La confianza de los consumidores en EE UU cae al nivel más bajo en diez años
En los últimos diez meses el índice de confianza de los estadounidenses ha caído nueve veces y las autoridades tienen motivos para estar preocupadas porque con él se calibra el consumo, responsable de dos tercios de la economía del país. Se espera que el siguiente índice, elaborado durante la campaña bélica, no presente mejoras aunque sí se espera un ligero rebote cuando terminen las hostilidades, en línea con lo ocurrido en la primera Guerra del Golfo.
No obstante, el Conference Board recuerda que esta alza no duró mucho entonces porque las condiciones económicas no eran buenas. 'Son los fundamentos económicos los que van a determinar si el rebote es sostenible', aseguraba Lynn Franco, responsable de este informe.
Pero los consumidores han mostrado un especial pesimismo en el futuro al crecer 2,3 puntos (32,3 frente a 30) el índice que valora la dificultad de obtener un empleo. Lo cierto es que los empresarios, atenazados por la incertidumbre, según la teoría oficial de la Reserva Federal, o por los excesos de los noventa, según lo que el presidente de la reserva Federal de New York, William McDonough, ha defendido en los últimos días, no están contratando empleados ni cerrando presupuestos.
En cuanto al futuro, el índice de expectativas para los próximos seis meses ha caído a 62,5 puntos desde los 65,7 en que estaba y es la peor lectura desde principios de 1991.
La Reserva Federal, también dominada por la incertidumbre, sigue sin dar explicaciones de sus proyecciones. Ayer el gobernador Ben Bernanke dijo que esperaba que un éxito de las tropas trajera buenas noticias para la economía pero no pudo dar una certeza sobre ello. Lo que sí hizo Bernanke fue arropar al presidente George Bush en un momento delicado para el presupuesto de la nación. Según este gobernador, el déficit que se prevé no es preocupante aún y es lo normal para este año y el siguiente. La oficina del presupuesto del Congreso dijo a principios de mes que el déficit para 2003 sería de 246.000 millones y 200.000 para el siguiente. Sin embargo, la cifra va a ser casi del doble.
Todo ello por los costes de la guerra que ayer por fin presentó Bush en el Pentágono. De acuerdo con fuentes de la Casa Blanca, el déficit para el año 2003 rondará los 400.000 millones de dólares. El presupuesto suplementario para una guerra que Bush dijo que no sabe cuándo acabará aunque sí cómo ('ganaremos') podría ser aprobado antes del 11 de abril cuando el Congreso inicie el receso de Pascua.
Este presupuesto, que lleva la parte del león del gasto al Pentágono, 63.000 millones de dólares, prevé además una ayuda de 5.000 millones para los países que hayan mostrado su apoyo en la región afectada como Pakistán, Israel, Jordania o Egipto. Turquía es una de las que más dinero reciben, 1.000 millones de dólares, muy por debajo de los 14.000 que se barajaron en momentos de la negociación para su participación en la guerra con Irak.