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Productos

Arañar rentabilidad

Los fondos monetarios dinámicos aplican políticas de gestión activa para extraer un margen de ganancia superior al que obtienen los Fiamm tradicionales

Los fondos monetarios se han convertido en los últimos años en una de las categorías preferidas por los partícipes, hartos ya de asistir a la espiral de pérdidas que sufren los mercados de valores. El riesgo de los monetarios (Fiamm) es nulo, y eso tranquiliza, pero sus rentabilidades no son en absoluto para tirar cohetes. Más bien al contrario; los bajos niveles de los tipos de interés a corto plazo oficiales (en la zona euro en el 2,50%) dejan poco margen para grandes revalorizaciones.

El inversor conservador, sin embargo, tiene otras opciones con las que puede rascar algún punto más de beneficio a sus ahorros sin arriesgar demasiado. Comienzan a estar en boga los denominados fondos monetarios dinámicos, que son algo así como productos que invierten en renta fija a corto plazo, pero cuya gestión es activa. A diferencia de los monetarios tradicionales o los fondos de renta fija a corto plazo, la volatilidad de estos productos es mayor, pero no superior, en cualquier caso, al 2%.

'Se trata de una excelente fórmula de diversificación para una cartera sobre el corto plazo (12 meses)', afirman en Crédit Agricole Asset Management. La gestora del banco galo comenzó a comercializar el año pasado en España el CA-AM Monetario Dinámico, un producto de éxito en Francia, que en 2001 logró una rentabilidad del 5,8%, frente al 3,52% de la media de los Fiamm.

Este Monetario Dinámico tiene un objetivo de rentabilidad de euribor (2,705%, actualmente) más un 0,66% o de un Fiamm más un 1,22% por año. Su estructura es la de fondo principal y subordinados e invierte en varios fondos de inversión para obtener esa rentabilidad. 'La política de gestión está basada en inversiones con objetivos de rentabilidad superior al euribor en un horizonte de 12 meses, a través de estrategias de arbitraje en los mercados financieros más tradicionales como bonos internacionales, bonos corporativos o divisas, siempre y cuando lo hagan en un entorno de riesgo estrictamente controlado, con una volatilidad inferior al 1%', añaden en la gestora.

No es éste el único fondo de estas características a la venta en España, a pesar de que no goza de un categoría propia de clasificación. La semana pasada, Caja Madrid dio el salto y lanzó un producto denominado Madrid Crecimiento Dinámico, con una vocación inversora de renta fija mixta internacional. Este fondo invierte sus activos en otros fondos de inversión de renta fija a corto plazo, monetarios y fondos de gestión alternativa. 'El objetivo del fondo es maximizar la ratio rentabilidad/riesgo, de tal modo que se pueda conseguir una rentabilidad anual, descontadas comisiones, superior a la de los tipos de interés del euro (euribor a tres meses más 0,25%) y un porcentaje de volatilidad en torno al 2%', señalan en la gestora de la caja madrileña. Es a través de la inversión en gestión alternativa, ajena a la marcha de los mercados, como el fondo pretende obtener ese plus de rentabilidad.

Al margen de estos productos, existe una gama de fondos monetarios y de renta fija a corto plazo que tratan también de aportar algo de dinamismo a su gestión. Son fondos que invierten en renta fija a corto, pero no sólo pública, sino también corporativa, a veces con calificación crediticia en torno a BBB, es decir, algo más cercana, aunque no mucho, a la zona de los bonos de alto riesgo.

Uno de estos fondos es el Caixa Catalunya Diner Plus, un fondo subordinado. 'A pesar de que la duración media de la cartera del fondo no superará los 18 meses, habitualmente esta duración se situará entre los tres y los 12 meses, siendo intención de la sociedad gestora hacer que su política de inversiones sea similar a la que en la actualidad desarrollan los fondos de dinero gestionados', explica el folleto de este fondo de inversión.

La diferencia está en las comisiones

El año pasado, los fondos monetarios cosecharon una ganancia media ponderada del 2,43%, frente a una inflación en 2002 del 4%. Significa eso que la ganancia real para los inversores fue nula, a pesar de que ha sido una de las categorías de fondos preferidas ante el desplome que sufren las Bolsas desde marzo de 2000.La rentabilidad de un fondo monetario (Fiamm) tiene más que ver con las comisiones que cobra el fondo que con los activos en los que invierte. Un estudio reciente de Abante Asesores, a 31 de diciembre de 2002, refleja que el 84,79% de los fondos monetarios soportan unas comisiones (de gestión y depositaría) superiores al 1%. Un 10,65% (33 fondos) tiene comisiones entre el 0,5% y el 1%, mientras que sólo un 4,56% aplica comisiones por debajo del 0,5%.Lo relevante de este estudio es que, cuanto menor es la comisión del fondo, mayor es la rentabilidad obtenida. Mientras que la rentabilidad media ponderada del primer grupo se situó el año pasado en el 2,37%, la del grupo de fondos con comisiones más bajas alcanzó el 3,05%.Dadas las escasas probabilidades de que las Bolsas remonten a corto plazo, las entidades han optado por el lanzamiento de fondos conservadores, sobre todo garantizados y monetarios. De hecho, es lo que demandan los partícipes, que a lo largo de los dos primeros meses del año han rotado sus carteras, sobre todo, hacia los Fiamm.Ahora bien, a la hora de elegir uno, lo importante es fijarse bien en las comisiones que cobra.

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