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Gestión

Guía práctica para hacer una memoria de acción social

Las oficinas de la nueva subdirección general de reputación corporativa de Telefónica tienen unas vistas espectaculares sobre los tejados de Madrid, pero poco personal para disfrutarlas. Allí, un pequeño equipo de personas ha trabajado durante cuatro meses para poner en marcha la primera memoria social de la compañía. 'Hemos enviado y recibido más de 1.000 mensajes electrónicos dentro del grupo para recopilar toda la información que contiene la memoria', explica Rafael Fernández de Alarcón, uno de los principales artífices del texto.

El informe de Telefónica, al igual que el presentado por empresas como Repsol YPF, Endesa, Unión Fenosa o el BBVA, es una recopilación voluntaria y exhaustiva de indicadores cuyo objetivo es sacar a la luz valores de la compañía que no se recogen en el informe financiero. Desde las relaciones con los clientes y los inversores hasta el trato con los proveedores, los efectos sobre el medio ambiente y el impacto en la sociedad. Una ingente cantidad de información que resulta difícil reunir, ordenar y clasificar y que, según los expertos, sólo puede acometerse con tenacidad, orden y mucho rigor.

Pese a todo, la decisión de publicar una memoria social es, ahora mismo, una opción voluntaria, y no existe unanimidad sobre los indicadores que se deben reflejar, aunque la mayor parte de las empresas utilizan la guía del GRI (Global Reporting Initiative), un organismo asociado a Naciones Unidas y fundado en 1997 por un grupo de empresas, sindicatos y organizaciones no gubernamentales.

Así, el GRI reconoce que el sector financiero está comenzando a recibir estas memorias 'como uno más de sus instrumentos de análisis', algo que se refleja en la aparición de índices socialmente responsables que bombardean a las compañías con formularios que controlan posibles inversiones en pornografía, negocio armamentístico o energía nuclear, entre otros.

La guía, que ha sido utilizada por la mayor parte de las empresas españolas que han comenzado este año a publicar estos informes, está concebida para ser aplicada por compañías de todos los tamaños y de cualquier sector y mercado. Aunque para algunos no es suficiente. 'Nosotros hemos buscado una visión más amplia, integrando los indicadores del GRI con los utilizados por otros organismos, empresas de la competencia y compañías de otros sectores', señala Arancha Martínez-Cortiñán, directora de reputación corporativa de Telefónica. En el caso de Unión Fenosa, por ejemplo, la compañía se ha ajustado al estándar del GRI y lo ha validado, además, con una certificación de Aenor, un esquema que ha seguido también Telefónica Móviles España en su último informe de sostenibilidad.

Cuadro de indicadores

Pero, ¿qué indicadores debe tener en cuenta una empresa para comenzar a elaborar una memoria social? La guía del GRI presenta a las compañías un esquema dividido en tres partes: económico, medioambiental y social. El primero de estos capítulos sugiere a las compañías recopilar datos que van más allá de los indicadores financieros habituales. Es el caso, por ejemplo, de citar todos los países donde las compras a proveedores de la empresa representen al menos el 5% del PIB o la cifra de los gastos salariales totales desglosados por países o regiones.

El capítulo medioambiental, el de más tradición, insta a completar indicadores como el consumo directo de energía, la actuación de los proveedores respecto al medio ambiente y las multas por violación de la legislación en este aspecto. 'Es importante facilitar la información mediante cifras absolutas y medidas normalizadas', señala el GRI. La tercera pata de la memoria, el aspecto social, refleja datos tan dispares como los métodos de notificación de los accidentes de trabajo, la tasa de absentismo laboral, el respeto a los derechos humanos, el trabajo infantil, el respeto a las minorías o las demandas judiciales interpuestas por clientes.

Arancha Martínez-Cortiñán, Telefónica: 'Los informes acabarán siendo un deber legal'

El pasado septiembre el departamento de reputación corporativa de telefónica se dio cuenta de que la memoria financiera de la compañía había dejado de ser suficiente. 'Al principio nos costó mucho poner el proyecto en marcha. Había líneas de negocio más interesadas y otras, en cambio, estaban preocupadas por aspectos como la confidencialidad', explican Arancha Martínez-Cortiñán, directora de reputación corporativa de la compañía, y Rafael Fernández de Alarcón.Ambos reconocen que el impulso vino en principio de la alta dirección, pero que poco a poco ha ido extendiéndose al resto de la empresa. 'A la gente le gusta que se saque a la luz su trabajo', explican.Los principios, una vez más, no fueron sencillos. 'Cuando comenzamos vimos que había datos fáciles de obtener, como los referentes a los recursos humanos o a la relación con los inversores, y otros más difíciles, como los de sociedad o medio ambiente'. El grupo, que prevé presentar memorias por cada país y línea de negocio, está poniendo en marcha un sistema informático que facilite la realización de los siguientes informes. 'Es bueno ser pioneros y anticiparnos'. En su opinión, lo que ahora es una decisión voluntaria terminará siendo un deber legal.

José Manuel Velasco, Unión Fenosa: 'Al principio la idea se recibió con frialdad'

'Nosotros veníamos haciendo una memoria medioambiental desde 1995. Fue a mediados del año pasado cuando decidimos pasarnos a un informe de sostenibilidad'. José Manuel Velasco, director de comunicación de Unión Fenosa, reconoce que tomar la decisión de realizar una memoria social no fue tarea fácil al principio y que la iniciativa fue recibida con cierta frialdad. 'Hubo que realizar una labor interna para explicar que la iniciativa de elaborar un informe de este tipo no se debía a una moda, sino que era un ejercicio de rigor'.Velasco, que reconoce que esa percepción ha cambiado 'aunque nos falta todavía llegar al entusiasmo', advierte que la memoria social de Unión Fenosa no es únicamente una recopilación de datos, sino que se trata de un compromiso 'de veracidad y de continuidad'.El informe, que fue presentado la semana pasada y ha sido publicado en CD-Rom, sigue el esquema de los indicadores del GRI, y ha sido encomendado a Soluciona Calidad, una filial de la compañía. Así, la recopilación de los datos en las diferentes líneas de negocio se llevó a cabo a través de entrevistas personales y con la metodología de la organización internacional. El precio no ha sido un problema, cada ejemplar ha tenido un coste de 2,80 euros.

El nuevo lenguaje de las empresas responsables

Toda nueva corriente tiene un nuevo lenguaje. Y los vientos de responsabilidad, ética y sostenibilidad que sacuden a las empresas de todo el mundo han traído consigo un glosario de términos que toda compañía que se precie no puede desconocer. æpermil;stos son sólo alguno de ellos.Trabajo decente. Labor productiva en la que se garantiza la protección de los derechos incluidos en la Declaración de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y que genera ingresos y cobertura social adecuada.Ecoeficiencia. Prestación de servicios o venta de productos con precios competitivos que mejoran la calidad de vida, a la vez que reducen progresivamente el impacto ecológico.Análisis del ciclo de vida. Examen pormenorizado de la evolución de cualquier producto o proceso, desde la extracción de las materias primas utilizadas hasta su consumo, su posible reutilización o reciclaje y su eliminación total.Principio de precaución. Acuerdo que se deriva del art. 15 de los Principios de Río e insta a los Estados a no utilizar la falta de certeza científica sobre la posibilidad de un daño medioambiental para postergar la toma de medidas destinadas a evitar ese daño.Canibalización. Desmontar productos al final de su vida útil para utilizar sus componentes en un nuevo producto.

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