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Bolsa

Dudas sobre la recuperación

Comienzan a surgir voces que dudan de que el comienzo del ataque a Irak acabará con la incertidumbre e impulsará los mercados consistentemente. Algunos analistas opinan que la situación económica es débil, al margen del conflicto

Parafraseando el dicho bursátil que dice 'comprar con el rumor y vender con la noticia', algunos analistas sostienen en las últimas semanas que hay que comprar con el primer bombazo y vender con el sonido de la corneta. Un buen número de inversores y analistas confían en que el comienzo del ataque de EE UU a Irak marque el final de la incertidumbre reinante e impulse al alza a los mercados. En cierto sentido, las probabilidades de que esto suceda son elevadas, por cuanto numerosos estudios sobre conflictos anteriores reflejan subidas con el inicio de la guerra. Pero han comenzado a surgir voces que advierten que la situación actual no se parece a la de la anterior Guerra del Golfo y que más allá de la incertidumbre generada por el clima prebélico existen dudas sobre la bonanza económica mundial.

'¿Estamos preparándonos para una repetición?', se preguntan los analistas de Merrill Lynch. 'Nosotros creemos que no. Cualquier subida fuerte está llamada a tener una vida corta y puede convertirse rápidamente en una escalada de ventas más que en presión de compra de acciones'. El banco de inversión apoya esta tesis en una serie de razones.

En primer lugar, afirman, la renta variable se encuentra ahora más cara que en el anterior conflicto. Según un estudio de Bloomberg, el PER (veces que el beneficio está incluido en el precio de la acción) actual del S&P 500 es de 30 veces, el doble que el de comienzos de 1991, de 15 veces.

En segundo lugar, la economía global se encuentra a estas alturas más cerca de la recesión y la deflación que entonces. 'En 1991, Japón y Alemania crecían con fuerza y la debilidad estaba concentrada en EE UU y Reino Unido', señalan los analistas de Merrill. Pero, además, hoy en día es menor el margen de los bancos centrales para estimular la economía vía rebajas de tipos. En 1991 los tipos de la Reserva Federal estadounidense rondaban el 7%, mientras que hoy en día se encuentran en el 1,25%. De hecho, la subida que experimentaron los mercados durante y después del conflicto tuvo que ver con las perspectivas de rebajas en los tipos para estimular la economía.

Asimismo, en 1990 los inventarios de crudo de los países de la OCDE se encontraban 83 millones de barriles por encima de lo normal (oferta frente a demanda), mientras que hoy en día se estima un inventario 104 millones de barriles por debajo. Esto dificulta un fuerte descenso del petróleo una vez comience el conflicto.

En la última semana se ha producido un fenómeno que, en cierta medida, echa por tierra la idea de que la caída de las Bolsas se debe a la incertidumbre en torno al momento en que dará comienzo el ataque. A medida que se ha alejado la posibilidad de una guerra, tras el informe de los inspectores de la ONU, los mercados han experimentado subidas. 'Atribuir la subida a lo acontecido en el Consejo de la ONU es gratuito', matiza Avelino Hernández, gestor de Sabadell Banca Privada. 'El mercado estaba sobrevendido'. Este experto coincide en la idea de que la situación de las Bolsas tiene que ver más con la debilidad económica que con la incertidumbre geopolítica. No descarta que los mercados continúen cayendo tras ese esperado tirón bursátil que dará comienzo, se cree, con el primer bombazo. '¿Cuándo va a resolverse la incertidumbre? ¿Cuando acabe la guerra? ¿Luego qué va venir? ¿Irán? ¿Siria?', se pregunta. 'La incertidumbre va a continuar. La guerra va a ser más larga, aunque termine este conflicto militar'.

A lo que hay que unir la debilidad económica mundial. 'El consenso del mercado estima un crecimiento de los beneficios empresariales en Europa del 26% y del 14% para las compañías del S&P 500', explica un informe de Banco Urquijo. Para los analistas estas estimaciones resultan 'muy optimistas', sobre todo en Europa, dado el entorno económico global de debilidad de crecimiento y baja inflación. Y esperan una gradual revisión de estas estimaciones a la baja. 'El crecimiento estructural de los beneficios empresariales históricamente ha sido del 8%, por lo que resulta complicado encontrar un crecimiento tres veces superior en el actual entorno de estancamiento económico'.

El 'reloj inversor' apuesta por bancos y eléctricas

Periódicamente, Merrill Lynch publica un informe con un reloj de la inversión que indica, según la situación económica, qué sectores deberían comportarse mejor. El último reloj al que hace referencia el banco de inversión señala que es la hora de apostar en Europa por compañías de servicios públicos, como las eléctricas, y por el sector bancario.Esta medición sectorial toma como referencia la situación inflacionista y la de crecimiento en Europa. Una inflación y un crecimiento económico al alza beneficiaría a los sectores tecnológico, de telecomunicaciones y petrolero. Una alta inflación con crecimiento a la baja favorecería al sector de consumo no cíclico, mientras que el consumo cíclico y el sector industrial saldrían favorecidos en un entorno de precios a la baja y crecimiento económico al alza. Los analistas de Merrill Lynch consideran que la situación actual en Europa se caracteriza por una inflación y un crecimiento descendentes, con lo que el sector bancario y el de servicios públicos deberían salir fortalecidos. 'En las últimas semanas, la rentabilidad de los bonos a largo plazo ha caído en relación a los tipos a corto, a medida que las expectativas de inflación y crecimiento han decaído', explican los analistas de Merrill Lynch. 'Creemos que sólo cuando el mercado de bonos gubernamentales cambie su creencia de que la política monetaria del Banco Central Europeo (BCE) puede impulsar el crecimiento económico y los beneficios, la curva de tipos tenderá a ser más abrupta tipos a largo plazo más altos que los tipos a corto plazo. Sólo entonces sería más apropiada una selección de valores más cíclica', añaden los expertos.

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