Gestión alternativa
Los hedge funds son fondos de inversión que tienen una libertad casi absoluta en cuanto a sus alternativas de inversión -a contado o a crédito, en mercados de acciones, renta fija, activos monetarios o de derivados- utilizadas en función de muy diversas estrategias o políticas de gestión. En muchos casos intentan buscar ineficiencias en los mercados y aprovecharse de precios o situaciones que no se encuentran correctamente valoradas.
Se caracterizan, además, por ser productos menos transparentes y líquidos que los fondos de gestión tradicional, por la posibilidad que tienen de apalancar su inversión y por estar domiciliados en muchos casos en paraísos fiscales.
Esta categoría incluye una amplia variedad de perfiles de rentabilidad-riesgo que tienen en común el hecho de buscar rentabilidades absolutas y volatilidades controladas, independientemente de la dirección que tenga el mercado. Al no estar ligados a la evolución de los mercados, una de las grandes ventajas de estos productos está en la baja correlación que presentan con otros activos y el beneficio que esto supone para la correcta diversificación de las carteras.
Por otro lado, también se caracterizan por el hecho de compartir las ganancias con los inversores en el fondo (es decir, además de la comisión de gestión suelen aplicar una comisión de éxito sobre el exceso que consigan respecto a la rentabilidad absoluta perseguida) y, en algunos casos, pueden contemplar algún tipo de rentabilidad garantizada.
El primer hedge fund se crea en EE UU en 1949 (Alfred Jones). A finales de los años sesenta hubo un gran auge de los mismos, aunque con motivo de la crisis de los años setenta la gran mayoría desapareció. En la actualidad gestionan un patrimonio superior a los 600.000 millones de dólares.
Europa lleva unos cuantos años de retraso respecto a Estados Unidos debido, principalmente, a unos ordenamientos jurídicos más restrictivos ideados para evitar el fraude fiscal. Por otro lado, existe una falta de costumbre y confianza, por lo que los niveles de inversión en este tipo de fondos son todavía muy bajos (aproximadamente 200 fondos que suman 20.000 millones de dólares). El despegue en Europa, en términos relativos, se produjo en el año 1999, en el que se crearon 100 hedge funds.
El interés europeo por los hedge funds provocó el nacimiento de los llamados fondos de gestión alternativa, cuyo objetivo es, como en los estadounidenses, la rentabilidad absoluta. Para ello, utilizan técnicas alternativas, pero sólo en la medida en que se lo permite el organismo regulador, siendo, por tanto, mucho más limitados en su riesgo, conservadores y transparentes que los estadounidenses; lo cual, todo hay que decirlo, también supone una garantía para el inversor, pues se limitan las posibilidades de que el gestor tome riesgos excesivos.
En España existen importantes limitaciones legales a la comercialización y venta de estos productos, especialmente a particulares, por lo que han ido surgiendo, al amparo de la regulación española, fondos de gestión alternativa que incorporan capacidades de gestión similares aunque más limitadas en cuanto a las estrategias y posibilidades de inversión.
Estas diferencias han hecho que algunos especialistas consideren estos productos como una nueva clase de activo, comparable a las acciones, a los bonos o a los derivados, por ejemplo.
Amplio abanico de estrategias de inversión
Recientemente, la agencia de calificación Standard & Poor's ha agrupado estos fondos en seis subcategorías distintas para facilitar su comprensión.
Fondos de fondos. Invierten en hedge funds de múltiples gestoras. La estrategia se basa en diseñar una cartera diversificada con el objetivo de disminuir el riesgo que podría asumirse invirtiendo en una única gestora. El gestor puede elegir muchos fondos con la misma estrategia o múltiples fondos con estrategias muy distintas. El inversor se beneficia de la diversificación de gestoras y estilos de inversión.
Momento de mercado. La gestión de la cartera es muy activa. Cambian sus inversiones hacia aquellos activos que parecen estar en tendencia alcista, vendiendo aquellos otros que están en tendencia bajista. Generalmente se mueven entre activos de renta variable y del mercado monetario. Suelen utilizar el análisis técnico para identificar las tendencias de los valores y su objetivo es evitar permanecer invertidos en mercados bajistas.
Mercado neutral. Intentan aprovechar las ineficiencias que surgen en los precios de las acciones, neutralizando la exposición al riesgo de mercado, combinando posiciones cortas (bajistas) y largas (alcistas). Generalmente la estrategia se basa en modelos cuantitativos que seleccionan acciones específicas en las que se invierte la misma cantidad en posiciones compradas y vendidas.
Orientados a eventos. Los gestores invierten en compañías inmersas en diversos procesos de cambio: reducciones de capital, fusiones, adquisiciones, declaraciones de quiebra, etcétera. Apuestan por los beneficios que reportarán sus consiguientes reestructuraciones, nuevas aportaciones de capital, recompra de acciones, etcétera.
Renta fija. Son menos habituales. Utilizan distintas estrategias, las más frecuentes se centran en bonos de gobierno, bonos corporativos o en instrumentos de renta fija global.
Valor relativo. Pretenden aprovechar las posibles discrepancias relativas en los precios entre distintos activos: renta fija, acciones, opciones o futuros. Los gestores pueden utilizar el análisis matemático, fundamental o técnico, para determinar posibles deficiencias en las valoraciones. Suelen buscar oportunidades en todo el mundo y utilizan frecuentemente el apalancamiento financiero.