Momento clave para los fondos de renta fija
La semana pasada se produjo un ruido de tipos. Las declaraciones del secretario del Tesoro de EE UU, John Snow, y la publicación de las minutas del comité monetario del Banco de Inglaterra han hecho temer que el momento de la subida de los tipos de interés se acerca. Y con ella, la reacción de los fondos de renta fija.
Durante diez años los tipos de interés de las monedas occidentales y del yen han estado bajando casi sin interrupción. Sólo en dos momentos se produjeron repuntes importantes: en febrero de 1994 cuando, de forma inesperada, la Reserva Federal estadounidense decidió subir el tipo de interés de los fed funds, el tipo de interés del mercado interbancario a un día, desatando una reacción que provocó fuertes pérdidas en las carteras de renta fija. La otra ocasión se produjo cinco años más tarde, en 1999, aunque de manera mucho menos dramática.
En junio pasado, casi un lustro después, se produjo de nuevo un repunte que aún no está claro si va a ser transitorio o ya representa un cambio de tendencia. En cualquier caso, las declaraciones que hace una semana realizó el secretario de Estado del Tesoro estadounidense no han contribuido a calmar los nervios. En ellas, se podría decir que suspiraba por tener unos tipos de interés más elevados, confiando en que eso sería síntoma de que la economía de la que él es parcialmente responsable estaría creciendo a un fuerte ritmo.
Las repercusiones iniciales en el rendimiento de los bonos estadounidenses han sido casi imperceptibles, pero los mercados se lo tomaron bastante mal y, seguramente, habrán suspendido en la asignatura de Lógica Formal a John Snow: aunque los efectos sean los mismos, las causas no tienen por qué serlo. De hecho, en el caso de la economía americana podría producirse, aunque no sea probable, ese incremento de tipos por el puro efecto del fuerte déficit presupuestario o porque reapareciese la inflación, tras tantos años de políticas monetarias acomodaticias.
En total, de los 10 últimos años, los periodos de inestabilidad y volatilidad para los mercados de renta fija no han llegado a superar el año y medio (en realidad no superan los 15 meses: nueve de 1994 y seis de 1998-1999). Los restantes ocho años y medio han sido realmente dulces, con las plusvalías acumulándose en las carteras de renta fija como un verdadero maná.
Pero la tranquilidad ha tocado a su fin. Aunque no es probable que la Reserva Federal incremente los tipos de intervención antes de un año, el momento de hacerlo llegará de forma inexorable, antes o después. Entonces, se pondrá a prueba la habilidad de los gestores de los fondos de renta fija para gestionar la duración de sus carteras y también la madurez de los partícipes de esos fondos.
En 1994, esa madurez era casi inexistente, pues, si la subida de los fed funds tuvo lugar en febrero, para marzo algunas entidades, principalmente las cajas de ahorro, ya estaban teniendo fuertes reembolsos que, para mediados de año, se habían generalizado.
Estrategias en los bonos: Cuando los tipos de interés suben, los precios bajan
¦bull; Deuda pública La bajada de los precios y la subida de las rentabilidades de la renta fija son dos maneras de medir el mismo fenómeno: el encarecimiento de las emisiones de deuda del sector público y de las empresas.¦bull; 'Valor actual' Por tanto, se dan de forma simultánea y con una relación precisa que las matemáticas financieras plasman en la llamada fórmula del 'valor actual'.¦bull; Cuando los bonos pierden atractivo La subida de los tipos de interés de la renta fija a medio y largo plazo hace que los bonos que ya están en la cartera de los fondos resulten comparativamente menos atractivos. La consecuencia inmediata es que sus precios bajan y las carteras se resienten de esa pérdida de valor o minusvalía potencial.