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El espejo de los fondos

Ciclos de 35 años

Juan Ignacio Crespo

La historia de las Bolsas durante los últimos 107 años (que es tanto como decir la historia del índice más conocido, el Dow Jones Industrial Average) ha discurrido, alternativamente, entre largos periodos alcistas y prolongados periodos de estancamiento. En estos últimos, los índices bursátiles se despliegan en un movimiento horizontal y entre grandes oscilaciones, sin que al terminar el periodo en cuestión se haya producido ninguna revalorización sustancial. ¿Es posible encontrar algún tipo de regularidad en este comportamiento aparentemente cíclico?

Decía Charles Darwin que toda observación debe hacerse a favor o en contra de una determinada hipótesis si es que ha de servir para algo. Y aunque la determinación de ciclos económicos y bursátiles es un tema extremadamente elusivo, al que han dedicado esfuerzos, con resultados poco claros, economistas prestigiosos de diferente filiación teórica (de Kondratieff a Schumpeter y de Kitchin a Juglar) no es gratuito intentar calcular la cadencia con la que se desenvuelven esos ciclos (si es que existe) convencidos de que lo más afortunado del intento tendrá que ver con la posibilidad de contar con una hipótesis, bien que arriesgada, contra la que comparar las observaciones, y no tanto con su acierto.

Si se analiza la serie del Dow Jones entre 1897 y 2003, se observan tres periodos de, aproximadamente, 35 años de duración en los que las Bolsas realizan un ciclo completo: 1897/1932, 1932/1967, 1967/2002. A su vez, cada uno de esos periodos parece subdividido en otros dos, de entre 15 y 18 años cada uno: en el primero, los gráficos de Bolsa parecen estancarse (aunque en el conjunto del periodo puedan llegar a tener revalorizaciones del 100%), mientras que en el segundo los índices inician una trayectoria ascendente, que se completa en sus últimos años con una subida drástica, primero, y una fuerte corrección, después.

Durante los periodos de estancamiento que registran los índices, éstos terminan sin sustanciales revalorizaciones pese a sufrir fuertes oscilaciones

En 1915, y tras no conseguir superar el nivel de 100 durante 17 años, el Dow Jones inició una titubeante trayectoria alcista que se acelera decididamente en 1924 y culmina en un máximo (y un crac) en octubre de 1929. La fuerte corrección que inicia en ese momento no se termina hasta bien entrado 1932.

Al índice Dow Jones le cuesta 25 años recuperar los niveles de 1929. A partir de 1949 se inicia una nueva subida de las Bolsas que culmina en 1965, con posterior caída en 1966. Un largo periodo de estancamiento en el Dow Jones tiene lugar entre 1967 y 1982, incapaz de superar (o consolidar) el nivel de 1.000. De 1982 a 2000 las Bolsas suben, acelerándose esa subida a partir de 1995 y culminando en marzo de 2000 con un cambio de tendencia (y de etapa) que todavía se mantiene.

¿Estaríamos entrando ahora en un nuevo ciclo de 35 años, en cuyo primer semiciclo los índices no pararían de oscilar, sin apariencia de dirección alguna? Esta hipótesis de contraste puede resultar de lo más útil a la hora de definir las estrategias de inversión de los fondos. Y aunque parezca que, con semejante hipótesis, jugamos con periodos tan largos que poco puede importarnos, conviene recordar que hay fondos de inversión que nos trascienden y que casi conocieron... la Guerra de Secesión. El más famoso de entre ellos quizá sea el Foreign & Colonial Investment Trust, fundado en 1868 y que habría pasado ya, por tanto, por cuatro ciclos de 35 años. Y algo sabría decirnos de cómo deben ser las políticas de inversión en los periodos de estancamiento.

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