expresaron la misma posición. El presidente del Gobierno, José María Aznar, afirmó la pasada semana en Lisboa que espera que la construcción europea 'sepa conservar las mismas pautas de funcionamiento interno' que han permitido a Europa 'ir por el buen camino durante muchos años'.
Aznar subrayó que en estos momentos ya hay 'varias Europas', como 'la que crece o la que no crece, o la que hace los deberes y la que no los hace'.
Por su parte, el primer ministro portugués, José Manuel Durao Barroso, alertó de que una 'idea de directorio' sería 'negativa' para Europa, porque permitiría que 'dos, tres o cuatro países cocinen la comida y sirvan la comida a otros para que la coman'. 'Si Europa acepta esta idea, irá por un pésimo camino', añadió Durao Barroso, quien planteó que este hecho atacaría 'el equilibrio que está en la génesis de la UE'.
Ayer el ministro italiano de Asuntos Exteriores, Franco Frattini, criticó la creación de 'directorios o núcleos divididos, que puedan poner en peligro la unidad de Europa'.
'Italia se muestra contraria a cualquier hipótesis de una construcción europea a dos velocidades. El futuro tratado constitucional prevé múltiples formas de cooperación reforzadas pero con mecanismo abierto e inclusivo', añadió.
Rechazo de Kohl
El ex canciller alemán Helmut Kohl está en contra de una 'Europa a dos velocidades' y es partidario de una 'unión política', dijo al Frankfurter Allgemeine. 'Una Europa como zona de libre cambio y que tenga como único nexo una moneda única no funcionaría'.