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Guerra en Irak

El desierto merma el poderío militar de Estados Unidos

De poco le sirvió ayer al Ejército de Estados Unidos los complejos sistemas ultravioletas para la visión nocturna y toda su sofisticada tecnología en Irak. Una fuerte tormenta de arena ha ralentizado el avance de las tropas estadounidenses hacia Bagdad, que no han podido combatir la falta de visibilidad.

En el sur del país, la tormenta provocó que un helicóptero Apache y un Black Hawk de la Tercera División de Infantería se perdieran y no volvieran a la base en Nasiriyah a pesar de su sofisticado equipamiento. Las condiciones meteorológicas adversas se han convertido por ahora en la mejor defensa de Sadam Husein.

La potencia tecnológica de EE UU frente al Ejército iraquí es tan desproporcionada, que los expertos la comparan con la ventaja de las legiones romanas frente a los incontroladas hordas de bárbaros.

La principal arma de Estados Unidos en Irak es un complejo sistema de comunicaciones vía satélite que le permite sincronizar todas las fuerzas disponibles sobre el terreno. Al mismo tiempo, el Ejército estadounidense ha logrado reducir a minutos el tiempo de reacción desde que se localiza un objetivo hasta que lo ataca.

En la Guerra del Golfo, el proceso de obtener las coordenadas exactas vía GPS de un objetivo y enviárselas al avión o carro de combate más próximo tardaba horas, tiempo suficiente para que hubiese cambiado de posición. 'La completa sincronización de todas sus fuerzas y la gran capacidad de reacción que ha logrado EE UU, le permiten marcar el ritmo de la guerra', apunta un experto en tecnologías militares.

En Bagdad han tratado de protegerse de la constante observación de los aviones espía no tripulados creando densas cortinas de humo, que impiden la detección de objetivos por láser. Pero el humo no puede evitar, según los expertos, la toma de imágenes por radar y otras radiaciones, que se están usando para valorar los daños causados más que para fijar los objetivos.

Los bombardeos que se están llevando a cabo en la capital iraquí usan sistemas de infrarrojos o son teleguiados por fibra óptica. Los expertos consultados aseguran que estos bombardeos, al igual que los misiles de corto alcance de los carros de combate, están siendo especialmente eficaces en esta guerra, en la que se ha visto que se atacan objetivos muy concretos. 'Los proyectiles guiados por satélite tienen un margen de error de menos de un metro. Son ataques muy controlados', asegura una fuente cercana al sector de defensa.

Pero la cada vez mayor eficacia de las tecnologías bélicas no significa que se hayan eliminado los errores ni que se haya acabado con la muerte de víctimas civiles por muy precisos que lleguen a ser los ataques. Un ejemplo fue la destrucción hace unos días de un Harrier británico por parte de un Patriot americano, al fallar el sistema que lo identificaba como un misil amigo.

Los Patriot -misiles que atacan sólo a misiles- utilizados en Irak están considerados como una de las armas más avanzadas, aunque en la anterior Guerra del Golfo fueron muy criticados. 'La actual versión está muy evolucionada y están funcionando muy bien en Irak', defiende un experto.

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