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Renta nacional

El crecimiento no pone coto a la desigualdad entre regiones

El alto crecimiento registrado por la economía española en los últimos años (a una media del 3% anual) está sirviendo para reducir el diferencial de renta per cápita con la media comunitaria, pero se está mostrando insuficiente para reducir las desigualdades existentes fronteras adentro.

Los últimos seis años (desde 1996) han servido para que algunas comunidades experimenten un mayor avance que otras, avance que no siempre ha ido en relación con su nivel inicial de desarrollo. Así se infiere del anuario económico que hizo público ayer el servicio de estudios de La Caixa, en donde se recogen los principales datos socioeconómicos de las comunidades autónomas y municipios con más de 1.000 habitantes.

Comunidades atrasadas como Extremadura están aprovechando para acelerar su convergencia con la media española. Otras, que parten de niveles similares, como Castilla y León y Aragón, se alejan de la media. Lo mismo ocurre en la cabeza de la lista. Hay regiones ricas como La Rioja o Cataluña que mantienen un crecimiento inferior o como mucho similar a la media nacional. Otras, como Valencia y Baleares, están aprovechando para incrementar aún más su elevado nivel económico.

Navarra y País Vasco se sitúan a la cabeza, con una renta disponible (después de impuestos) por habitante entre 12.500 y 13.500 euros. Un ejemplo de que se mantienen las desigualdades lo constituye el hecho de que las tres primeras comunidades autónomas superan en un 60% en nivel de renta a las tres últimas (Extremadura, Murcia y Andalucía).

Por provincias son Álava, Girona, Guipúzcoa y Lleida las que se llevan la palma, en una clasificación que cierran Jaén y Badajoz.

El análisis por municipios refleja datos curiosos. Tradicionalmente, Barcelona, Bilbao, San Sebastián y Pamplona han sido las ciudades con más de 50.000 habitantes a la cabeza de la riqueza del país, con una renta por habitante que supera los 13.500 euros anuales.

Al vagón de los elegidos se han sumado ahora otras pequeñas ciudades como Alcobendas, Las Rozas, Pozuelo de Alarcón y Majadahonda, en Madrid; y Sant Cugat del Vallès, en Barcelona, además de Lleida y Girona.

El auge de las cuatro primeras está relacionado con la cercanía a la capital de España. Parte de la población madrileña con mayores niveles de renta se está desplazando a poblaciones colindantes, en busca de mayor calidad de vida y unos precios de la vivienda más asequibles, dentro de la carestía generalizada en todo el territorio nacional.

Población

El crecimiento económico está muy ligado al número de habitantes. Algunas de estas ciudades, como Majadahonda y Pozuelo, son las que han experimentado un mayor avance poblacional. El municipio alicantino de Torrevieja se lleva la palma. Ha duplicado su población (ha crecido un 103,7%) desde 1991.

Le sigue Roquetas de Mar (Almería) y Arona (Tenerife), con crecimientos del 86,6% y 79,7%. En general y según apunta el profesor José Vicens, coordinador del equipo que ha elaborado el estudio, el crecimiento de la población española (una media del 5% anual) se está centrando en las medianas y grandes ciudades, apoyado por los movimientos migratorios, de dentro y fuera del país. La población en los municipios de menos de 1.000 habitantes, que constituye la mayoría del país (el 61% de los 8.108 municipios), se encuentra en recesión. Desde 1991 ha registrado una caída del 9%. La población, en general, se ha desplazado hacia las grandes capitales (Madrid y Barcelona) y los municipios del arco mediterráneo, en donde la actividad económica se ha concentrado.

De hecho, entre las comunidades en donde la tasa de paro es menor se encuentran Cataluña y Valencia. En algunos municipios de la costa levantina ya hay pleno empleo en el caso de los hombres, y está muy cerca el femenino.

Siete bares y 21 comercios por cada mil habitantes

La idiosincrasia española combinada con el menor nivel de desarrollo económico permite que aún haya grandes diferencias entre España y el resto de la Unión Europea.En la actualidad, España cuenta con un 20% menos de teléfonos fijos que la media comunitaria, un 5% menos de automóviles, un 150% más de sucursales bancarias y un número inacabable de establecimientos hoteleros y bares. La radiografía socioeconómica española es tan variada como curiosa.Por cada mil habitantes, hay 434 automóviles (uno por cada dos personas), 413 teléfonos fijos, una oficina bancaria, 17 actividades industriales, 21 comercios al por menor y 7 actividades pertenecientes a la restauración (restaurantes, cafeterías, bares, etc.). Esto último es uno de los aspectos más diferenciadores con la UE. La ratio de siete bares por cada mil habitantes supera de lejos la media comunitaria y es un buen ejemplo de las costumbres españolas y de que gran parte de la actividad económica gira en torno al ocio fuera del hogar. El turismo también marca la pauta, en comunidades como Andalucía, Cataluña, Valencia y los dos archipiélagos, en donde buena parte de sus ingresos están relacionados con este sector.Un indicador que está cambiando en los últimos años, ligado al proceso de telematización, es el número de oficinas bancarias, que ha caído un 17% desde 1997, a la vez que ha crecido en un 22% el de las cajas de ahorros, en plena expansión comercial. Este proceso continuará, según el director general de La Caixa, Isidre Fainé.

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