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Crisis Irak

París pide a Madrid y Londres que se ajusten a la declaración de los Quince

De Villepin recalcó que la decisión de Irak era una prueba de que 'las inspecciones están dando resultados'. El canciller francés compareció con su homólogo griego, Giorgios Papandreu, e hizo un llamamiento a la unidad de la UE: 'Francia llama a sus amigos europeos, en particular a España y Gran Bretaña, para que todos seamos fieles a la declaración unánime', adoptada por la UE. En ese acuerdo, los Quince exigían a Irak 'plena cooperación' para acatar las decisiones de la ONU, reconocían que las inspecciones de armas no pueden durar 'indefinidamente' y se comprometían a que el uso de la fuerza fuera 'el último recurso'.

Bagdad envió el jueves un fax a la oficina de Blix señalando que aceptaba 'en principio' la exigencia de destruir los misiles Al Samoud 2, que superan el límite de alcance permitido por la ONU a Irak, que es de 150 kilómetros. El diplomático de las Naciones Unidas consideró la decisión como un paso 'muy significativo' hacia 'un desarme real'.

El anuncio sirvió para contener la cotización del petróleo. El crudo brent, el de referencia en Europa, se mantuvo en el entorno de los 33 dólares por barril. Sin embargo, en lo que respecta a Washington, fue igual que predicar en el desierto. 'Se trata de un engaño que el presidente George Bush ya había predicho', declaró el portavoz de la Casa Blanca, Ari Fleischer.

El primer ministro británico, Tony Blair, que ayer se reunió en Madrid con el presidente del Gobierno español, José María Aznar, respaldó a Bush. 'Este no es momento para juegos', declaró Blair sobre el anuncio de Bagdad. Aznar también siguió la estela de Bush y calificó el movimiento iraquí de 'juego cruel' con los deseos de paz de millones de personas.

El diario USA Today publicó ayer unas declaraciones de Bush que revelan su determinación y la irrelevancia que otorga a la ONU. El presidente de EE UU afirmó que desarmará a Husein 'ahora', y dejó caer que la guerra será inminente. Sobre el borrador de segunda resolución, Bush reconoció que lo hizo más 'por compromiso con nuestros aliados y amigos' que porque le importe el resultado y confesó que no le preocupaba la posibilidad de que la resolución fuera vetada en el Consejo de Seguridad.

Por su parte, el Gobierno ruso volvió a mostrar ayer la ambigüedad que le ha caracterizado durante la crisis. Por un lado, el ministro de Exteriores, Igor Ivanov, insinuó que Rusia utilizará su derecho de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para evitar una guerra contra Irak. Por otro, el presidente Vladimir Putin exigió el desarme de Irak por 'cualquier medio', aunque matizó que estos medios deben de estar dentro del 'marco de la legalidad internacional'.

La evolución de la ofensiva diplomática sobre Irak no ha paralizado los preparativos para el eventual ataque militar. Los Gobiernos estadounidense y británico ya han enviado al golfo Pérsico cerca de 225.000 soldados.

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