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Bolsa

Apostar a ganador

Durante las fiestas navideñas los brokers suelen invitar a comer a los gestores de fondos. Las conversaciones de sobremesa derivan en un balance de lo que ha sido el año en los mercados y en una selección de los valores favoritos para el ejercicio entrante. En función de sus preferencias los comensales se dividen en momentum y contrarian.

Los primeros apuestan por que las compañías que mejor se han comportado en Bolsa en el año que expira seguirán siendo los mejores valores durante los próximos 365 días. Los contrarians van a contracorriente, es decir, creen que los peores remontarán el vuelo y serán las estrellas bursátiles del nuevo ejercicio.

Después de dos años en los que las estrategias momentum batieron a las contrarian, la tendencia se invirtió drásticamente en 2003, según un estudio elaborado por Citigroup Smith Barney. La cartera compuesta por las 10 peores compañías en Bolsa en 2002 dentro del DJ Stoxx Large Cap (índice que reúne a las 200 mayores compañías europeas por capitalización) obtuvo una rentabilidad absoluta media del 50% el año pasado. Por el contrario, la revalorización de la cartera de los inversores a favor de corriente, que incluía a los 10 mejores valores de 2002, fue del 4%.

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En 2003 los inversores contrarian infraponderaron alimentación, energía, bienes y servicios no cíclicos y químicas, y compraron tecnología, telecomunicaciones, industria y medios de comunicación.

Si se aplica este mismo esquema a la Bolsa española, las apuestas contracorriente también salieron ganando en 2003. La selección de las compañías más rezagadas subió de media un 49,6%, mientras que la apuesta por los caballos ganadores de 2002 reportó una ganancia del 26,8%. Las grandes apuestas de los primeros incluirían algunos de los valores que mejor se comportaron en Bolsa en el año recién finalizado como Sogecable, Indra, Telefónica y TPI, Amadeus y Fenosa.

A pesar de que las estrategias que surgen de las comidas de Navidad son contrarian por naturaleza (pocos se pueden resistir a elegir a los valores más castigados), desde Citigroup Smith Barney alertan que 2004 puede ser un año 'complicado' para este tipo de apuesta.

'Los inversores a contracorriente se excitan cuando los precios se mueven hacia niveles extremos. Esto es así porque vendieron telecos y tecnología el año del pinchazo de la burbuja y compraron estos valores cerca de sus mínimos de 2002', explican desde el banco de inversión.

En 2002 sí hubo la volatilidad que buscan los contrarian: más de 10 valores del DJ Stoxx Large Cap se comportaron peor que el mercado en más de un 40%. Sin embargo, en 2003 este dudoso honor recayó en una sola compañía europea, envuelta en un escándalo: Ahold. 'Este hecho sugiere que los movimientos de las acciones en 2003 no fueron lo suficientemente extremos para apostar por los perdedores este año', según Citigroup. Históricamente, este tipo de estrategia nunca funcionó dos años seguidos.

En realidad, una apuesta a contracorriente en 2004 es eminentemente pesimista: descuenta una caída de las Bolsas y prevé que los sectores defensivos batan al mercado. 'Este año preferimos una estrategia momentum. Con un entorno de mejoría macroeconómica, recuperación de los resultados y un valoración atractiva en los mercados los inversores a contracorriente lo tendrán más difícil', según Citigroup.

Las carteras para el nuevo año

La cartera de los inversores a contracorriente para 2004 incluye a los compañías que peor lo hicieron en 2003. En España supone apostar por valores como Inditex, Gas Natural, Zeltia, Altadis o Acerinox, mientras que en Europa la cartera incluiría a Ahold, Scottish & Newcastle, Heineken o Elsevier, entre otros.Si por el contrario la estrategia es momentum los valores en cartera serían Sogecable, Gamesa, Iberia o Indra en España, y Alcatel, Ericsson, Commerzbank y ABB a escala europea.'En 2004 volveríamos a tener una visión momentum. Empezaríamos el año por lo tanto sobreponderando la renta variable frente a los bonos. En particular nos decantaríamos por aquellos sectores y valores más sensibles a la recuperación económica', explican desde Citigroup Smith Barney.

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