Solbes prevé que la reforma baje un punto el déficit alemán
Bruselas está echando ya cuentas para analizar el esfuerzo de consolidación presupuestaria alemán. Ayer, el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Pedro Solbes, dijo que el impacto de las medidas aplicadas por el Gobierno germano para reducir su déficit estructural 'es probable' que alcance el 1% del PIB requerido.
Esta cifra, del 1%, es precisamente el esfuerzo que había pedido el Consejo de Ministros de la UE a Alemania para que redujera su déficit fiscal, que alcanzó el 3,75% en 2002 (por encima del límite máximo del 3% impuesto por Bruselas). Solbes estimó que las medidas ya aprobadas por Berlín suponen un recorte de algo más de 21.000 millones de euros. El 'esfuerzo fundamental' se está realizando, a su juicio, en medias que afectan a la contribuciones a la Seguridad Social, que cifró en algo más de 9.000 millones de euros. También hay reducciones de gastos en los sistemas de sanidad y desempleo por encima de 3.000 millones de euros, mientras que se producen incrementos de algunos impuestos, especialmente los de los aceites minerales y el tabaco, que supondrán más de 9.000 millones de euros.
Solbes recordó 'la necesidad de que haya reformas estructurales valientes que deberían acompañar la estrategia de consolidación fiscal'.
En este sentido, hizo referencia a la denominada Agenda 2010, que abarca una reforma de los sistemas sociales, a la que calificó de 'medida positiva, que debería haber sido adoptada hace mucho tiempo', informa Efe. El comisario reconoció que es probable que Alemania siga teniendo en 2003 un déficit de sus finanzas públicas superior al límite del 3% del PIB, que se deberá, 'sobre todo, a la persistencia del debilitamiento de la actividad económica'.
Y es que la economía de la Unión Europea sigue renqueante, afectada, sobre todo, por el efecto negativo de sus principales países miembros, en especial Alemania, cuyo peso específico representa la tercera parte del total del área. El principal escollo sigue siendo la debilidad de la demanda que mantiene encorsetada a la oferta, en espera de mejores tiempos. El último dato lo ofreció ayer la Oficina Estadística Comunitaria (Eurostat), que hizo públicas nuevas cifras, en este caso sobre la actividad en la industria. La producción del sector en la zona euro y en la Unión Europea (UE) descendió un 1,2% durante el pasado marzo en relación con el mes anterior.
Sin cambio de tendencia
Los bienes de inversión retrocedieron el 1,7% en la zona euro. Los bienes de consumo duraderos y no duraderos bajaron también, el 1,7% y 0,2%, respectivamente. En cuanto a los bienes intermediarios, fueron los únicos que permanecieron estables.
Los datos no son tan negativos si se efectúan comparaciones en términos interanuales. En marzo de este año y en comparación con el mismo mes de 2002 la producción industrial bajó sólo un 0,3% en la zona euro y 0,6% en el conjunto de la UE, mientras que en marzo del pasado año las caídas se situaron por encima del 1%, en ambos casos. Ello prueba que, quizá, en el caso de la industria lo peor ya ha pasado, aunque no se vislumbra, por el momento, un cambio de tendencia brusco.
Italia pierde competitividad y mercado
El bajo tono de la economía de la UE afecta a algunos países más que a otros. Aparte del gigante alemán, Italia es otro Estado que no está pasando por el mejor momento. Según el último informe del Instituto Nacional de Estadística (Istat), la economía italiana está en fase regresiva (el PIB cayó un 0,1% en el primer trimestre), con un crecimiento inferior a la media europea, que se traduce en una pérdida continuada de competitividad y cuota de mercado. Italia se encuentra globalmente 'bien posicionada' en Europa, pero con síntomas de estar 'enferma de hedonismo', debido a la preferencia de los empresarios por el bienestar antes que por el riesgo. Como reflejo directo de esta actitud, se señala la escasa innovación de las empresas y las limitadas inversiones en formación y nuevas tecnologías, que lastran muchas expectativas de futuro y provocan la caída de las exportaciones.Se suman otros dos puntos negros como son la inflación, por encima de la media de la zona euro al igual que España, y el déficit fiscal, puesto en entredicho por Bruselas.