'Si los tipos de interés han bajado tanto, tendrán que subir'
Es la máxima responsable de la gestión de la deuda del Estado. Administra una emisión bruta de títulos que este año superará los 78.000 millones de euros. Para los próximos meses anuncia novedades: el lanzamiento de un nuevo bono a 10 años y la creación de una figura específica para el mercado secundario de la deuda
Su despacho está adornado por valiosos cuadros clásicos, pero ella confiesa que le gusta más el arte moderno. En la conversación transmite seguridad, pero la apoya en papeles que consulta en varias ocasiones y en otros que se apilan con orden en las dos mesas de la estancia. A sus 44 años, Gloria Hernández García dirige la política del Tesoro en una época en la que los títulos españoles han alcanzado la máxima calificación de solvencia y el peso de la deuda ha caído por debajo del 60% del PIB, como exige la Unión Europea.
Licenciada en Ciencias Económicas por la Universidad Complutense, miembro del Cuerpo de Técnicos Comerciales y Economistas del Estado, Gloria Hernández fue jefa del Servicio de Exportaciones en la Dirección General de Transacciones Exteriores y desde 1994, y durante cinco años, se encargó de la Subdirección General de Deuda Pública del Ministerio de Economía. Su experiencia y su perfil técnico le sirvieron para ser nombrada directora general del Tesoro y Política Financiera en junio de 1999, en sustitución de Jaime Caruana, que pasó al Banco de España, del que hoy es gobernador. Hernández anuncia novedades que va a introducir el Tesoro en las próximas semanas, como el lanzamiento de un bono a 10 años, con colocaciones en Asia, o la creación de una figura específica para el mercado secundario de la deuda.
'El mercado cree ahora que España tiene mejor crédito que Alemania. En la guerra de 1991, los países que teníamos una situación menos sólida sufrimos más' 'Nuestra idea es emitir un nuevo bono a 10 años. Nos planteamos salir en abril con un importe de al menos 5.000 millones'
Pregunta. La agencia Moody's ha confirmado la máxima calificación, Aaa, para la deuda de España.
Respuesta. Sí, y además es una calificación en perspectiva estable. Es una prueba del prestigio de los bonos españoles en los mercados internacionales.
P. ¿Esto significa el fin de la prima de riesgo de la deuda con los países del entorno, que ya es insignificante?
R. En estos momentos, el diferencial que tiene España con Alemania en términos técnicos es de 3 o 4 puntos básicos, que ni siquiera compensan la diferente liquidez. Recordemos que el bono alemán tiene vencimiento en enero de 2013 y el español en julio de 2012. Lo que significa todo esto es que el mercado cree ahora que España tiene mejor crédito que Alemania. Se trata de una situación muy importante y supone el reconocimiento de una labor que se ha hecho bien durante mucho tiempo.
P. ¿Cómo está afectando al mercado de deuda la tensión bélica mundial?
R. Hay una especie de divorcio entre la demanda de los bonos y la incertidumbre derivada de la situación política. La guerra no va a cegar a los inversores. En momentos de incertidumbre, los valores más sólidos, o los países más estables, en este caso, son la mejor apuesta para invertir.
P. ¿Y la guerra puede alterar este escenario?
R. Puede haber una tendencia generalizada, como ya se está produciendo, a que los tipos a largo suban, pero manteniendo el diferencial entre deudas soberanas. Los inversores, ahora, más que por el tipo de interés absoluto se mueven por el valor relativo, es decir, lo que ofrece España con relación a Alemania u otro país. No hay razón para que ese valor relativo se modifique. En estos días los tipos a largo han subido y el diferencial con Alemania, sin embargo, está fijo. Es algo novedoso. Durante la Guerra del Golfo de 1991, los países que teníamos una situación menos sólida lo notamos más.
P. El que compra deuda del Estado está perdiendo dinero, porque las rentabilidades son inferiores a la inflación. Una recuperación de los mercados restaría atractivo a la deuda. ¿Son adecuados los tipos actuales?
R. Que los tipos cambien a mí no me preocupa, porque sé que hay una estabilidad en la zona euro que garantiza que el Banco Central Europeo se mueva dentro de unas horquillas razonables y eso haga que las curvas de tipos y de rendimientos vayan acordes. La deuda pública actúa como refugio en momentos de incertidumbre. A medida que esta incertidumbre vaya desapareciendo y los inversores vuelvan a la renta variable, los tipos volverán a un nivel razonable y la deuda a largo plazo podría repuntar. Si los tipos han bajado tanto, tendrán que subir.
P. ¿Es sostenible vivir con tipos de interés negativos, como ocurre en España?
R. Se podría hacer esa consideración a muy corto plazo, pero cuando una empresa se fija en plazos de inversión no mira el corto plazo. El tipo a largo plazo, en el 4%, no es negativo, aunque es verdad que es reducido.
P. ¿Se mantienen las previsiones de emisiones para este año?
R. Tenemos un programa que anunciamos en diciembre y es el que vamos a cumplir. Puede haber ligeras variaciones como cada año. Si la demanda de corto plazo aumenta, o la de largo, podríamos cambiar la composición de instrumentos. Pero en términos absolutos mantendremos el importe de emisiones establecido, que es de 78.000 millones de euros.
P. ¿Cómo marcha la reforma del mercado de letras de este año?
R. En realidad la iniciamos en 2001. Este año hemos decidido reintroducir las letras a 3 y 6 meses. La primera emisión a seis meses fue muy demandada a finales de febrero. Colocamos 500 millones de euros, logrando plenamente nuestro objetivo. Las peticiones fueron de 3.200 millones, lo que superó en más de cinco veces lo que se había colocado. La próxima semana salimos con las letras a tres meses y esperamos que sea un éxito. Hay que tener en cuenta que en los primeros tramos de la curva de tipos, el plazo de 0 a 1 año, hay tipos más altos en los plazos más cortos. Eso hace que haya más demanda de letras a 3 y 6 meses que a un año, pero también estamos muy interesados en las letras a 12 y 18 meses, ya que hay que tener en cuenta que representan financiación neta para todo el año.
P. ¿Cómo va la constitución de los creadores del mercado de letras?
R. Acaba de publicarse en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la nueva resolución de los Creadores de Mercado y hemos empezado a recibir ya las peticiones de las entidades financieras, españolas y extranjeras. En breve seleccionaremos a un grupo. La idea, en principio, es que este grupo no sea demasiado numeroso, lo ideal sería un número lo más próximo posible a 10.
P. ¿Cuándo funcionaría?
R. Esperamos que para mediados de abril.
P. ¿Habrá emisiones en divisas este año?
R. Previsiblemente no. La razón básica para salir en divisas es darte a conocer en mercados en los que el euro todavía no es una divisa deseada. æpermil;se era el caso en los mercados asiáticos o americanos. Hoy por hoy, con el programa de emisiones que tenemos en euros, la financiación está cubierta. Además, en Asia está creciendo el interés por el euro. Nos estamos planteando que esa emisión a 10 años que vamos a sacar en euros tenga un tramo importante colocado en Asia.
P. Cuando habla de Asia, ¿se refiere a Japón?
R. A Japón y a otros países. Hay muchos bancos centrales que están incrementando la parte de sus reservas en euros. La mejor manera es tener bonos de países que, como nosotros, son triple A, con una fiabilidad como la del bono alemán o el francés. Hay que aprovechar que para los inversores los bonos del Tesoro español están de moda porque son una buena opción.
P. Más del 40% de la deuda está en manos de no residentes. ¿Cuál es su objetivo?
R. Si consideramos sólo bonos y obligaciones, ese porcentaje llega al 46%. Con las letras, es algo más del 3%. Si sumamos letras y bonos nos da ese 40%. El objetivo es mantener el porcentaje en bonos y subir en letras. Además, hay que tener en cuenta que se trata de inversores bastante estables, que no cambian de un año para otro. Eso viene bien, porque los fondos de inversión españoles, que antes representaban el 38% o el 40%, ahora están en el 18%. Lo que era nuestro cliente natural ha decidido o invertir en renta variable o diversificar en otros soberanos europeos. Lo contrario está ocurriendo con los fondos de Francia y Alemania, que nos compran a nosotros. Hay una verdadera internacionalización.
P. ¿Le interesa al Tesoro un euro fuerte?
R. Dado que nuestros principales clientes residen en la zona euro, el tipo de cambio del euro no resulta determinante. Para colocar en Asia interesa tener una moneda en su justo nivel, que represente a la zona y al peso que tiene la economía europea. Lo importante es que hay una tendencia desde el 1 de enero de 1999, cuando se fija el cambio irrevocable del euro, a un crecimiento del saldo en manos de no residentes.
P. La vida media de la deuda está en torno a seis años. ¿Cuál es el objetivo?
R. Lo que deseábamos era aumentarla hace algunos años. En enero estábamos en 6,14 años. Veníamos de niveles por debajo de cuatro años en 1996 y la idea era aumentar hasta 5 o 5,5 años. La vida media es el resultado de lo que el mercado te permite hacer. Si podemos bajarla un poco, la bajaremos. Pero no tenemos un objetivo, un numerito mágico. Me parece una variable relevante, pero sólo una más.
P. ¿Cómo se gestiona la cuenta en Banco de España?
R. El Tesoro tiene la obligación de tener la tesorería centralizada en el Banco de España y, a diferencia de cualquier inversor, no podemos tener números rojos ni siquiera durante unas horas. Es una condición del Tratado de Maastricht y del Estatuto de Autonomía del Banco de España. Está muy bien, pero eso nos obliga a tener un saldo razonable para imprevistos, que tiene un coste porque no te renta. Por eso, se llegó a una propuesta interesante. Prestamos lo que tenemos en la cuenta a las entidades financieras para que lo rentabilicen. Como hacemos los pagos por la mañana, de 8 a 14 horas, cuando se cierra el banco no hay más pagos que hacer y el saldo se presta a las entidades, que lo tienen en sus cuentas, nos ponen en garantía unos valores y a la mañana siguiente, antes de que abra la caja, tenemos el dinero de vuelta. Ese saldo, en esas horas que está fuera de la cuenta, nos está rentando. El año pasado fueron 510 millones de euros. Las entidades financieras hacen una puja por cuánto por debajo del tipo al día del banco central estarían dispuestas a pagarnos por esa cantidad que les prestamos. Pujan por un porcentaje que tenemos diariamente. Creo que el sistema funciona bien y nos da una rentabilidad a corto plazo.
P. ¿Está en estudio nuevos activos o la desaparición de alguno?
R. En este momento no. Con las letras a corto plazo que hemos sacado, la gama que tenemos es suficiente. Nuestra opción siempre ha sido tener una gama reducida de instrumentos, pero muy líquidos. Cada uno de los plazos tiene un tipo de clientela distinto y no hemos visto razones para cambiarlos.
P. ¿Cómo va el ratio entre deuda y PIB?
R. España está a la cabeza de los países de Europa en reducción de la ratio deuda/PIB. Se ha puesto mucho énfasis en Europa en el déficit público y ahora la Comisión considera que hay que prestar atención a la deuda. El 60% del PIB es un umbral máximo. A los países, como España, que hemos cumplido y estamos claramente por debajo del 60%, no nos convence la intención de algunos países de mantenerse por encima de estos niveles. El problema es mayor para quienes están por encima del 100% del PIB, como Italia, y además están creciendo poco. Nosotros tenemos una Ley de Estabilidad Presupuestaria que va a llevar el ratio de deuda/PIB hasta un nivel muy reducido en muy poco tiempo. La sostenibilidad de las finanzas no está en riesgo en España, sino en aquellos países donde su ratio crezca o no tomen medidas. La sostenibilidad de la deuda en el caso de España está garantizada por esa estabilidad que compromete al Gobierno con un objetivo de déficit cero y ello se traduce en una gradual disminución de deuda sobre el PIB en el tiempo.
P. La posibilidad de que las autonomías emitan deuda, ¿puede causar distorsiones en el mercado?
R. Son emisores de cuantías reducidas, salvo algún caso en que se emite más. Hablamos de un porcentaje pequeño respecto del total de la deuda pública. Como la estabilidad presupuestaria implica a todos, sus necesidades de emisión van a ir siendo menores.
Pregunta. ¿No está el mercado demandando más largo plazo, cuando al Estado quizás le interese ahora más aprovechar los bajos tipos en sus instrumentos a corto?
Respuesta. El mismo argumento se puede utilizar para el largo plazo. Los tipos a largo están ahora históricamente muy bajos y emitir a 10 años a esos niveles es interesante. Estamos estudiando si podemos efectuar una nueva emisión de títulos a 10 años. Tenemos un bono a 10 años que ya ha alcanzado un importe en circulación elevado, en torno a 12.600 millones de euros. Nuestra idea es cerrar esa emisión y abrir un nuevo bono a 10 años. Estamos planteándonos salir en abril. Quizás haremos una sindicación del primer tramo para conseguir colocar un importe significativo en el mercado, como hicimos con el bono a 15 años en febrero de 2002.
P. ¿Por qué importe?
R. Al menos 5.000 millones de euros.
P. Está aumentando el peso de la deuda adquirida por entidades financieras y empresas, y bajando el de particulares.
R. A mí no me preocupa mucho esto, porque siempre los particulares tienen la oportunidad de invertir a través de fondos, que tienen ventajas fiscales. Pero sí que hay una cuestión en la que se está trabajando, que es reforzar la posibilidad de compraventa en el mercado secundario de la deuda pública. Hace años se inició un proyecto para vender deuda a través del sistema bursátil. La Bolsa da un precio de referencia al que se puede vender en cualquier momento, lo que supone una buena guía para inversores particulares que quieren vender deuda antes del vencimiento. El sistema se puso en marcha y ha funcionado bien en pequeñas cantidades. Ahora es un buen momento para darle un nuevo impulso a esta iniciativa y crear una figura específica para el mercado minorista de deuda. Estamos trabajando conjuntamente con la Bolsa para que esto funcione y darle publicidad.
P. ¿Esto va a salir adelante este año?
R. En los próximos meses. Lo antes posible.