Los Quince intentan superar la división interna para lograr el éxito de la cumbre
Los ministros de Asuntos Exteriores de la Unión Europea se reunieron anoche en Bruselas en un desesperado intento por superar las diferencias entre los Estados miembros con vistas a la cumbre europea del próximo jueves. Ese día, a partir de las 17.15 horas, José María Aznar, Jacques Chirac, Tony Blair, Gerhard Schröder y el resto de los 15 primeros ministros europeos tienen una cita en Bruselas que, si George Bush quiere, puede coincidir con el inicio la ofensiva militar contra Irak que ha enfrentado a los líderes europeos por encima de las tradicionales afiliaciones ideológicas.
El Consejo de Exteriores intentaba anoche restañar las heridas provocadas por las refriegas diplomáticas de las últimas semanas para que el encuentro pueda discurrir por los cauces normales. Pero la guerra contra Irak trastocó ya la reunión de ayer, pues una buena parte de los ministros (entre ellos la titular española, Ana Palacio) llegaron tarde (o nunca) al encuentro debido a las comparecencias parlamentarias en sus respectivos países. La propia agenda del encuentro quedó empañada por el transfondo de la crisis. Decisiones tan importantes como el lanzamiento de la primera operación militar conjunta de la UE fuera de sus fronteras (en Macedonia, para reemplazar a las fuerzas de la OTAN) parecían ayer de puro trámite.
En la cumbre del jueves y viernes, el programa inicial, concentrado en el proceso de reformas económicas, también cederá el protagonismo inevitablemente a la actual crisis internacional. Los ministros de Exteriores preparaban ayer el encuentro para intentar que los líderes europeos centren el debate en la posguerra y la reconstrucción de Irak. El presidente de la república francesa, Jacques Chirac, ya ha indicado que su negativa a avalar la invasión de Irak no suponía que Francia se excluyera del devenir posterior. Los planes confidenciales de la Casa Blanca indican, según el diario estadounidense The Wall Street Journal, que la Administración Bush intenta reservar a sus empresas unas contratas que ascenderán al menos a 1.000 millones de dólares.
Un portavoz comunitario indicó que el presidente de la Comisión, Romano Prodi, considera muy difícil que, en las condiciones actuales, la UE pueda participar en la reconstrucción de los daños causados por la guerra.