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Industria

ACS estudia una oferta por dos filiales de Babcock

Las cuatro ofertas podrían estar presentadas antes de finales de este mes. La propuesta de la constructora ACS, realizada a través de una de sus empresas participadas, choca de entrada con el planteamiento de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), que quiere que la antigua Babcock & Wilcox sea adquirida en bloque, para evitar su desgajamiento.

La SEPI está apadrinando este proceso porque el propietario de la compañía de Trápaga (Vizcaya), el grupo alemán Borsig, está más pendiente de sus propios problemas, que llevaron en julio del año pasado a suspender pagos con un pasivo de 800 millones.

El actual accionista sí que está transmitiendo los datos de Babcock a los grupos interesados en su compra. El primero en contactar fue Construcciones Navales del Odiel.

Esta compañía también ha sido la más directa en la propuesta, porque asegura que la plantilla tiene que ser recortada en 330 trabajadores (casi la mitad de los actuales 650 empleados). Según fuentes del sector, a Odiel no le interesan las filiales Isotrón y Babcock Montajes, las más desapegadas del grupo de Trápaga en relación con la construcción naval, lo que permitiría su venta por separado a ACS, según las mismas fuentes.

Cuatro ofertas

Del resto de ofertas, la compañía noruega Enviroarc conoce a la perfección a Babcock, puesto que su líder, el escandinavo Erik Tonseth, protagonizó hace siete años un fallido desembarco en el sector nacional de bienes de equipo. Tonseth, entonces presidente de la multinacional noruega Kvaerner, compró la empresa del sector Mecánica de la Peña, con sede en Urdúliz (Vizcaya), y tradicional competidor de Babcock. Kvaerner llegó a interesarse por la sociedad de Trápaga, pero una posterior crisis de Kvaerner, muy similar a la que sufre Borsig, determinó su abandono de España. Mecánica de la Peña acabó desapareciendo.

Por último, antiguos dirigentes de Mecapeña, organizados por Daniel Salazar y José Luis Elgoibar, también han firmado el acuerdo de confidencialidad para optar por la industria vizcaína. La SEPI ya ha adelantado que es imposible que aporte más fondos para el saneamiento de Babcock, porque así se lo prohíbe la Comisión Europea, que aceptó a regañadientes las últimas ayudas a la empresa, cuantificadas en 1.274 millones.

Sí parece claro que el comprador impondrá un ajuste de plantilla, que pudiera afectar a los empleados nacidos en 1950, 1951 y 1952, según los datos que manejan los sindicatos.

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