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Romano Prodi

"No podemos dinamitar todo en aras del crecimiento"

La economía europea, según el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, se asienta sobre una base mucho más sólida y saneada que la de sus principales competidores (EE UU y Japón). Sólo necesita una buena dosis de 'confianza, confianza y confianza' para despegar. Desde el despacho que ocupa una vez al mes en el Parlamento Europeo en Estrasburgo, Prodi reconoce que la confianza 'tardará en llegar', porque Europa está construyendo un nuevo modelo institucional. Afable, errático y didáctico, el antiguo profesor de Economía abandona los meandros de su discurso cuando se aborda la futura Constitución Europea. Prodi defiende en esta entrevista, realizada en inglés, la fórmula de voto propuesta por la Constitución, la misma que España y Polonia rechazan. Romano Prodi (64 años) inicia esta semana la cuenta atrás de su último año como presidente de la Comisión. El italiano dejará una Unión Europea con 25 miembros a la que augura un próspero futuro económico si consigue perfeccionar su estructura institucional: un ministro europeo de Economía y el fin de la unanimidad son sus recetas.

PREGUNTA. ¿ Por qué hay que cambiar el modelo de voto que se pactó en Niza para la Unión ampliada sin esperar a comprobar si funciona o no?

'Precisamos un ministro de Economía con plenos poderes, porque cuando el euro se fortalezca necesitaremosuna política económica común'

RESPUESTA. Siempre he pensado que la Convención tenía que comenzar de cero. Estuve en contra del acuerdo de Niza desde el principio, desde la misma noche en que se concluyó. No he cambiado de idea. Sigo a favor de un sistema de doble mayoría, de 50% de la población y 50% de países. Tan claro como es la Constitución de EE UU, donde en la Cámara de Representantes rige un sistema proporcional a la población, y en el Senado, proporcional a los Estados. Es un sistema claro, fácil de entender.

P. ¿ Acepta, pues, el resultado de la Convención?

R. Por supuesto, no es perfecto ni refleja del todo lo que queríamos. Pero su propuesta de 50% de los Estados y 60% de la población se aproxima a lo que queríamos. Esta es nuestra posición y no tiene nada que ver con España ni con Polonia. Lo defendíamos mucho antes de saber cuál era la posición española. Es un sistema inteligible para los ciudadanos y facilita la toma de decisiones.

P/b>. Pero la UE siempre ha previsto una ponderación del voto de los Estados en el Consejo de Ministros. La Convención cambia de repente ese sistema.

R. Sí, y yo defiendo ese cambio porque pienso que en una Unión con 25 miembros hacen falta normas claras. Y esto es especialmente necesario con vistas a futuras ampliaciones. Necesitamos normas claras e inteligibles.

P. ¿Aceptaría una fórmula diferente al 50/ 60, como por ejemplo, el 66% de población?

R. Estoy totalmente en contra del umbral del 66% de la población porque haría más difícil alcanzar acuerdos que con el sistema de Niza. Necesitamos una fórmula que facilite la toma de decisiones, no que la complique. La diferencia entre 60% y 66% es enorme. Todo lo que sea moverse en la dirección del 100% es negativo y estoy en contra.

P. ¿ Teme que España y Polonia bloqueen la propuesta?

R. Tienen todo el derecho a hacerlo. Son Estados soberanos. Pero al final tendremos que alcanzar un compromiso y todo el mundo tendrá que mover su posición. Pero no estamos todavía en esa fase, estamos al principio de la negociación y no creo que se puedan resolver diferentes problemas por separado.

P. La Constitución no va a reforzar el modelo de coordinación económica de la zona euro. ¿ Qué cambios le hubiera gustado ver?

R. Es tarde para introducir cambios. Pero para el futuro, creo que sólo hay una perspectiva: todas las decisiones que requieran la unanimidad serán casi imposibles de aprobar. Es verdad en todos los terrenos, pero especialmente en economía. El ejemplo más patente serán las normas fiscales. Ni siquiera somos capaces ahora de adoptar medidas comunes para combatir la evasión fiscal. No es que piense en que la UE deba interferir en asuntos fiscales internos, como el impuesto sobre la renta o la fiscalidad de la vivienda. Pero en todas las áreas que tengan un impacto directo en el mercado interior, como el impuesto de sociedades, debemos alcanzar acuerdos, porque si no, se mantiene una competencia desleal en el ámbito fiscal que no es el mejor instrumento para integrar el mercado único.

P. ¿ Le gustaría un ministro de Economía con el mismo rango que el futuro ministro europeo de Exteriores?

R. Sí, creo que será necesario en el futuro, pero ahora no hay voluntad política. La moneda única exigirá una profunda coordinación económica para evitar peligros y dramas en el futuro. Del mismo modo que la creación de una política exterior común ha llevado a concluir que hacía falta un ministro de Exteriores, se acabará concluyendo que la unión monetaria necesita un ministro. Pero no es previsible en los próximos meses, claro.

P. ¿Qué competencias tendría?

R. Preparar la Unión para competir en la escena internacional. A medida que el euro se fortalezca en la arena internacional teniendo una política comercial común, necesitará también la fortaleza de una política económica común en el más amplio sentido. Las grandes decisiones macroeconómicas serán cruciales para el futuro del continente. Ahora es imposible tener eso y quizá sólo será posible después de una crisis, con lo cual no estoy diciendo que quiera una crisis. Pero en el ambiente actual hay ciertas limitaciones políticas.

P. Ahora mismo estamos atravesando una crisis y el marco de coordinación fiscal cruje. Francia se niega a acatar las recomendaciones de la CE sobre déficit público. ¿ Estaría dispuesto a activar las sanciones previstas en el Pacto de Estabilidad?

R. No estamos todavía en esa fase. Estamos esperando la respuesta oficial de Francia. Su reacción era esperada porque estaban en la recta final de la aprobación de los presupuestos. Ya hemos hecho el Pacto de Estabilidad más flexible, y hay que aplicarlo. El pacto prevé cierta flexibilidad, pero no podemos pensar que toda coyuntura es excepcional, porque si no, no tendríamos pacto. Con todo lo que yo he criticado el pacto, debo admitir que su aplicación ha sido mejorada, así que ahora debemos respetarlo y aplicarlo. Y no hay que infravalorar el hecho de que cada modificación del pacto debería ser acompañada de un cambio en las competencias de las instituciones y de un refuerzo de la autoridad de la Comisión con el fin de defender mejor las decisiones comunes. Cambiar las reglas sin dar a nadie la autoridad de hacerlas respetar sería igual que mantener la situación existente.

P. ¿ Se imagina a Francia pagando una multa del 0,5% de su PIB?

R. Si es necesario, ¿ por qué no? Imagino todo. Todos los países, incluida Francia, nos encargaron que hagamos lo que estamos haciendo. Estamos aplicando lo que ellos pactaron, y nadie puede pedirnos que incumplamos las normas.

P. Sin margen de maniobra fiscal, ¿Cómo se sale de una crisis?

R. No podemos dinamitar todo lo que tenemos en aras del crecimiento. El crecimiento no puede ser a costa de desmantelar el Pacto de Estabilidad. Yo al menos no quiero eso. Hay otras vías. Está la financiación del Banco Europeo de Inversiones. Y si incrementamos la contribución comunitaria a la construcción de infraestructuras del 10% al 30% , se puede atraer al capital privado.

P. Como economista, ¿ no cree que su Iniciativa para el Crecimiento se asemeja más a un plan decimonónico de infraestructuras que a una respuesta a los problemas del siglo XXI?

R. Quizá, pero hablamos de infraestructuras que son tan necesarias ahora como hace 50 años. Las necesidades son idénticas, luego la respuesta debe ser la misma. Pero es verdad que la confianza es la principal condición para la recuperación económica. Porque la base económica europea está saneada. El déficit, contenido en torno al 3% ; la inflación, baja; la balanza comercial, equilibrada. Nuestros competidores, empezando por EE UU, parten de una situación mucho peor: enorme déficit público, enorme déficit en la balanza comercial. . . ¿ Qué es lo que falta entonces en Europa? Confianza, confianza, confianza. Si no, ya estaríamos recuperándonos. Claro que cuando se está construyendo una nueva institución, la confianza tarda en llegar. El euro está funcionando muy bien, pero no es suficiente para la recuperación. ¿ Piensa usted que no ha sido importante la confianza para el cambio que experimentó España?

P. No lo dudo.

R/b>. Fue fantástica. El gran desarrollo de España no se ha debido al dinero, sino a su confianza en sí misma.

Convención

'España y Polonia tienen derecho a vetar el sistema de voto de la Constitución; alguien tiene que ceder'

Pacto de estabilidad

'Ya lo hemos hecho flexible; pero cada coyuntura no es una excepcionalidad'

Fiscalidad

'Necesitamos consenso en todos los impuestos que afecten al desarrollo del mercado interior'

Ampliación

'En una Unión de 25 miembros necesitamos normas claras de gobierno desde el principio'

Francia

'Por qué no voy a imaginarme a Francia multada; sólo aplicamos lo que ellos pactaron'

BUENOS Y MALOS EJEMPLOS

EUROSTATLa sonrisa desaparece del rostro de Romano Prodi cuando se aborda el presunto fraude contable detectado en Eurostat, la Oficina de Estadísticas de la Comisión Europea. El ceño de profesor severo admite honestamente que hubo secuelas en las prácticas contables con posterioridad a su llegada al cargo en 1999. Teníamos un problema y quizá se ha prolongado demasiado tiempo . Pero lo que digo con toda lealtad es que tenemos nuevas reglas y están funcionando, aunque no se puedan cambiar las cosas de golpe . El presidente de la CE reivindica su reforma administrativa, en una organización en la que nadie se había atrevido a cambiar las normas . Sabía cuando empecé la reforma que asumía un riesgo y que prometer la tolerancia ceroconelfraudeera elevar mucho el listón y me podría pasar factura .LOAS A ESPAçALos ejemplos salpican el discurso de Romano Prodi recordando su pasada carrera docente en la Universidad de Bolonia. España, sin duda por deferencia hacia la nacionalidad de Cinco Días, aflora a menudo en sus respuestas. España se ha dotado de infraestructuras, algunas muy buenas, desde su incorporación a la Unión Europea. Eso ha permitido una revolución. Necesitamos lo mismo para Europa . Prodi se embelesa con la reciente trayectoria de España y alaba su empuje económico. España ha crecido durante una generación entera y eso no es muy frecuente.ADIâS A BRUSELASEl Consejo Europeo, reunido en Berlín, designó en marzo de 1999 a Romano Prodi como presidente de la Comisión Europea. En plena guerra de Kosovo, el antiguo primer ministro de la izquierda italiana apareció como el único candidato disponible. Con el apoyo decidido de Tony Blair, se impuso a pesar de la mayoría conservadora en el Consejo. A falta de un año para que expire su mandato, no parece probable que vuelva a producirse una situación favorable a la permanencia de Prodi en Bruselas. Me gusta mucho este trabajo. Pero va ahabermuchos cambios institucionales y quizá podría ser conveniente que haya también un cambio de presidente de la CE; que la renovación sea completa .

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