El trienio negro de la inversión en Bolsa finaliza
Las Bolsas han recuperado este año buena parte de lo perdido a lo largo de los tres anteriores. El índice en el que esa recuperación es más llamativa es el Dow Jones Industrial Average, que ya sólo acumula pérdidas del 15% respecto a su máximo histórico. O el Nasdaq, que está cercano a una revalorización del 100% desde su mínimo en este ciclo.
El año está a punto de terminar su curso y parece que va a cerrarse con revalorización de la gran mayoría de las Bolsas del mundo, si es que no de todas.
Al contemplar el periodo de tres años que se inició en marzo de 2000 y terminó en plena guerra de Irak, los datos siguen resultando espeluznantes, por más que el hábito haya provocado la casi insensibilización. Las pérdidas de los principales índices van desde el 40%, entre máximo y mínimo, del que mejor librado ha salido, el Dow Jones Industrial Average, hasta el 78,4% del Nasdaq Composite, en idéntico recorrido de máximo a mínimo. A medio camino se sitúan el S&P 500, con pérdidas del 50,5%; el Euro Stoxx 50, con el 62%; el Dax, con el 70%, o el Nikkei (sólo en ese periodo de tres años), con el 63%. El Ibex 35 está a medio camino también, con un 60% de pérdida entre marzo de 2000 y octubre de 2002.
Ahora, tras 14 meses de mercado alcista (no hay que olvidar que los mínimos de las Bolsas se produjeron en octubre del año pasado, aunque volvieran a estar muy próximas a ellos en los días previos a la intervención norteamericana en Irak) las pérdidas en algunos casos se han reducido considerablemente. Así, el Dow Jones ya sólo pierde un 15% desde su máximo de enero de 2000; el S&P 500, un 32%, y el Nasdaq, un 63% desde sus respectivos máximos, que se produjeron un par de meses más tarde.
¿Cuál es el panorama que se presenta para el año que viene, o, mejor dicho, para los dos próximos ejercicios bursátiles?
La trayectoria del Dow Jones a lo largo de sus 106 años de existencia parece mostrar, entre otras, una regularidad que consiste en que las crisis de Bolsa se presentan de dos en dos o de tres en tres. Y a su vez, estas crisis emparejadas siguen ciertas pautas: si en la primera caída pierde el 40% o más, en la segunda retrocede entre el 25% y el 40%. Y viceversa.
Ejemplos de tales emparejamientos serían, en el primer caso, las caídas de 1917 y 1919-1921; o de 1929-1932 y 1937-1938. Y del segundo 1901-1903 y 1906-1907, o 1969-1970 y 1973-1974. En el ínterin de cada dos de esas fechas recuperaba sus niveles máximos o, incluso, los superaba a veces.
Pero por encima de esos dos diferentes ritmos, parece que algo tienen todos en común: no ha habido crisis de Bolsa del tipo de la vivida recientemente (es decir, duradera y profunda) que se haya podido saldar de una sola vez y con un único movimiento corrector. Aunque siempre habrá a quien le quede la esperanza de que esta vez pueda ser diferente.
Divisa Cubrir el riesgo de cambio en un fondo internacional
En el panorama altamente volátil de los mercados financieros no vale acertar con el activo en el que se invierte. Hay que hacerlo también con la moneda.Hay que asegurarse, al invertir en fondos de renta variable de EE UU, de que el fondo en cuestión cubre el riesgo de cambio. Para ello, además de preguntárselo a la gestora o distribuidora, puede uno hacer sus propias comprobaciones.Una de las más fáciles es calcular si la revalorización del fondo se parece, aunque sea de lejos, a la evolución de su índice de referencia. Y si no hay una referencia clara, al menos a la evolución de alguno de los principales índices. Y si no lo hace, puede ser un indicio de que no cubre el riesgo de cambio.