Europa, de rebajas
Tres años de caída de las Bolsas son excesivos para la paciencia de cualquier inversor. Y, sin embargo, el trienio de pérdidas que han sufrido los mercados de valores puede convertirse en una oportunidad para aquellos dispuestos a aguantar una situación económica aún incierta y tengan vocación de largo plazo. Numerosos gestores y analistas consideran que el desplome de los mercados ha situado a muchas compañías europeas a precios atractivos, más aún cuando numerosas empresas han acometido reestructuraciones de envergadura para tratar de salir de la crisis. 'Desde el estallido de la burbuja bursátil hemos sido testigos de transformaciones positivas en los fundamentales de las compañías', explican los analistas de Mellon Global Investments. 'Las sociedades han respondido a un clima difícil acometiendo muchas reestructuraciones, reorientando sus operaciones y revisando sus estrategias para sobrevivir. Al mismo tiempo, las acusadas caídas de los mercados de valores han situado las valoraciones en nuevos mínimos. Comienzan a emerger nuevas oportunidades'.
Los fondos que invierten en Europa se han beneficiado de la subida generalizada de los mercados a partir del mes de abril. A estas alturas del año muchos de ellos acumulan ganancias que alcanzan incluso el 8% de rentabilidad. En tan sólo tres meses, desde que comenzara el repunte, se encuentran revalorizaciones cercanas al 25%. Bien es verdad que el rebote es muy reciente y que en los últimos tres años el fondo de renta variable europea de compañías de elevada capitalización que menos pierde acumula un descenso del 29%.
La caída de las Bolsas europeas ha sido mayor que la del resto de los mercados. Eso ha situado el PER (veces que el beneficio está incluido en el precio de la acción) de las Bolsas de la zona euro en 11 veces. Es decir, que los mercados están baratos. 'La región no sólo no está cara históricamente, sino que también aparece bastante barata desde una perspectiva global', aseguran en Mellon.
El atractivo también emerge si se compara con otros activos. 'La correlación entre los tipos de interés de los bonos y las acciones se ha roto. Una de las implicaciones para el mercado es que, a pesar de haber experimentado una revalorización del 23% desde el 12 de marzo, la renta variable sigue atractiva en relación a los bonos', sostienen en Credit Suisse First Boston.
No quiere esto decir que la salud económica europea sea boyante. La zona euro se estancó en el primer trimestre de 2003 y los riesgos de entrada en recesión están presentes todavía a pesar de la rebaja de 50 puntos básicos en los tipos de interés que llevó a cabo el Banco Central Europeo la semana pasada. De ahí que gestoras y bancos de inversión muestren cautela en sus recomendaciones y apuesten firmemente por la selección exhaustiva de valores. Merrill Lynch, en un informe reciente, baraja dos escenarios para los próximos meses, después del repunte que han experimentado tanto el mercado de bonos como el de renta variable. En el primero de ellos, se produciría una acusada toma de beneficios en los bonos antes que en las acciones. En el segundo, la renta variable corregiría antes que la renta fija. En el primer caso, al caer el precio de los bonos se produciría una subida de los tipos a largo plazo aumentando la pendiente de la curva.
Este escenario denota confianza en la recuperación económica, con lo que los analistas creen que se comportarán mejor sectores cíclicos muy castigados como el de automoción o el de materias primas. El segundo escenario aconseja apostar por sectores más defensivos. Los analistas de Merrill Lynch, de momento, se inclinan más por la primera posibilidad.
'Resistiríamos la tentación de ser más optimistas con respecto a los cíclicos tras la rebaja de tipos del BCE', matizan en Credit Suisse First Boston. 'Es probable que el crecimiento económico se mantenga débil, los cíclicos están más expuestos a la fortaleza del euro que el resto del mercado y no es la caída de los tipos a corto, sino la subida de los tipos a largo, el motor de los valores cíclicos'.
La apuesta de este banco de inversión se centra principalmente en el sector de telefonía fija, porque los tipos a largo siguen todavía bajos y eso beneficia a la deuda de estas compañías. Paralelamente, se trata de sociedades cuya actividad es predominantemente doméstica, con lo que quedan al margen del impacto negativo que pueda tener la fortaleza del euro.
Los gestores de Mellon coinciden en esta elección. 'Existen compañías de elevada capitalización muy conocidas en el mercado que se han ajustado a los cambios económicos a través de reestructuraciones. El sector de telecomunicaciones europeo es probablemente el mejor ejemplo'.
Cualquier decisión que tome el inversor de fondos, en todo caso, debería ser a muy largo plazo, porque la situación de incertidumbre hace poco aconsejable apostar por movimientos a corto. Con las Bolsas baratas y un horizonte de unos tres o cinco años, la renta variable europea puede ofrecer revalorizaciones sustanciosas.