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Francia

El coste de la jornada de 35 horas provoca otra fractura social en Francia

Guerra de cifras entre Gobierno y oposición en Francia por el coste de la ley laboral de 35 horas. El Ejecutivo asegura que la ley se ha cobrado entre tres y cinco puntos de PIB. La oposición defiende que el proyecto ha creado 350.000 empleos.

La polémica está de nuevo servida en Francia. Pocos meses después de una dura batalla política y social en torno a la reforma de las pensiones, el Gobierno vuelve a la palestra poniendo en duda la ley laboral de 35 horas, gestada por la ex ministra de Trabajo y Asuntos Sociales, Martine Aubry, hoy alcaldesa de Lille (norte de Francia).

Aubry ha salido en defensa de una medida de la que 'la izquierda puede estar orgullosa', aseguraba en una entrevista al vespertino Le Monde. La ex ministra respondía a las acusaciones lanzadas por el ministro del Presupuesto, Alain Lambert, que había achacado el incontrolable déficit francés (hoy superior al 3% del PIB) a los '15.000 millones' de euros que ha supuesto la medida.

'La realidad es', según la ex ministra, 'que las 35 horas han costado 5.200 millones de euros', y han proporcionado, 'según una estimación prudente', la creación de 350.000 empleos de trabajo.

El Gobierno asegura que la reforma se ha cobrado entre tres y cinco puntos de PIB

La defensa de la izquierda remite también hoy no sólo a la medida en sí misma, sino al discurso sobre el coste de la mano de obra con el que el Gobierno Raffarin justifica sin cesar sus cambios de rumbo económico.

Respecto a la incidencia de la medida sobre el crecimiento, la ex ministra sigue firme en la idea de que 'las 35 horas no han desestabilizado la economía ni desorganizado nuestras empresas, las inversiones extranjeras han crecido entre el 4% y el 5% por el efecto de la reducción del tiempo del trabajo'.

El actual ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, François Fillon, arremete contra Aubry. Fillon, también desde Le Monde, sostiene que la ley 'permanecerá como un símbolo de un triple error': de método, económico, ya que 'ha creado pocos empleos para un coste económico muy elevado, entre tres y cinco puntos del PIB' y de puesta en marcha, ya que 'ha desorganizado el aparato de producción'.

Si el gobierno no ha erradicado la medida -que fue reformada por el ministro hace sólo un año- es porque 'ha cambiado profundamente la organización económica de nuestro país. No podemos volver a cambiarla de forma brutal por ley'. Pese al agrio enfrentamiento, Gobierno y oposición coinciden en la necesidad de reformar el mercado laboral.

Encuestas contradictorias

La contradicción del debate político se ha trasladado a las encuestas que intentan dilucidar el estado de ánimo de la población respecto a las 35 horas. Las primeras, publicadas la pasada semana, arrojaban una clara mayoría de asalariados galos favorables a la 'supresión progresiva' de las 35 horas (52%). El 61% opinaba que la medida penalizaba a las empresas y el 51% que empujaba a instalarse en el extranjero. El último sondeo publicado arroja cifras bien distintas. El 66% de asalariados cuya semana de trabajo ha descendido a 35 horas se ve 'satisfecho'. El sentimiento general es el de la creación de 'un ambiente de trabajo positivo' y mayor implicación laboral.

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