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Guerra en Irak

Al menos 15 civiles mueren en Bagdad por el bombardeo de una zona comercial

La séptima jornada de la ofensiva bélica contra Irak provocó la mayor matanza de civiles conocida hasta el momento. Al menos 15 iraquíes murieron como resultado de un bombardeo en una zona comercial, sin que ni los aliados ni Irak se hayan responsabilizado de la explosión. Son estas consecuencias las que llevaron ayer a Rusia a poner en entredicho los planes liberalizadores de EE UU en el país y las que provocan las reticencias de las potencias más críticas al papel de la ONU en el Irak post-Sadam. El presidente de EE UU, George Bush, y el primer ministro británico, Tony Blair, discutían anoche estas cuestiones en Camp David, con la vista puesta en los planes de reconstrucción.

Al menos 15 personas resultaron muertas ayer al ser alcanzadas por dos misiles que estallaron en un barrio comercial de Bagdad. Irak culpó a las fuerzas aliadas del ataque, aunque éstas ni rechazaron ni confirmaron ser responsables de la matanza. 'Las fuerzas aliadas no tenían como objetivo un mercado', aseguró el general Stanley McChrystal desde el Pentágono. 'No sabemos si fue estadounidense o iraquí', dijo, aunque dejó abierta la puerta a un posible error en los objetivos militares aliados.

En la calle Al Basatin, en el barrio Al Chaab, un edificio de viviendas quedó completamente destrozado en lo que fue el mayor ataque conocido contra civiles en los siete días de guerra. '¿Por qué bombardean aquí? Aquí sólo viven familias con niños', gritaba la gente a los periodistas.

La indignación de los civiles provocó una manifestación espontánea de gente que gritaba eslóganes contra las fuerzas anglo-americanas. 'Que vengan, que vengan, no tenemos miedo de sus misiles. Nos vengaremos', decían. Otros lamentaban haberse quedado sin casa. 'No sé dónde ir', decía Salah Aziz, un residente de la calle donde impactaron los misiles.

El ministro británico de Defensa, Geoff Hoon, dijo ante el Parlamento que no tenía información al respecto, aunque admitió que el riesgo de víctimas civiles aumenta.

Pocas horas antes se habían oído numerosas explosiones en diferentes barrios de Bagdad. La televisión iraquí, que tuvo que suspender su emisión durante varias horas por los ataques en la madrugada del miércoles, estaba entre los objetivos. EE UU considera que la televisión, que dirige el hijo de Sadam Husein, es utilizada por éste para difundir propaganda entre la población.

Los bombardeos se sucedieron también en las afueras de la capital. El objetivo es allanar el camino para la entrada de las tropas estadounidenses y británicas. Las fuerzas aliadas se preparaban ayer para un ataque inminente al primero de los anillos de defensa, situado a medio centenar de kilómetros de Bagdad. En su defensa participa la Guardia Republicana, cuerpo de élite que supone la espina dorsal del Ejército iraquí y cuyas unidades han tomado posición en torno al núcleo urbano.

Otra cruenta batalla tuvo lugar por la tarde cerca de Nayaf, situada al sur de la capital. Según fuentes estadounidenses, sus tropas lucharon contra los iraquíes para hacerse con el control de un puente sobre el río æpermil;ufrates. Un indeterminado número de tanques y vehículos estadounidenses habían sido destrozados por granadas iraquíes en Abu Sukhayr, al este de Nayaf. En otro enfrentamiento, en el sur del país, un convoy de 80 vehículos estadounidenses que transportaban combustible, alimentos y munición para las tropas fue atacado, pero no se dio a conocer si había habido víctimas.

En Basora, la segunda mayor ciudad iraquí, situada al sur, tropas estadounidenses atacaron un convoy de entre 70 y 120 vehículos iraquíes que salían de la ciudad.

'Lejos de acabar'

El presidente de EE UU, George Bush, dijo ayer en Tampa (Florida) a los militares y sus familias que sus tropas 'están progresando bien en Irak, aunque esta guerra está lejos de acabar'. Bush aseguró que la Guardia Republicana se encuentra bajo un 'ataque intenso y directo' y que los aliados saldrán victoriosos.

La resistencia iraquí, sin embargo, ha obligado al Pentágono a acelerar el envío de la Cuarta División de Infantería y otras unidades para agregar 30.000 soldados. La Cuarta División debía haber entrado por Turquía, pero ante la negativa de este país, casi 20.000 tropas se dirigían ya por mar a Irak.

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